Título: 3001: Odisea final (3001: The Final Odyssey)
Autor: Sir Arthur C. Clarke.
Año de publicación: 1997
Género literario: Es una novela de Ciencia-Ficción dura, cuya trama los avances científicos poseen un papel central; es una historia de Anticipación, por proyectar un posible momento futuro, y entra en el campo de la especulación, en lo que se refiere al desarrollo tecnológico, su implantación y su influencia en la organización social de la especie humana. Por su tono y su argumento, se puede considerar una historia de Aventuras.
Resumen: Mil años después de su asesinato, el astronauta Frank Poole es encontrado flotando en el espacio, en estado de hibernación. Tras ser revivido, se reintegra a una sociedad terrestre que en nada se parece ya a la que recordaba. En su viaje a Ganímedes, descubrirá que el comportamiento de los creadores de los monolitos se va haciendo cada vez más hostil hacia la Humanidad.
Con "3001: Odisea final", Arthur C. Clarke concluye la saga "Odisea Espacial", un periplo de mil años literarios y de treinta años en la vida de autor y lectores. Clarke era ya octogenario cuando publicó este libro, e intentó reflejar los avances en la investigación científica y en la carrera espacial que se produjeron durante las tres décadas transcurridas desde "2001: una Odisea espacial".
Lo primero que es preciso destacar es que "3001", muestra una serie de incongruencias muy notables con sus precedentes (algo que ya habíamos comentado en "2061"), tanto en cronología como en otros aspectos de la trama. Clarke lo argumenta, igual que hizo en los volúmenes anteriores, diciendo que las sucesivas entregas no deben entenderse como secuelas, si no que son historias diferentes sobre una idea común, que ocurren en distintos universos y por tanto no tienen por qué guardar relación absoluta entre ellas. [Por mi parte, no me siento autorizado a juzgar a una eminencia como Sir Arthur, así que intentaré entenderlo como algo intencionado, o en cualquier caso disculpable, en una saga que empezó redactando en una máquina de escribir y terminó con un portátil Thinkpad cortesía de IBM, un artilugio que sería verdadera Ciencia-Ficción en 1967].
Veamos la trama y el contexto:
En el año 3001, Frank Poole, el compañero de tripulación de Dave Bowman en la misión Discovery de la novela (y película) "2001", que había sido asesinado por HAL9000, es encontrado flotando por el cinturón de Kuiper, en estado de hibernación. Es llevado a Star City, un gigantesco anillo orbital que rodea la Tierra y está unido a ella por cuatro ascensores de diez mil kilómetros de altura. Una vez despierto, descubre un mundo que ha cambiado drásticamente: la Humanidad ha conquistado el Sistema Solar y está terraformando Venus con hielo que se recoge en los cometas. Los nuevos motores inerciales permiten viajar a Ganímedes en apenas una semana. De hecho, los "cazadores de cometas" salen del Sistema Solar y alcanzan Alfa Centauri en su búsqueda de hielo.
Se han erradicado las enfermedades epidémicas y todas las personas usan un casco cerebral que permite almacenar y acceder a petabytes de información, y agiliza el aprendizaje de nuevos conocimientos. De igual modo, permite reemplazar el obsoleto sistema penitenciario por la detección precoz de comportamientos delictivos y la reinserción social a través del trabajo (a Poole se le asigna un mayordomo llamado Danil, que está cumpliendo condena, durante la cual su voluntad, iniciativa y libertad de movimientos están condicionadas por el mentado casco)
La robótica y la bioingeniería han evolucionado hasta permitir la creación y modificación de especies, de manera que los dinosaurios y los kongs (gorilas con inteligencia aumentada) conviven con los humanos y realizan tareas auxiliares de éstos.
