Tras muchos ataques a navíos flamencos, Holanda decidió enviar a las pequeñas islas una delegación para pedir el cese de las agresiones así como compensaciones por las pérdidas, pero todo cuanto obtuvieron de los piratas británicos fue una contundente negativa y su expulsión de las islas. De esta forma, los holandeses declararon formalmente la guerra a las islas y prometieron volver con una flota de navíos de guerra que pusiera fin a la situación. Sin embargo, los ingleses, a pesar de la chulería con que se habían comportado ante la delegación holandesa, debieron pensárselo mejor tras formalizar la declaración de guerra, y nunca más se atrevieron a tocar un barco holandés, y, además, poco tiempo después, el bando parlamentario consiguió la rendición de la Marina Real. Por su parte, Holanda nunca envió esa flota ni lanzó ataque alguno sobre las islas. Y el caso es que al final todos se olvidaron de aquella afrenta, y sobre todo de la declaración de guerra, y tardaron 335 años en firmar la paz. Fue en 1985, cuando el Presidente del Consejo de las Islas Sorlingas, de oficio historiador, fue consciente de estos acontecimientos y, para evitar posibles malentendidos, decidió zanjar la situación escribiendo a la embajada de los Países Bajos. Desconcertadas, las autoridades holandesas fueron conscientes de que efectivamente el conflicto seguía vivo, pero tampoco a ellos les convenía seguir adelante, así que decidieron enviar al embajador a las islas y firmar la paz el 17 de abril de 1986.
Islas Sorlingas
Es curioso que la declaración de guerra no fuera contra el Reino Unido sino a una parte muy concreta de él, pero es que la mayor parte del reino estaba en manos de los aliados de los holandeses, los parlamentarios. También curioso resulta que esta guerra está considerada oficialmente como una de las guerras más largas de la Historia, eso sí, sin que se hubiera disparado un solo proyectil.- DONALD, G. (2009). Loose cannons: 101 myths, mishaps and misadventurers of military history, ed. Osprey Publishing.