Sí, ya sé que muchos no podremos nunca, disfrutar de este tipo de pereza, pero hoy me he despertado exquisita. Si no me hubiesen hecho madrugar las sombras oscuras que se han inventado la teoría esta del ahorro energético, y el adelanto y atraso de las horas. Perdón, lo confieso soy algo escéptica al respecto. A lo nuestro que me disperso. Necesitaremos:
1 Arena blanca de ensueño. 2 Hamaca colgante de ensueño. 3 Rama de árbol de ensueño.4 Hombre de ensueño. Instrucciones: Que el hombre en cuestión, ate bien fuerte la hamaca a la rama, recordad que una perezosa de las de toda la vida, no tiene a bien realizar más trabajo del necesario. Nos dejaremos caer tal cual seamos, largos o cortos, en ella.
A escoger:
Piernas cruzadas y brazo colgando.
Brazos cruzados y pierna colgando.
Imprescindible la consabida baba recorriendo, como si de un afluente de río se tratase, la comisura de nuestro labio, hasta llegar a la barbilla.
Opcional el sombrero. Al hombre podemos usarlo después, si la siesta repone nuestra energía lo suficiente. Muchos no podremos realizar esta postura en semejante playa, pero la imaginación es libre. Aceptamos balcón, parque, jardín... podéis contarme las variantes que os plazcan. El otro tema que quería nombrar hoy, es lo inoportuno de los ataques de pereza, y es que, en ocasiones te sobrevienen donde menos los esperas y los necesitas. Me acordaba de ello el otro día en una reunión, en la que tuve que morderme los mofletes para evitar un bostezo, que bien me habría tocado pagar en horas de trabajo.
El ataque de zzz en el congreso.
Poniéndose cómoda
Diversidad postural
Soñando con aviones
El comienzo del ataque
El congreso, lugar ideal para relajarse y hacer el perezoso un rato, o dos...