El planeta Tierra está menos poblado que en nuestra época, mientras que aumenta la población de Star City y de otras colonias. Por ejemplo Ganímedes consta de varios asentamientos, poseyendo la capital 40.000 habitantes al comienzo de la novela. Se menta además que han existido diversos acontecimientos trágicos que han afectado a los habitantes del planeta, como la colisión de un asteroide en el océano Pacífico en el año 2304, que provocó millones de muertos, así como otros tantos millos de fallecimientos derivados de la falta de adaptación al casco cerebral.
Y mientras tanto, Europa sigue siendo el mundo prohibido, aunque se envían sondas regularmente, y sus habitantes, los europeanos aquí llamados europos, continúan su evolución acelerada por la presencia de la Gran Muralla, un monolito tumbado, de veinte kilómetros de largo, que separa la cara oscura de Europa de la zona habitable, donde los europos han comenzado una rudimentaria organización social.
Muchas son las citadas diferencias entre la linea cronológica de "3001" y sus antecesoras. Entre otras cosas, en "2010" la Guerra Fría mantenía su apogeo y en "2061" la Unión Soviética continúa existiendo, pero en esta entrega se cita textualmente que "Mijaíl Gorbachov, el presidente del Imperio Soviético, provocó la disolución de éste a finales del siglo XX, sacando a la luz sus crímenes y excesos". Se alteran también las fechas de las misiones Leonov y Galaxy, además de que el Epílogo de "2010", ambientado en el satélite Europa en el año 20001, deja de tener sentido de acuerdo a los acontecimientos aquí narrados. De igual modo, la velocidad de comunicación de los creadores del monolito pasa a estar limitada a la velocidad de la luz. Y vemos como Dave Bowman y HAL900 se han fusionado en un ente llamado Halman, compartiendo la misma consciencia, en la que no está incluida el doctor Heywood Floyd, que había pasado a acompañarles en "2061". Como dijimos, el autor lo da por bueno, y hasta bromea diciendo que no responderá cartas de lectores indignados o que intenten corregirle.
Sin duda, la modificación más sustancial de "3001" con respecto a sus antecesoras, es el papel de los creadores del monolito, esa especie de demiurgo que es la enigmática y antiquísima raza extraterrestre responsable de la evolución de la Humanidad y de los europos por igual. Si hasta ahora eran entes esencialmente benévolos, vemos como ahora toman un cariz menos complaciente, obsesionados por el valor de la inteligencia sobre cualquier otro factor. Halman (el ser formado por HAL y Bowman) confiesa que, durante la transformación de Júpiter en la estrella Lucifer, la destrucción de los habitantes del gigante gaseoso no fue un mal inevitable, ni una pérdida lastimosa, si no una acción premeditada, por considerar que la inteligencia tenía muchas más probabilidades de desarrollarse en Europa que en la atmósfera joviana.
En un momento de la novela, se encuentra y desentierra el primer monolito, el que dio comienzo a "2001", ubicado en Olduvai, África. Gemelo del TMA-1 hallado en la Luna, se bautiza como TMA-0. Los protagonistas de la novela se darán cuenta de que la hostilidad de los creadores hacia la Humanidad va aumentando poco a poco (intentan eclipsar a Lucifer sobre Ganímedes) y que los monolitos de la Tierra "llaman a casa" cada vez con mayor frecuencia, tal vez alertando de que la Humanidad es un experimento fallido, y que el desarrollo de la inteligencia ha tenido efectos no deseados.
Todo ello tendrá un peso deteminante en la trama de "3001: Odisea final" y desembocará un final inesperado, y que no carece de simbolismo, en cuanto a que la Humanidad, con sus defectos y virtudes, y aún con todos los errores que ha cometido, se revela como una raza autónoma, "mayor de edad", que ya no requiere la tutela ni la supervisión de otra especie pensante que decida por ella.
