FELIPE III (1598-1621)
- Duque de Lerma (1598-1618)
- Duque de Uceda (1618-1621)
- Baltasar de Zúñiga (1621-1622)
- Conde-Duque de Olivares (1622-1643)
- D. Luis de Haro (1643-1661)
- De 1661 a 1665 el Rey gobierna personalmente
¿Por qué la figura del valido?
La opinión de muchos historiadores consiste en afirmar que los validos gobernaron porque los últimos Austrias carecieron de energía, de carácter, de talento político, etc.
Su elección dependía sólo del rey, la privanza fue una Institución irregular, no legal, suponía la unión de dos elementos de los que muchos monarcas no podían prescindir: amigo íntimo y trabajador eficaz. La tarea que competía a un rey era tan abrumadora que se comprende que dejara lo más pesado de la tarea a una persona de su confianza. Su origen hay que buscarlo en la propia mecánica burocrática y en la ineptitud de Felipe III, a causa de la cual se crea un cargo muy parecido al de primer ministro, pero que carece de nombre.
Las funciones del valido eran supervisar los consejos y manejar los Instrumentos escritos del gobierno. Además podía influir directamente en la política real aconsejando al rey, al que puede hablar como íntimo amigo. Cuando la corona delega competencias lo hace buscando un primer ministro; pero, al mezclarse poder y patronazgo, la corona pierde independencia; lo que empezó como delegación de poder, acabó como abdicación del control y pérdida del poder.
Felipe III:
La medida más importante del reinado de Felipe III fue la expulsión de los moriscos en 1609. Esta expulsión afectó a 273.000 personas y tuvo una especial incidencia en el reino de Valencia, el bajo Aragón y el reino de Murcia.
La comunidad mudéjar, que se vio obligada a cristianizarse formalmente a lo largo del siglo XVI, se había revelado como una minoría inasimilable. Vivían en localidades separadas y habían mantenido sus vestidos, su lengua y costumbres. Eran básicamente campesinos, que practicaban una agricultura especializada y de regadío, y que pagaban a sus señores feudales unos censos muy superiores a los de los campesinos cristianos viejos. Por esos motivos sufrían la animadversión de las clases populares y de los señores con vasallos cristianos viejos, mientras que sus señores eran sus principales valedores. En cambio los moriscos castellanos habían sido diseminados por las ciudades, donde realizaban diversos oficios como los de carretero, arriero o pequeño artesano., sin embargo en Castilla también eran socialmente rechazados.
La iniciativa de su expulsión partió de un colectivo militar, que alegaba una posible alianza entre las comunidades moriscas y los corsarios berberiscos, esto podría conducir a un desembarco de los turcos en las costas españolas. Quien más empeño puso en su expulsión fue el arzobispo de Valencia, Juan de Ribera, deseoso de imponer definitivamente en el reino la fe católica, muy en la línea de la Contrarreforma.
Ahora bien, el duque de Lerma hizo coincidir el decreto de expulsión con la firma de la paz de los 12 años con las Provincias Unidas, 9 de abril de 1609. La diáspora morisca se dirigió fundamentalmente al Norte de África donde fueron un importante factor de desarrollo, tanto en Túnez como Argel, pero llegaron a constituir repúblicas independientes como el caso de Rabat. Pero para algunas comarcas de Valencia, Aragón y Murcia supuso un agravamiento de la crisis demográfica de la que tardarían mucho tiempo en recuperarse. Hasta tal punto afectó esta pérdida de población que en 1614 se tuvo que reducir las tasas de intereses de los censales.
Felipe IV:
En la época de Felipe IV, hay un deterioro político y económico (Bancarrotas: 1627, 1643, 1656, 1664) enmascarado por la figura de Olivares. Este fenómeno no es únicamente hispánico, ya que el conde-duque pertenecía a la generación de consejeros reales, Richelieu, Strafford,etc., y creía, como ellos, en las grandes posibilidades que ofrecía una organización más racional del Estado.
En plena crisis institucional, con una monarquía desacreditada y unos reinos de España que habían perdido progresivamente la hegemonía en Europa, Olivares estableció un programa el Gran Memorial, para recuperar el poder del rey. Se trataba de una reorganización de los recursos, que se consideraban mal gestionados, de tal manera que los gastos derivados de la acción política fueran sufragados igualmente por todos los territorios, y no sólo por Castilla, mediante la Unión de Armas. Se intentó reorganizar la Hacienda y se intentó dar al gobierno una mayor capacidad de actuación y capacidad ejecutiva, mediante la concentración de poder en la figura del valido. Previa a su caía, la victoria de Fuenterrabia le proporcionó un último momento de gloria, si bien se realizó mediante recursos extraordinarios que ahondaron más si cabe en la crisis de la Haciendareal. Precisamente estos recursos provocaron la sublevación de Cataluña que a su vez posibilitó la separación de Portugal, hechos que provocaron su caída.
