Angel Olsen - My womanJagjaguwar 2 / septiembre / 2016
Desde sus primeros discos, la cantante norteamericana Angel Olsen ha demostrado su capacidad de adaptación a cualquier estilo. Desde los sonidos más folk de Half way Home (2012) hasta las complejidades de Burn your fire (2014). Pero es su último álbum donde demuestra una evolución que la lleva por terrenos más elaborados, y en los que, aunque no faltan las referencias a uno de sus ídolos, la incomparable Dolly Parton, nos encontramos a una cantante cuya voz consigue sonar desolada, pero también divertida y hasta intensa en determinados temas. Podríamos decir que no parece que estemos escuchando el mismo disco si no adentramos en las guitarras contundentes de "Not gonna kill you", o si nos imbuimos de la desolación que marca el extenso "Woman". Angel Olsen ha conseguido, en este salto de calidad aún más arriesgado que el de su segundo disco, una madurez vocal sorprendente, que se adapta sin aparente esfuerzo a canciones más intrascendentes como "Shut up kiss me", pero que también se va desgarrando lentamente en pasajes más personales como ese "Sister" que dedica a una hermana que nunca tuvo, y que desemboca en un "I want to live life, I want to die right" (quiero vivir la vida, quiero morir correctamente) que suena a reinvindicación de la vida en su plenitud.
The Tierney Sutton Band - The Sting variationsBFM Jazz 9 / septiembre / 2016
Para los que no les conocieran, la banda sonora de la película Sully (Clint Eastwood, 2016) ha sido una buena tarjeta de presentación de una de las formaciones más interesantes del easy jazz en la actualidad. La cantante Tierney Sutton y su banda, encabezada por el pianista Christian Jacob, vienen ofreciendo desde hace años un ramillete de discos exquisitos que nos envuelven con esas sonoridades aparentemente sencillas pero realmente alambicadas, hasta desembocar en ese ofrecimiento que les hizo Clint Eastwood para participar en la banda sonora de su película. Unas composiciones que son más disfrutables como música autónoma que en el propio film, y que reproduce con elegancia la melodía principal creada por el propio director, llevándola a terrenos jazzísticos de sonoridad elegante. La edición de esta primera incursión en el cine coincide con la publicación de uno de sus discos más refinados, en el que recuperan una selección de canciones de Sting para reconvertirlas en píldoras de jazz suave que destilan perspicacia. Y resulta difícil elegir aquellos temas que más nos gustan, porque cada uno tiene destellos de talento, como ese "Driven to tears" con el que se abre el álbum, que propone también un homenaje a Miles Davis, o el medley "Fragile/The gentle rain", que transita suavemente de un tema a otro. Y por supuesto esa hermosa versión de uno de los iconos de The Police y Sting, "Every breath you take (lullaby)", que aquí adopta, en su condición de "canción de cuna", una delicadeza sublime.
Otro compositor que últimamente se ha venido introduciendo en el mundo del cine es el islandés Jóhann Jóhannsson, que nos ha ofrecido en 2016 una de las mejores bandas sonoras del año para la película La llegada (Denis Villeneuve, 2016), descalificada por la Academia de Hollywood para el Oscar por unos reglamentos cuya interpretación es más que discutible. Y al igual que en el caso de The Tierney Sutton Band, su trabajo en el cine ha coincidido con el lanzamiento de su último álbum autónomo, todo un acontecimiento ya que es el primero que publica en los últimos seis años, debido a su dedicación casi exclusiva a las bandas sonoras. Es difícil abstraerse de la personalidad que Jóhann Jóhannsson ha puesto en sus colaboraciones con el cine a la hora de escuchar este álbum. Y, de hecho, la base principal en torno a la que se vehiculan sus composiciones también parte de un elemento artístico, en este caso caso, literario. La composición coral con la que concluye el disco, ese esplendoroso "Orphic Hymn", que interpreta la formación Theatre of Voices, utiliza textos del poema Las metamorfosis (8 d.C.) de Ovidio, en el que se describe la historia de amor trágica entre Orfeo y Eurídice. Y de ahí parten las principales ideas de un álbum en el que se nota la libertad creativa que ha tenido Jóhann Jóhannsson. Él mismo afirma haber compuesto los diferentes pasajes a lo largo de varios años, sin fechas límite ni presiones externas, lo cual se plasma en la heterodoxia de su propuesta, y en la compleja lista de formaciones que han colaborado, desde orquestales (Air Lyndhurst Sting Orchestra) hasta cuartetos (The Dirac Quartet) o la violonchelista islandesa Hildur Guđnadóttir en el hipnótico "A deal with chaos". Orfeo también está presente en algunas referencias a la película Orphée (Jean Cocteau, 1950) que sobrevuela temas como "A song for Europa" o "The radiant City". Y en general esa idea de metamorfosis nos ofrece una visión compleja de la música que tiene un compositor que nos sorprende con cada nuevo disco.