Sir Arthur C. Clarke y Stanley Kubrick, en los decorados de "2001"
No en vano, ella misma ha creado vida y ha desarrollado la inteligencia de otros seres, tanto mediante la robótica como a través de la ingeniería genética. Para la excavación que descubre el TMA-0 se utilizan "las tradicionales cuadrillas de estudiantes graduados" (como indica Clarke con su socarrón humor británico) acompañadas de kongs, unos gorilas mejorados, con la inteligencia de "niños retrasados pero adorables". Destaca, por divertido, el momento que Poole se encuentra de frente, en Star City, con un velociraptor encargado de la jardinería (aquí el autor indica que Poole, como muchos adultos de su generación, había visto todas las películas de Parque Jurásico), el tipo de tarea que a los dinosaurios carnívoros se les da especialmente bien, al igual que la de cuidar niños.
Y es que los logros de la Humanidad, que jalonan la novela en un ejercicio de especulación, son lo más interesante de "3001: Odisea final", al menos en mi opinión. En especial Star City, el colosal complejo en forma de anillo que rodea la Tierra y cuyo diámetro es la mitad de la distancia a la Luna; y que se comunica con el planeta mediante cuatro ascensores situados en el ecuador. Elevadores construidos en diamante, un material que para entonces sería barato gracias a su producción artificial en fábricas orbitales. Star City concentraría la industria aeroespacial, siendo puerto de entrada y salida de las aeronaves, y eliminaría también la necesidad de satélites artificiales.
En toda la cuestión científico-técnica se percibe el habitual afán divulgativo de Sir Arthur, y hay una dato curioso en "3001": la última parte del libro, titulada "Fuentes y reconocimientos", está dedicada a todos los avances e investigaciones que aparecen en la novela, citando a sus autores y conjeturando sobre las posibles fechas de materialización de las distintas tecnologías que se relatan (fuentes de energía, propulsión inercial, casco cerebral, ascensores orbitales, diamante sintético barato...). El autor bromea también sobre su exceso de optimismo a la hora de escribir las entregas anteriores.
"3001: Odisea final" se compone de cinco partes de extensión desigual, que suman un total de cuarenta capítulos, además de la ya comentada "Fuentes y recomendaciones", que por su extensión se puede contar como una parte más. Literariamente es un novela sencilla, fácil de leer, escrita con el habitual estilo limpio y económico de Clarke, que escribía de manera correcta pero no se recreaba en la prosa, si no que las formas estaban por completo al servicio del fondo. Como ya hizo en las entregas anteriores, por momentos recupera párrafos y hasta páginas enteras de sus predecesoras, dando la sensación de "leer sobre leído".
La estructura de la novela es sencilla, resultando en una historia de aventuras amena y entretenida, en la que los mayores alicientes son el choque cultural de Frank Poole ante la nueva sociedad en la que despierta, y la especulación del autor sobre el desarrollo científico y tecnológico que la Humanidad habría alcanzado en el año 3001, así como sus muchas y profundas repercusiones en la sociedad.
Por desgracia, un análisis detallado de las muchas previsiones de Clarke (una sociedad donde, entre otras cosas, han desaparecido las naciones, los hechos diferenciales etnográficos o la práctica de la religión, y en la que lo más parecido a un "gobierno mundial" ha permitido la erradicación de la pobreza extrema y los conflictos armados) queda fuera del alcance de esta reseña, pese a ser mi aspecto preferido de esta proyección, y en el que más me he recreado.
En resumen, "3001: Odisea final" no es una novela sobresaliente en lo literario, ni brilla con el fulgor de otras obras de Sir Arthur C. Clarke, pero es una lectura agradecida e interesante para los amantes de la ficción especulativa, por la habilidad con la que el autor emplea en su escenario avances tecnológicos plausibles pero que hoy día aún permanecen en el ámbito teórico. Una conclusión solvente para la saga "Odisea Espacial" y un buen combustible para nuestra máquina de reflexionar. Nos leemos!
[EDITADO 04/11/14: Publican en Scifiworld que Ridley Scott anuncia una adaptación en forma de teleserie, para el canal SyFy, cuya producción comenzará a finales de este año].