Revista Sociedad

4 millones de húngaros viven en la pobreza

Publicado el 30 julio 2014 por Desde Hungría
Suponen algo más del 40% de la población de Hungría (de unos 9,8 millones de habitantes en la actualidad). Ellos viven bajo el umbral de la pobreza. Son la otra cara del país. Los que no te encontrarás de vacaciones en el Balaton, ni cenando en los restaurantes de Budapest, ni de compras por Váci utca.
En 2013, el sueldo mínimo en el estado húngaro se situó en 101.000 forint brutos (340 €). En neto, estos se quedan en 66.500 (220 €). Según un estudio, para llevar un vida mínimamente digna en Hungría en un hogar de una sola persona habría que embolsarse 87.500 forint (es decir, con el sueldo mínimo no es suficiente). Una gran parte de los húngaros, deben pues, afrontar el mes con una cifra reconocida insuficiente para llevar una vida digna. Pero además, hay muchos otros que ni siquiera llegan al sueldo mínimo, ya que las pensiones y ayudas suelen ser inferiores.
Hace tiempo el periódico húngaro Délmagyarország (sur de Hungría) publicaba un interesante artículo sobre una familia de Szeged que se las tenía que apañar con 56.800 forint al mes (cantidad inferior al salario mínimo). Dicha familia recibía un subsidio de 34.000 forint (unos 100 €) por tener dos hijos y una pensión complementaria de 22.800 (75 €) debido a una enfermedad cardíaca del marido, que sumaban mensualmente los mencionados 56.800 forint. El resto de la familia estaba compuesta por un hijo adulto en paro (que ocasionalmente conseguía una plaza temporal en los programas de empleo público, por los cuales se reciben alrededor de 50.000 forint al mes, unos 170 €) y dos menores escolares, todos ellos dependiendo de estos 56.800 forint (en teoría, según el departamento de estadística, en este hogar deberían entrar al menos 253.800 forint al mes para llevar una vida aceptable).
La madre está en paro desde 2010. La familia, que vive en el 5º piso de un bloque de viviendas de la época socialista, paga un alquiler especial de 13.500 forint mensuales (unos 45 €), ya que su casa fue embargada por el banco al no poder afrontar las letras de una hipoteca en francos suizos. Paga unos 17.000 forint (55 €) de gastos de comunidad, incluyendo calefacción. No tienen gas para cocinar ni caldera, y el contador de la electricidad funciona mediante tarjetas prepago (como los móviles: se pide una tarjeta especial a la compañía eléctrica y se puede recargar en los kioscos con un mínimo de 2.500 forint, unos 8 €, aunque dependiendo de la deuda que acumules esta recarga mínima puede incluso duplicarse). Tras pagar alquiler y gastos de comunidad, la familia debe comer con unos 26.000 forint mensuales (menos de 100 €). Los dos hijos lo hacen en un comedor social gracias a una fundación creada para apoyar a los niños de estas familias en dificultades económicas. Y la cesta de la compra cada vez es más cara (a día de hoy, los precios de los alimentos son prácticamente iguales a los de España).
4 millones de húngaros viven en la pobrezaModelo de tarjeta prepago de electricidad.
En cuanto a las estadísticas generales, la media de ingresos mensuales creció desde los 78.000 forint de 2010 a los 83.000 de 2012 (de 260 a 275 €). Si tenemos en cuenta la inflación (del 10% en ese período, ni más ni menos), en realidad el poder adquisitivo se contrajo un 3,5%.
Mayor es la tragedia del millón de húngaros más pobre, cuyos ingresos mensuales fueron de 25.000 forint (unos 85 €) mensuales en 2012, y cuyo poder adquisitivo disminuyó casi un 10%. Los mencionados 25.000 forint son los ingresos mensuales de muchos pensionistas.
Para la clase media, la pérdida de poder adquisitivo fue del 5%. El millón de húngaros más rico del país no experimentó reducción alguna.
4 millones de húngaros viven en la pobrezaLa indigencia ha aumentado considerablemente, a la par el gobierno húngaro ha endurecido la ley en su contra.
Hace tiempo escribí acerca del grupo Visegrád, formado por Polonia, Chequia, Eslovaquia y Hungría, los grandes países centroeuropeos que ingresaron en la UE en 2004, y cómo Hungría había pasado de estar a la cabeza a ser el miembro rezagado de los cuatro. Y no solo estos países se están yendo cada vez más lejos, sino que Rumanía y Bulgaria, los tradicionales farolillos rojos de la Unión, se ven cada vez más grandes por el retrovisor húngaro.
Las últimas estadísticas de Eurostat y la OCDE sobre educación indican que el porcentaje de niños educados por padres con tan solo educación escolar básica creció del 24% de 2007 al 32% de 2012, por ejemplo. En el mismo período en Rumanía y Bulgaria esta cifra bajó de un 24,5% al 22%. La cifra de niños criados por padres con título universitario que viven en condiciones económicas muy bajas creció de un 2,8% a un 6,6% (en Rumanía y Bulgaria es del 4,3%).
El artículo original mencionado sobre la familia puede leerse (en húngaro) en el siguiente link: http://www.delmagyar.hu/szeged_hirek/csak_alom_a_letminimum/2386988/

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