Advertimos al lector que este texto no fue hecho público antes del cierre de las urnas del 10-N. Pese a que parte del mismo pudiera haberse publicado, no quisimos hacerlo antes de que el proceso de elecciones no cerrara sus puertas, a las 20 horas del domingo, atrasando su aparición hasta ese momento.
Rodolfo Martin Villa, a la izquierda, brazo en alto como alto mando del franquismo. En democracia fue consejero de grandes compañías.Julián Casanova, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza e investigador en el Institute for Advanced Study de Princeton, uno de los historiadores de referencia del siglo XX en España, recuerda cómo los altos cargos del franquismo acabaron mandando también en democracia. “La generación de investigadores de la transición llegó a obsesionarse con la II República y la Guerra Civil después de 40 años de silencio académico impuesto por la dictadura. La república, el golpe, la guerra, el exilio… Y fue el hispanista Paul Preston el que le advirtió del error que estaban cometiendo los jóvenes historiadores españoles en democracia: el verdadero desconocido, lo que realmente está por investigar, es el franquismo”. Diego Barcala habla del tema en Eldiario.es y llega a la conclusión de que, “cuatro décadas después de que casi medio Madrid abarrotara el Palacio Real para llorar, curiosear o atestiguar el ataúd de Francisco Franco, la siguiente generación de historiadores, la que nació después de aquel primer 20 N, ha dado un paso más y se pregunta si la gran desconocida no fue la transición a una democracia que ascendió a todos los poderosos con Franco. Un replanteamiento histórico de la transición que llevó al politólogo y periodista Lluc Salellas (Girona 1984) a publicar El franquisme que no marxa (Edicions Saldonar) (El franquismo que no marcha). El libro investiga cómo le fue a los que mandaban durante la dictadura. Y explica cómo “investigué las vidas de los últimos 50 ministros de Franco y encontré que ninguno fue degradado por la democracia. Al revés, la mitad fueron a parar a los consejos de administración de las grandes empresas, la otra mitad a la política”. Durante los últimos años es recurrente el caso de Rodolfo Martín Villa, ministro de Gobernación, en 1976, cuando fueron asesinados cinco manifestantes en Vitoria y que acabó siendo consejero de Endesa y luego presidente de Sogecable. “No sé si el franquismo inventó las puertas giratorias, pero desde luego la pusieron de moda”, detalla Salellas. Pone otro ejemplo. “El presidente de honor de La Caixa, José Vilarasau Salat, fue nombrado director general de Telefónica en 1966 y, posteriormente, tuvo varios altos cargos del Ministerio de Hacienda”. Este tecnócrata y asesor del régimen de Franco encontró en democracia un gran futuro en la banca.
Los pactos de la Moncloa duraron lo que tardaron en firmar sus participantes... de aquella mierda, esta basura.
La banca precisamente fue otro cobijo bien remunerado para los cargos del franquismo. El historiador Ángel Viñas reveló que el banquero Juan March costeó el avión que trasladó a Francisco Franco a la península el 18 de julio de 1936. Fue el inicio de una buena relación. Un ejemplo es el de Antonio Barrera de Irimo, vicepresidente primero del Gobierno franquista que asesinó a Salvador Puig Antich. Después fue consejero de Telefónica, Banco Hispano Hipotecario e Hispamer. “Lo decía Félix Millet. Somos 400 familias y siempre somos los mismos”, apunta Salellas. En su libro, habla de otros casos como el de Demetrio Carceller, falangista y ministro de Franco, que aprendió que los negocios se hacían mejor con contactos desde fuera del Gobierno y fundó el imperio Estrella Damm. O el caso de la familia Urquijo en la que un hermano era ministro y el otro presidente de Iberdrola. Capitalismo de amiguetes como definen los críticos del sistema económico actual a los negocios cosechados gracias a grandes contratos públicos a empresas financiadoras de partidos políticos con exministros en sus consejos de administración. “Todos se colocaron en empresas estratégicas”, concluye Salellas. “A los protagonistas conocidos de la dictadura les fue de maravilla en la democracia. Sus hijos, como Enrique Fernández Miranda (hijo de Torcuato Fernández Miranda), que preside la Fundación de Price Waterhouse Coopers, tampoco penaron su pasado. Pero los desconocidos funcionarios de la policía represiva o los jueces que aplicaban las antidemocráticas leyes franquistas tampoco fueron castigados por la democracia”.