En 1643 es destituido por Felipe IV, retirándose a Loeches y posteriormente a Toro y falleciendo en 1645.
Introducción: Como consecuencia de las continuas guerras que la monarquía afrontaba en Europa la década de 1640 constituye un periodo de revueltas y sublevaciones internas de gran importancia. Con la llegada al trono de Felipe IV en 1621, se retoma la guerra contra los Países Bajos tras la Tregua de los Doce Años y se entra en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) ayudando al Imperio austriaco. El valido, el conde-duque de Olivares, crea la Junta de Reformación, que redacta el Gran Memorial, y decide crear la Unión de Armas, un Ejército de 140.000 hombres al que Castilla y las Indias aportarían 44.000 soldados, Cataluña, Portugal y Nápoles 16.000 y Sicilia, Valencia y las islas del Mediterráneo 6.000. En Castilla, el Rey tiene poder para reunir tropas y dinero, pero en otros Estados es necesario convocar Cortes en 1626. De Aragón y Valencia obtuvo el costear 2.000 y 1.000 soldados al año durante 15 años, mientras que en Cataluña los diputados exigen la discusión de los Memoriales de Agravios antes de cooperar. El Conde-Duque, indignado, abandona Cataluña sin cerrar Cortes. CATALUÑA: En 1639 Olivares elige deliberadamente a Cataluña como frente para atacar a Francia e intentar que Cataluña contribuyese a los esfuerzos militares. Un ejército de unos 9.000 soldados pasó el invierno en el frente catalán que debe mantenerlo, provocando numerosos enfrentamientos y conflictos. Así, el 7 de junio de 1640, se produce el Corpus de Sangre: un grupo de segadores sublevados asalta el palacio del virrey, el conde de Santa Coloma, y lo asesina. Pau Claris convoca la Junta de Brazos y Cataluña se declara como una república independiente bajo la protección de Luis XIII (Pacto de Ceret) y el 23 de enero de 1641 reconoce a Luis XIII como conde de Barcelona. Olivares envía un ejército de 20.000h para recuperar Cataluña, pero es derrotado por las tropas franco-catalanas en la batalla de Montjuic. Cataluña se encontró siendo el campo de batalla de la guerra entre Francia y España e irónicamente se pasaron a la situación que durante tantas décadas habían intentado evitar: Sufragar el pago de un ejército y ceder parcialmente en su administración a un poder extranjero, en este caso el francés. La política francesa respecto a Cataluña estaba dominada por la táctica militar y atacar Valencia y Aragón. Luis XIII nombró un virrey francés y llenó la administración catalana de conocidos pro-franceses. El coste del ejército francés para Cataluña era cada vez mayor, y cada vez más se mostraba como un ejército de ocupación. Mercaderes franceses comenzaron a competir con los locales, pero favorecidos por el gobierno francés que convirtió a Cataluña en un nuevo mercado para Francia. Todo esto, junto a la situación de guerra, la consecuente inflación, plagas y enfermedades llevó a un descontento de la población que iría a más conscientes de que su situación había empeorado con Luis XIII respecto a la que gozaban con Felipe IV. En 1651, tras ser nombrado virrey de Cataluña, don Juan José de Austria comienza el asedio de Barcelona que se rendirá al año siguiente, aunque los enfrentamientos continúan hasta la Paz de los Pirineos de 1659. PORTUGAL: En diciembre de 1640, ante los problemas que les acarrea la Monarquía Hispánica, los portugueses detienen a Margarita de Austria y la escoltan a Castilla, declarando al duque de Braganza rey, Juan IV. En 1659, con el valido Luis de Haro, el ejército español trata de recuperar Portugal pero es derrotado en Elvas. Además, se producen intentos de rebelión en otros territorios: En Andalucía se descubre en 1641 una conspiración dirigida por el marqués de Ayamonte (a quien se ejecuta) y el duque de Medina-Sidonia (multado y desterrado). En 1646 Aragón se producen intrigas similares (duque de Hijar) En Nápoles y Sicilia hubo sublevaciones en 1647 que fueron sofocadas por el virrey don Juan José de Austria.