Nick Cave and The Bad Seeds - Skeleton Tree
Bad Seed Ltd. 14 / septiembre / 2016
En nuestra lista de discos recomendados publicados durante 2016 hemos hablado de grabaciones que giran en torno a la muerte, como los últimos lanzamientos de David Bowie o Leonard Cohen; canciones hechas con la presencia incierta del final de la vida. En las historias que cuenta Nick Cave, muchas veces, también esta presente la muerte. Pero en su último disco, el excelente Skeleton Tree, es más palpable. Mientras se grababa, en julio de 2015, uno de los hijos de Nick Cave murió con 15 años cuando cayó accidentalmente por un acantilado. La presencia del joven Arthur sobrevuela todo el álbum, aunque ninguna de las canciones están estrictamente dedicadas a él. Pero, si las grabaciones de Nick Cave and The Bad Seeds suelen tener ese aire de melancolía, de tristeza, de narración en blanco y negro, aquí se hace más palpable la desazón. Desde el tema con el que se abre el disco, el hiriente "Jesus alone", Skeleton Tree se presenta como un proceso de luto que va derivando lentamente hacia esa cierta esperanza que transmite el tema que da título al disco, que es también su más lógica conclusión. Junto al álbum, se ha estrenado el documental One more time with feeling (Andrew Dominik, 2016), que dibuja con acierto el doloroso proceso de gestación de uno de los álbumes más complejos y podríamos decir que personales de la discografía de Nick Cave.
Bon Iver - 22, A millionJagjaguwar 20 / septiembre / 2016
Sin duda, el grupo que forman los componentes de Bon Iver es una de las colaboraciones más creativas de los últimos años. Encabezados por Justin Vernon, y tras varios años de silencio después del éxito de su anterior álbum, Bon Iver (2011), regresan a la escena musical con una de las propuestas más sorprendentes del año pasado, repleta de sonoridades impactantes, de creaciones insólitas y de letras que describen un mundo interior profundo y envolvente. Casi podríamos decir que este tercer disco consigue reivindicar a la banda como una auténtica joya de la música, y esta grabación como una de las mejores cosas que han pasado en el mundo de la música reciente. En la primera audición, cada uno de los temas que nos proponen es sorprendente, desde los propios títulos de cada tema, que juegan con las letras y los símbolos para confundirnos aún más. Encontramos percusiones casi tribales en "10dEAThbREasT ⚄ ⚄" hasta esos silencios electrónicos en "715 - CRƩƩKS", que nos absorben en su pausado camino. El grupo, cuyo nombre surgió de un episodio de Doctor en Alaska (CBS, 1990-1995), no ha estado realmente en silencio en estos años, con colaboraciones en discos de Francis and the Lights o James Blake, especialmente durante 2016. No cabe duda que Bon Iver tiene un sonido característico, que viene marcando también una forma especial de construir sus composiciones, experimentando con las sonoridades gracias a algunos instrumentos creados por Justin Vernon y sus ingenieros. Hasta encontrarnos en "8 (circle)" con esa perfección que nos describe su título, esa transformación de canciones de estilo folk en propuestas experimentales que sobrepasan su condición de mero pasaje musical. Y ahí es donde radica la grandeza de Bon Iver.