La Asamblea de Madrid aprobó, a instancias de Vox, una proposición no de ley para instar a la ilegalización de los partidos separatistas que atenten contra la unidad de España. Aunque se trata de una resolución no vinculante y carente de efectos prácticos, a nivel político desató un terremoto de reacciones. Curiosamente, en las intervenciones de los partidos todos ellos –sin excepción– criticaron la medida y el supuesto “fin electoralista” de la misma. La diputada de Ciudadanos, Araceli Gómez afeó a Vox la presentación de esta propuesta al ir contra la igualdad y la discriminación, así como por llevar iniciativas sin rango de ley a la Asamblea cuando ni siquiera creen en “el Estado autonómico”. La parlamentaria del PP, Yolanda Ibarrola, condenó los hechos sucedidos en Cataluña y criticó la “dejación de funciones” del Gobierno del PSOE, pero recordó a Vox que la Asamblea no es “un foro para hacer campaña”. También la viceconsejera criticó la ajuridicidad de la propuesta, que busca “la confrontación en temas que deberían ser consensos básicos”. El diputado de Unidas Podemos-IU, Tito Morano sostuvo que lo planteado se basaba en “una normativa legal de Franco y de Mussolini”. “Les pido a PP y a Ciudadanos que no sigan bailando al son que toca Vox porque es un son de marchas militares”, señaló. El diputado Pablo Gómez Perpiyà, de Más Madrid, sostuvo que Vox había pasado “una línea roja” y calificó la iniciativa de “esperpento político y legal”. A su parecer, el verdadero problema era que PP y Ciudadanos “han roto el espíritu” de la Transición al pactar con “las rémoras del Franquismo”. Por último, el parlamentario del PSOE, José Manuel Uribe, indicó que se trata de una proposición “improcedente formal y legalmente”, no solo por el lugar sino por los valores o los contravalores “que esconde”. Y recordó que, en una democracia de verdad, “las ideas no delinquen, salvo que expresen odio; delinquen los hechos, no las palabras”.
Un colectivo de más de 2.500 científicos firmaba el pasado viernes un manifiesto público contra Vox, con el cual espera que “la ciudadanía se informe de todas las mentiras y los argumentos fallidos de este partido, usados en su campaña. Los científicos firmantes consideran que el partido ultra usa argumentos basados en cifras falsas o manipuladas para así conseguir una reacción emocional en el electorado, consiguiendo un voto fácil que tendrá una alta respuesta. Los expertos en distintas materias y disciplinas científicas creen que “el uso que Vox hace de datos e informaciones es, en el mejor de los casos, erróneo, cuando no directamente ejercicios de descontextualización intencionada, manipulación y falseamiento”. Alertan del peligro de sus formas porque supone “revestir con datos supuestamente objetivos y contrastados lo que es simplemente una agenda ideológica de nacionalismo extremo basado en la intolerancia, el racismo y la xenofobia, y no solo atenta, desprestigia y tergiversa el trabajo de miles de investigadores sociales, sino que deteriora las bases de nuestra convivencia”. “Apelando a fuentes estadísticas e informes sociológicos pretenden establecer supuestas relaciones de causa-efecto entre inmigración ilegal y delincuencia urbana, población extranjera y violaciones en grupo, o el coste del funcionamiento del Estado de las Autonomías”. El documento entiende que Vox se aprovecha de que los ciudadanos no pueden acceder continuamente a “datos, estudios o investigaciones sociales” pero es necesario que tanto ellos como medios de comunicación contrarresten sus “afirmaciones”. Los investigadores creen que un partido como Vox “deteriora las bases de nuestra convivencia mediante el recurso insistente a la mentira y la distorsión de los datos existentes”. Y exponen que “por todo ello, los abajo firmantes, científicos sociales de universidades y organismos de investigación, nos unimos para hacer constar que muchas de las afirmaciones y consignas de Vox (...) no se fundamentan en estudios que hayan sido analizados, siguiendo principios y procedimientos elementales de la investigación científico-social”. Entre los firmantes hay varios científicos del CSIC, tales como los antropólogos Alberto Corsín Jiménez, Paco Ferrándiz, Cristina Sánchez-Carretero o Felipe Criado-Boado. La mayoría son profesores o investigadores universitarios de centros como la Complutense, la Autònoma de Barcelona, Santiago de Compostela, Carlos III...
