
En cuanto a interpretaciones y presentación de personajes, vamos a enfocarlo si me lo permitís un poquito a géneros. Tenemos a nuestro Leónidas, interpretado (¡y ahora le reconozco la cara!... joer, si es que estoy acostumbrada a verle afeitado) por un estupendo actor como es Gerald Butler, al que he visto en multitud de papeles, muchos de ellos románticos como el de El Fantasma de la Ópera, o Postdata te quiero, y muy habitual en comedias. Aquí saca en parte su lado de duro, y lleva con solvencia un papel de acción. Pero creo que ante todo, nos da un Leónidas muy humano. No le vemos solo como guerrero, repartiendo leña, sino que vemos a un rey preocupado por su patria, a un hombre hermanos de sus hermanos de armas, a un devoto marido enamorado de su esposa y a un padre que lucha jugando con su hijo, y que le enseña, de forma cercana, a respetar a aquellos junto a los que lucha. E incluso se permite ponerle algún toque de humor, que no hace sino reforzar la confianza en sí mismo y la arrogancia del personaje. En definitiva, se nos presenta un hombre muy completo, y si ya estaba coladita por este actor, ahora mucho más. En su contrapartida femenina encontramos a Gorgo, una mujer que, aún en un tiempo en que no contábamos mucho, no duda en alzar su voz, y en no consentir que la silencien. Cuando se le dice que por qué participa en una conversación de hombres, ella clama que "solo las espartanas traemos al mundo hombres de verdad" reivindicando la herencia matriarcal y la importancia de las madres en la educación de sus hijos. Sabe que es difícil que la escuchen, pero no duda en presentarse en el consejo, apoyando con ello a su esposo, y mostrándose como una reina preocupada por el destino de su pueblo si no le envían refuerzos. Es reina, esposa, madre y una mujer de gran coraje que sabe defenderse bien. Además contamos con la belleza y presencia de una actriz como Lena Heady, la cual, en Juego de Tronos, esta bordando el personaje de otra reina, Cersei Lannister, una mujer de gran complejidad. Más dudas me ofrece Rodrigo Santoro como Jerjes. Me gusta su mirada fría, que habla de alguien totalmente endiosado y sin humanidad. Puede que este ayudada por el maquillaje o los efectos especiales, pero eso no se consigue si el actor no pone algo de base. La expresión corporal me parece que no se concuerda con el rostro y la mirada, debería ser más hierática y le veo algo sobreactuado en algunas escenas. O quizá sea tanto exceso, no sé. Me ha dado la sensación de que ha estado mejor en la segunda película, más comedido y menos exagerado.

Quisiera terminar diciendo que estas películas se pueden ver y disfrutar a dos niveles. En un nivel más superficial, están llenas de acción trepidante, y son un entretenimiento muy emocionante para ver, que además quizá pique la curiosidad de algunos por leer sobre Historia Antigua y conocer mejor el fascinante mundo clásico. Y aquí es donde entramos en el segundo nivel: no podemos olvidar que aquí no estamos hablando de mitos y leyendas, los cuales ya encierran de por sí una gran profundidad; sino que, en este caso, y a pesar de sus licencias y "flipadas" las películas tratan de unos hechos históricos reales, contrastados e investigados por un historiador concienzudo como Heródoto. La segunda película ofrece un final abierto, lo cuál me hace pensar que habrá una tercera (y final) parte que narrará la Tercera Guerra Médica. En ella, los griegos consiguieron finalmente vencer a los persas, después de mucho luchar. La paz final fue conseguida por Pericles, el líder que llevó a la cuidad de Atenas a su período más brillante y resplandeciente, y que sería recordado mucho después de su muerte. Este conflicto de las Guerras Médicas es casi uno de los primeros narrados de forma objetiva e histórica. Su lectura social y política es, por tanto, de gran importancia, y nos lleva a pensar en la lucha entre la Democracia y la Tiranía, entre la libertad y la opresión; esa lucha que la humanidad parece condenada a librar una y otra vez, sin aparente solución. También podemos ver en estas guerras los primeros ejemplos de las diferencias sociales y culturales entre Oriente y Occidente, dos formas de ver el mundo que parecen irreconciliables desde tiempos muy remotos, y dos facciones que siguen teniendo en el mundo actual heridas muy abiertas y sangrantes. Y finalmente, podemos lanzar una pregunta al aire... la conclusión final de Heródoto sobre estas guerras es que los griegos vencieron porque ellos combatían por fuertes motivos: por sus ciudades, sus familias, y sus ideales de democracia y libertad; mientras que los combatientes persas eran en su mayoría, esclavos sin otra motivación que las amenazas, el miedo y el látigo. Si esto es así, en los tiempos que corren, hace falta la determinación de héroes como Temístocles, y Leónidas y sus 300, que nos demuestren que no hay nada fuera del alcance de que un grupo de personas que luchen con fuerza y estén verdaderamente dispuestas a no rendirse hasta cambiar las cosas. ¿Se puede hacer eso, aunque lo tengas todo en contra y parezca que no lo vayas a lograr? Bueno, al menos hay que tener el valor de intentarlo. Para ir calentando motores, y por si toca salir con las espadas y los escudos formando en falange, me parece oportuno cerrar con este vídeo. Por aquí seguimos. ¡¡Nos vemos muy pero que muy pronto!!