Hay varias señales de alarma que debes tener en cuenta antes de entrar en bolsa.
“Jugar” en bolsa es uno de los más fascinantes ejercicios de inversión que existen.
Estudiar una compañía, adquirir 100 acciones, verlas subir como la espuma, y venderlas con interesantes plusvalías es divertido.
Incluso apasionante.
No sólo por el dinero (que también) sino por el reto que supone la bolsa:
Primero, estudias una conjunto de acciones
Después, elijes una de ellas por motivos diversos: sobreventa, cruzando medias, lo que sea. O por motivos fundamentales: está muy barata respecto a sus beneficios, o tiene unos dividendos que la tiran al alza, o está en un sector que rebota. Mil cosas.
Tras comprar la acción la observas como un águila, esperanzado. Sigues sus subidas y bajadas con pasión.
Y al cabo de unos días, semanas o meses (según tu horizonte inversor), la acción ha subido un montón: la vendes y ganas un dinero fácil, y además te confirma tu idea de inversión: eres un tipo listo.
Estas sensaciones y ilusión por los beneficios atraen a muchos ciudadanos normales y corrientes.
¿Te resulta fascinante, como a mi?
¿Te acercas a los mercados para hacer apuestas sensatas?
Muy bien; hay que tener ilusiones.
Sin embargo, ¿estás seguro de que tienes la aproximación adecuada al juego de la bolsa?.
Esta es una lista de chequeo que te propongo para saber si tienes la filosofía adecuada y te aproximas de modo correcto al complejo mundo de la bolsa:
1- ¿Necesitas el dinero que inviertes? ¿Tienes paciencia para las inversiones?
Esta es la primera condición: debes buscar rentabilidades, más grandes o más pequeñas; pero que sean sostenibles a largo plazo.
Y para eso, hay que invertir con la mirada puesta en el horizonte: no queremos ganar hoy y perder el mes que viene: queremos ganar cada año.
Eso no significa que las inversiones deban ser largo-placistas. Puedes hacer trading de corto plazo si es el estilo que más te gusta.
Pero hay que intentar tener rentabilidad acumulada en plazos de meses, o mejor de años.
Hay personas que invierten un dinero que saben que van a necesitar. Que será necesario en un futuro próximo.
Ese dinero, nervioso por naturaleza, es mal candidato para la bolsa. Si te coinciden las pérdidas con tus necesidades de efectivo, harás operaciones erróneas.
Otras veces lo que ocurre es que damos un propósito a una inversión. Por ejemplo, para ayudarse con las vacaciones de verano.
Eso no funciona. Si estableces una fecha límite para ganar, estas vertiendo tus deseos sobre tus inversiones. Pero tus inversiones son ciegas y sordas, no saben nada de tu afición a la playa en Agosto o al viaje de Navidades; pueden subir o bajar en cualquier plazo, dependiendo del momento de la bolsa.
Asi que, piensa en inversiones sin fecha de caducidad.
Aunque los plazos también dependen de tu estilo de inversión, pero debes tener cierta paciencia.
2- ¿Tienes un método de inversión? ¿Con reglas escritas, claras, bien definidas?
El método de inversión es importantísimo. Necesitas un método razonable, con buenas posibilidades de ganar dinero.
Y debes tenerlo claro. No vale con ideas vagas, comprar “acciones de dividendo”, o “acciones con beneficios”, o “acciones que estén baratas”
Esas ideas están bien, pero no están suficientemente definidas.
Y tampoco sirve tener muchos métodos, y pasar de uno a otro según criterios indefinidos.
Si un día inviertes en acciones sobrevendidas, al cabo de un mes en acciones con buenos fundamentales, y al de dos meses en las recomendaciones de un gurú.. mala política.
Claro ahora dirás, “sí, ¿pero qué método?“.
Esa es la búsqueda que hacemos todos: métodos de inversión razonables, sostenibles en el tiempo.
En esta web yo, modestamente, te propongo algunos:
De muy largo plazo puedes probar éste, éste, o éste otro. En inversiones fundamentales, puedes probar éste. En plazos cortos, éste o éste. Y puedes encontrar algunos más.
Todos tiene riesgo, ojo, nada es infalible; y debes comprobarlos por tu cuenta, y adaptarlos a tu estilo si fuera necesario.
Pero siempre es mucho mejor tener uno o varios métodos bien claros que no tener ningún método.
Si no tienes reglas claras, casi seguro que te irá mal a largo plazo.
3- ¿Quieres invertir sin esfuerzo?
Salvo las inversiones orientadas al muy largo plazo (varios años), una inversión en bolsa necesita ser gestionada.
Debes comprobar, diariamente o semanalmente, que no se cumplan las condiciones para vender una posición.
Debes mirar periódicamente si surgen nuevas oportunidades de inversión.
Debes estar pendiente del mercado, que siempre está cambiando de orientación: alcista, bajista, o lateral. Y eso influye mucho en los resultados de una inversión.
Y debes comprobar que el método que uses es sólido. Sea un método de reglas sencillas o complejas, todo evoluciona, y lo que hoy funciona quizá deje de hacerlo en 3 años.
Todo eso que significa: trabajo. Es muy difícil ser rentable de modo sostenido si no lo trabajas.
No tiene porque ser mucho trabajo: con estilos sencillos y de plazos largos, puedes gestionar tus inversiones de un modo pausado, sin demasiado lío.
Sólo puedes evitar el esfuerzo si te orientas a plazos en torno a 3 años. (Este es otro método de muy largo plazo)
Pero aún asi, conviene vigilar que no cambie el mercado y tu sistema de inversión deje de ser rentable.
4- ¿Te duelen tanto las pérdidas que no vendes nunca?
Este es un problema que tiene mucha gente, y que a mi también me ha pasado
¡Cuanto cuesta vender en pérdidas!
Asi que muchas personas aguantan las pérdidas demasiado tiempo.
Resisten y resisten esperando al rebote de su acción; porque duele demasiado asumir una pérdida importante.
Y en cambio, suelen vender demasiado pronto en beneficios, tienen tanto miedo a que se vuelvan a pérdidas que no suman los beneficios suficientes.
¿Te pasa también a ti?
Por supuesto, cortar las pérdidas y dejar correr los beneficios es demasiado impreciso. ¿Cuantas pérdidas, cuantos beneficios?
Eso lo debe definir tu método.
Pero en general, hay que intentar ser un “cortador duro de pérdidas”. La mejor pérdida es la primera.
Por eso, si te sueles pensar que “invertí en esta acción para el corto plazo, pero como estoy en pérdidas, me convierto en largo plazo”: mal rollo.
No tienes sistema, no cortas tus pérdidas, no entres en bolsa.
Y en fin, testea estas lista de normas con tus propias inversiones.
Si superas las cuatro reglas, adelante. Tienes (tenemos) una oportunidad clara de ganar.
Si fallas en una o más reglas: ¡cuidado!
Vas a estar en terreno peligroso, siempre con problemas, con resultados oscilantes, o directamente con pérdidas.
Reflexiona, corrige el tiro y vuelve a empezar.
¡Te irá mejor!
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