Así tituló Quique García en “El Mundo Today”, el artículo que reproducimos:“Diciendo que no sabían que era catalana y que ‘mira la nena, què maca, què bonica’, seis millones de catalanes rompieron a llorar ayer al ver a la princesa pronunciar unas palabras en catalán, según han informado desde diversos territorios de la Comunidad Autónoma. ‘¡Madre mía! ¡Está hablando en catalán! ¡Visca Espanya, visca!’, dijeron los independentistas ayer por la tarde al ver a Leonor, la futura reina, decir que Cataluña siempre ocupará ‘un lloc especial al meu cor’. Haberlo dicho antes, collons. Lo paramos todo ahora mismo, las protestas, todo. Puto Junqueras, a tomar por culo con él”, respondieron miles de catalanes solo unas horas después de ver el vídeo. Muchos han publicado fotografías y grabaciones donde se les puede ver quemando banderas catalanas y besando fotos de miembros de la Casa Real. También han aparecido fotografías de miembros de los CDRs. abrazando contenedores. ‘Era esto, ver a alguien pronunciando unas palabritas en catalán. Esto era lo que queríamos, con esto nos damos por satisfechos. Todo olvidado’, declararon los catalanes, muy emocionados y arrepentidos ‘de la estúpida deriva de los últimos años en los que nos han comido la cabeza a lo tonto’. A última hora ha podido saberse que Carles Puigdemont ha cogido un vuelo desde Bélgica para entregarse”.
Esta minicampaña que finalizó el viernes —escribe Aníbal Malvar en su artículo “Prensa sin candidatos”, aparecido en Público— ha sido vivida por nuestros periódicos tradicionales con tanto despiste como el que habita los hogares, los bares, los bancos de las alamedas y los platós de televisión. Esta vez, el conservadurismo no tenía un candidato claro. Ni siquiera un mirlo blanco, pues, desde que Albert Rivera desoyó la consigna del Íbex de facilitar un gobierno del PSOE bajo arbitraje liberal, se convirtió en persona non grata para el establishment y perdió al orfeón de corifeos que cantaba sus alabanzas desde El País, El Mundo, ABC y La Razón. Poor butterfly (…) Pedro Sánchez ha conseguido lo casi imposible: concitar la desconfianza unánime desde izquierda, centro y derecha. Felipe González tardó lustros en ganarse tan altos honores. El editorial de ABC de esta mañana –jornada de reflexión– resume muy bien una visión que podría compartir cualquiera de las cuatro grandes cabeceras de Madrid: ‘Ha sido el PSOE el que ha nutrido esa radicalización, alimentando su margen izquierda con discursos de los años treinta del siglo pasado, que también han exacerbado a una parte de la derecha instalada desde el comienzo de la transición en las coordenadas del orden constitucional’. Ser considerado un rojo peligroso por la derecha y un liberal dañino por la izquierda, simultáneamente, tiene su mérito. Su transversalidad, que se dice ahora, también la tiene.
