Nuestro ritmo de vida, el estrés, el exceso de maquillaje además de la cantidad de agentes externos (humo, polvo, contaminación…) y las prisas diarias, que muchas veces nos impiden limpiar en profundidad y cuidar como se merece la piel de nuestro rostro, hacen que nuestra piel muestre mayor sequedad, granitos o imperfecciones.
Es importante tener una rutina de limpieza diaria de nuestro rostro y, de vez en cuando, no viene mal dedicarnos unos minutos de más para mimar nuestro rostro y revitalizar la piel. Para ello os voy a dar unas recetas de cuatro tratamientos naturales que podemos hacer todas en casa de manera sencilla y muy económica.
¡Importante! Antes de cada mascarilla debemos limpiar nuestra piel, que no tenga restos ni de maquillaje, cremas ni suciedad por el ambiente.
- Mascarilla exfoliante. Para lucir una piel fina, luminosa y con un tono unificado es muy importante liberarla de las células muertas. Si exfoliamos nuestra piel desobstruiremos los poros y evitaremos la aparición de granitos o espinillas, mejoraremos la textura de la piel, activaremos la circulación y abriremos los poros para poder limpiarlos en profundidad y, además, potenciaremos la absorción de la crema que aplicaremos después, como parte de tu rutina diaria.
Para esta mascarilla necesitaremos dos cucharadas de azúcar moreno que es un exfoliante natural. Una cucharada de limón que disminuye las manchas e imperfecciones de la piel, tiene propiedades astringentes, seca la piel por lo que es muy apropiado para aquellas pieles que sean más grasas. Esta mascarilla intentaremos siempre hacerla por la noche o cuando no vayamos a salir de casa puesto que el limón tiene propiedades aclarantes y con los efectos del sol puede crear el efecto rebote y sacarnos manchas en la piel.
Una vez tengamos todos los ingredientes los mezclamos en un bol y lo aplicamos por toda la cara con movimientos circulares y ascendentes. Evitaremos la piel de alrededor de los ojos ya que es más sensible que el resto del rostro y haremos hincapié en la zona T (frente, nariz y barbilla). Aclaramos bien con agua tibia y por último secamos con una toalla a toquecitos. Después ya podemos aplicarnos nuestra hidratante habitual según nuestro tipo de piel.
- Mascarilla nutritiva. Esta mascarilla podemos aplicarla también justo después de la exfoliación anterior para nutrir la piel después de una limpieza profunda. Mezclamos en un bol dos o tres cucharadas de miel (la miel nos ofrece una acción limpiadora y elimina toxinas además de hidratar y nutrir la piel) y el zumo de medio limón. Nos lo aplicamos por toda la cara y dejamos actuar entre 15 y 20 minutos. Después, aclaramos bien con abundante agua y secamos la piel con ligeros toques.
- Mascarilla hidratante. Si quieres una piel suave y bonita, especialmente si sufres acné, prueba este tratamiento tan sencillo. Mezcla en un bol tres cucharadas de miel y canela y mézclalo bien hasta conseguir una pasta. Aplícalo cubriendo bien la piel del rostro y deja reposar entre 15 y 20 minutos.
- Mascarilla de pepino. ¡No podía faltar en este artículo! El pepino es el ingrediente principal de infinidad de cosméticos y tratamientos de belleza por su contenido de vitamina E, porque nos aporta agua y aceites que nos hidratan y revitalizan nuestra piel dejándola fresca y luminosa. También lo podemos usar para ayudar a la piel a reponerse tras daños causados por el sol.
Solo tienes que triturar medio pepino, añadirle una cucharada de miel y una de aceite de oliva. Mezcla todo bien hasta conseguir una masa compacta y déjala en la nevera una media hora aproximadamente. Aplícala en el rostro, como siempre, en movimientos circulares y ascendentes y ya sabes… 15 o 20 minutos de relax. ¡Aclara bien tu rostro con abundante agua y verás los resultados!!
Nerea Romero
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