El fin de semana pasado asistí al 33 Salón Internacional del Cómic de Barcelona, uno de los eventos relacionado con el cómic más importante del sur de Europa.
Cada año me encanta ir a este certamen, pero en esta ocasión casi era obligado ir y llevar a mi dueño, pues estaba dedicado a la ciencia ficción, temática que le encanta.
Como estamos en un año con película de Star Wars, esta saga de películas ha tenido un papel muy relevante en el Salón.
Y ya no los comics y Star Wars, el mundo de los videojuegos, las series y los próximos estrenos cinematográficos con superhéroes han tenido su espacio en el salón. El stand de la nueva película de los “4 fantasticos”, era uno de los mas vistosos. Tenia forma de 4 y en cada lado había un aspectos de los héroes, la gente podía medir su fuerza en una lucha de pulsos, probar su elasticidad, fotografiarse rodeado de fuego….
Los Vengadores también tenían stand, con el martillo de Thor listo a todo aquel que pudiera alzarlo, cosa que pocos eran capaces de hacer. Ningún otro estreno cinematográfico ha estado presente este año en el salón, quizás por su lejanía en el tiempo, como X-Men: Apocalipsis o Batman V Superman. Una ausencia importante ha sido Ant-Man, la cual llega a los cines este verano y que sin embargo no ha tenido stand propio.
En cuanto a los stands normales de venta merchandaising y de comics, me llamó la atención el gran número de ellos dedicados a vender camisetas. El fenómeno de las camisetas frikis ha superado con creces a los stands dedicados a la venta de cómics, tanto novedades como material antiguo, algo insólito en un salón que, como su nombre indica, está enfocado principalmente al noveno arte. De hecho, y salvo los stands de las editoriales, los más surtidos y espectaculares y los que contaban con más público atraído por la presencia de importantes autores, el resto de stands de cómics se agrupaban en una de las esquinas del salón, siendo pocos los libreros que este año se han decidido a acarrear al salón material de saldo, primeras ediciones y material antiguo o de coleccionista, puede que disuadidos por la bajada de ventas o el coste de montar los stands.
Pero si hay un aspecto que aporta color a cualquier salón del cómic son los disfraces s de los aficionados al cosplay. Chicos, chicas, ositos (como yo) lucen sus originales creaciones metiéndose por unas horas en la piel de sus personajes favoritos.
Resumiendo, el salón del cómic sigue con muy buena salud, sus 113000 visitantes y 36000 metros cuadrados lo hacen evidente junto con las larguísimas colas del sábado (algo tienen que hacer para agilizar un poco más el acceso).
Quizá lo menos importante sea el cómic en si, pero la gente acude a pasar una agradable jornada, impulsados por todos los elementos que rodean a este mundillo, algo que ya es todo un logro en estos tiempos en los que la cultura no recibe lo que se dice mucho apoyo desde los señores que manda en el gobierno.
En los siguientes post del comunicado podréis ver más fotos, de Star Wars, cosplay y algunas de las exposiciones.
Un hociquito “comiquero”.