“Pablo Iglesias ha salido mejor parado esta vez. Como ya habían agotado todos los descalificativos y los bulos en la miríada de campañas precedente, ya hasta los más conspicuos voceros de la prensa decente se aburren de repetir las palabras populismo, venezuela, antisistema, stalin y tal. Ahora lo que se lleva —tomad nota, influencers— es descabalgar a Podemos de la cuadriga de los constitucionalistas. Por alguna razón inextricable, han sentenciado que Podemos no es un partido constitucionalista, y por tanto no entra en las quinielas de la gran coalición contra la ruptura de España. No hay ningún dato que avale tal teoría, pero ¿para qué quieres cerebro si tienes intuición? Con Santiago Abascal, por último, se ha hecho lo que Vox quería: ladran, luego cabalgamos. Y ladran muchísimo. Incesantemente. Pero aúllan poco las palabras fascismo o franquismo al referirse a ellos. Son palabras malsonantes que no deben reflejarse en los periódicos que van a entrar en el boudoir de las marquesas. Podemos decir que nos han metido el fascismo en el Congreso con lubricante mediático sabor a rosa. Mi querido Fernando Savater, que sufre el infortunio de ver hundirse cada galeón político en el que se embarca, clama en El País como un náufrago de Forges. Yo sospecho que, quitando a los votantes de Abascal, Savater es el único español que cree que lo tiene claro: ‘Cs continúa siendo necesario. Ahora han decretado que está a la baja quienes profetizan de acuerdo con sus deseos hasta lograr que se cumplan. Lo mismo hicieron en su día con UPyD, limpia y precursora’. Albert, campeón, figura… O sea. El hecho de que a ninguno de nuestros viejos periódicos lo enamore perdidamente ningún candidato, a mí me parece muy significativo del nivelón. Porque mira que esos periódicos se conformaban con poco. Votad, queridiños”.
Un total de 37 millones de electores fueron llamados a las urnas este domingo electoral. Unas elecciones que cuestan 136 millones de euros. Puede que la abstención suba, aún no sabemos cuánto. El Mundo Today habla de las votantes de Vox, emocionadas por participar en unas elecciones por última vez. Dice que muchas de sus papeletas son nulas al empeñarse sus votantes en lanzarlas a la urna con el brazo en alto. Y comenta que Pedro Sánchez se ha despedido del presidente de mesa diciendo: “Nos vemos en dos meses”…
Algunos electores acudieron a la cita electoral con sus mascotas. Reuters
Más de 37 millones de españoles fueron llamados a elegir un parlamento que rompa el bloqueo político.
El invidente, César Puente Fuente, preside una mesa electoral en la ciudad de Alicante con la ayuda de una amiga que le facilita la identificación de cada votante, una labor en la que cree que, pese a su discapacidad, los ciegos también “deben participar”. EFE/ Manuel Lorenzo.
El presidente de una de las mesas de la localidad de Osma, en El Burgo de Osma (Soria), se presentó así al colegio electoral José Luis Lamela, se disfrazó de oso polar en protesta por tener que realizar su labor en la presente jornada electoral, hoy domingo 10 de noviembre. Y así siguió durante toda la jornada.
Fotomontajes, imágenes y frases sorprendentes de esta última semana:Aitor Esteban: “Seguramente en Alemania quien estaría ilegalizado sería Vox”. Sobre la PNL de la Asamblea de Madrid Esteban comenta: “Esta noticia parece sacada directamente del NODO franquista”.
Completamente alarmada ante lo que parece ‘un robo por parte de profesionales’, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha dado una rueda de prensa esta mañana para anunciar la desaparición de medio adoquín de las calles de Barcelona. ‘Han tropezado ya quince personas, por lo que aconsejamos a los ciudadanos no salir de sus casas’, ha dicho la alcaldesa. ‘Si alguien ve a un loco con un medio adoquín que avise a la policía’, dice Ada Colau, según escribe Kike García.
Claude Monet.
Ronda, Andalucía.El humor en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, Eneko, Malagón, Vergara, Pat, Manel F., J. R. Mora…
Los vídeos de esta semana:
Discurso de Charlie Chaplin: el gran dictador (en español y en color) Las palabras de “El gran dictador”, pronunciadas por Chaplin, son un antídoto contra el rebrote de extremismos imperante. Buenafuente, Pablo Iglesias es el único político que ha cogido al toro por los cuernos Polònia - Polònia - 07/11/2019 Polònia - Polònia - Vox tanca TV3
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure