En el nuevo filme de Amelio se observan dos campos de batalla. El primero de ellos la dicotomía entre salvar vidas en un hospital militar para que vuelvan a morir al frente de batalla. El segundo la lucha contra lo que se convertiría contra la gran epidemia del siglo XX: la conocida como gripe española. La primera de ellas se ve en la muy diversa forma de trabajar de dos oficiales médicos: Stefano (Gabriel Montesi) un médico seco que no tiene piedad en volver enviar al combate a los enfermos: "Puedes luchar con una sola mano! le contesta a un aterrorizado soldado. Giulio (Alessandro Borghi) tiene otro talante y trata de ayudar a los que no quieren regresar a la pantalla, aunque a veces suponga ponerles en peligro agravando sus heridas o amputando miembros. La llegada de Anna (Federica Rossellini), enfermera voluntaria de la Cruz Roja, uno de los pocos que la sociedad permite a las mujeres y que acaba descubriendo a Giulio, y envía a un soldado al pelotón de fusilamiento para que sirva de ejemplo a los demás.
El horror de la guerra está lejos de los campos de batalla pero sus atrocidades llegan más allá y se observan a través de los ojos asustados de los convalecientes. En la segunda mitad de la cinta aparece la segunda batalla a la que deberán enfrentarse la aparición de un extraño virus que parece fulminar a la población, la lucha contra la gripe española por la que murieron más de 50 millones de personas. Amelio refleja el desinterés de la cúpula militar, la censura de la prensa y el trabajo de Giulio por encontrar la forma de curarla. Pocas concesiones a las alegrías salvo la escena de la boda en el campo ni a romanticismos, Amelio se centrar en retratar un episodio histórico y el drama humano.