Todos y todas, poco o mucho, alucinasteis con Eduardo Manostijeras cuando se ponía a cortar cabello humano y pelo animal. Parecía no tener rival, pero considero, y con mucha seriedad, que Fígaro está un par de escalones por encima. Esté en Sevilla, Burundi o Dagobah, Fígaro es el amo del corte sin sangrado. Es decir: estético.