- Joder que voy de camino, le digo cabreada.
- Parece ser que se ha roto un brazo, me confiesa.- ¿¿Cómo?? ¡¡Pero si no era nada!!Pues si era. Fractura de radio. Nunca entendí porque no me lo dijeron a mi en vez de al Currante, pero ese es otro cantar.Cuando llegué al cole, le habían entablillado el brazo y el pobre lloraba como un loco. Así que, amablemente les pedí que se quedaran con Currita que yo me iba al hospital.
Al llegar, radiografía al canto. Salita de espera. Un médico nos llama y nos confirma la lesión. Salita de espera. Otro médico, con pinta de ser más importante que el anterior, nos llama de nuevo y nos vuelve a confirmar la lesión. Salita de espera. Un médico más, nos enseña la radiografía. Salita de espera. Vuelve el primer médico para decirnos que le van escayolar. Vale. Curritose ataca. No sabe lo que es que le escayolen, y el pobre ya se imaginaba estilo momia. Salita de espera. El médico importante viene a decirnos que van a proceder a escayolarle. ¿En serio? Salita de espera. Finalmente viene un enfermero y le escayola. No pone mucho cariño pero le deja escoger el color del yeso. Salita de espera. Currito se duerme, y yo aprovecho para acordarme con muy poco cariño de la madre del médico, de su prima y de su tía la del pueblo, eso si, muy muy bajito. Otro médico más, nos dice que tengo que esperar al informe y que mañana hay que llevarle al hospital infantil. ¿Cómo? ¿Y repetir todo esto? Si, claro. A ver que te crees, esto es América.
Escayola naranja butano con motivos en gris.
Cuando por fin llegué al coche, habían pasado 6 horas. Lo juro.La fractura era gorda, teníamos escayola para seis semanas y cuatro añitos en el cuerpo llenos de nomepiensoestarquietoniunsegundo. Pero como es un santo, se portó como un campeón. Ni una queja en mes y medio.
Y ya puestos a cascar os cuento que la broma fueron 4.600 dólares. Desde entonces, los miembros de esta familia tenemos terminantemente prohibido rompernos huesos en este país. Queda avisado.