Dogfood-IK7 23 / septiembre / 2016
Aunque se trata de un álbum de debut, en realidad Mikky Blanco ya nos venía ofreciendo desde 2012 pinceladas de su faceta como artista polifacético. Aquí encontramos todos los elementos que la han convertido en una de las artistas más sorprendentes de los últimos años: su militancia gay, su desbordante capacidad musical o su radical forma de retorcer el rap y reconvertirlo en un arma contra los convencionalismos. Mikky Blanco se nos revela en cuerpo y alma, con colaboraciones como la de Woodkid en el sinfónico y reivindicativo "Highshool never ends", primer single del álbum, cuyo videoclip dirige Dev Hynes, más conocido como Blood Orange. Y adopta ese activismo transgénero que le ha venido caracterizando para transformarlo en un alarde de virtudes que componen un hetedoroxo álbum. Pero es cuando nos muestra sus temores personales cuando va más allá de la mera performance musical, como en ese "You don't know me" en el que describe su opinión sobre la repercusión mediática que tuvo el anuncio de su condición de seropositivo a finales de 2015.
The Yearning - Evening SouvenirsElefant Records 30 / septiembre / 2016
The Yearning es una formación británica que sin embargo distribuye el sello madrileño Elefant Records, al que hay que alabarle el gusto a la hora de descubrirnos a grupos como éste. Compuesta por Joe Moore, que interpreta todos los instrumentos, y por la cantante Maddie Dobbie, han creado con Evening souvenirs una de las más delicadas grabaciones que se han publicado últimamente. The Yearning vienen ofreciéndonos desde sus anteriores discos esos sonidos que nos recuerdan a la música de los años sesenta, más cercanos al pop británico en Dreambots and lemonade (2014), y más afrancesada en este último, como ya muestra ese toque Nouvelle vague del videoclip que acompañaba al primer single, el magnífico "When I Lost you". Desde los temas instrumentales con los que se abre cada disco, hermosos pasajes que nos recuerdan a la suavidad elegante de Yann Tiersen, sabemos que estamos ante un ramillete de canciones que hablan del amor y del desamor envueltos en suaves arreglos de cuerdas y de pianos quebradizos que sostienen la suave cadencia vocal de Maddie Dobbie, acompañada en ocasiones, como en ese precioso y melancólico "The moment your heart would say goodbye", uno de los mejores temas del álbum. El propio Joe Moore se atreve a co-interpretar vocalmente una de las canciones, ese "Nightingale" que nos recuerda a los sonidos de Burt Bacharach y de tantas composiciones que marcaron la música y el cine de los años sesenta.
El sexto album de la cantautora noruega Jenny Hval nos introduce, desde la propia portada y su título, en un universo vampírico, que marca ya el concepto de un disco en el que la sangre (la menstrual, la sagrada, la terrorífica...) tiene una presencia impactante. En algunos momentos, el disco de Jenny Hval suena a aquellas electrónicas incursiones musicales de Goblin que marcaron el sonido característico del giallo italiano de los años setenta, como en ese asfixiante "In the red", en el que la respiración angustiosa se apodera de una aparente huida del terror. También hay referencias en el álbum a los personajes principales de la película Persona (Ingmar Bergman, 1966) y al documentalista británico Adam Curtis, especialmente en ese hipnótico "Untamed region" que incluye diálogos de sus películas. Y en sus pasajes más románticos, como "Conceptual romance", la sexualidad también está muy presente, especialmente en las referencias a la novela de Chris Kraus I love Dick (1997), que habla de una mujer enamorada de un hombre llamado Dick (polla en inglés). Nada es complaciente en este disco, que la propia Jenny Hval define como un "diario poético sobre la trascendencia y la transitoriedad modernas", y llega al máximo exponente experimental en el orgánico "The plague", una suerte de proceso creativo de sonidos y voces que resulta intrigante y angustioso.
Saint-Columbia 5 / octubre / 2016
En el caso de otros autores de raza negra que hemos comentado aquí hemos hablado de su preocupación por la reivindicación de la libertad a través de sus discos (la incomprensión del odio está presente en Mykki Blanco, en Blood Orange, en Donald Glover aka Childish Gambino...). De nuevo encontramos esta preocupación en el último disco de Solange, la hermana de Beyoncé, que realiza un intenso reclamo de la condición de mujer negra en una sociedad que rezuma todavía machismo y racismo, a pesar de las libertades conseguidas. "Rise", el tema que abre el disco, es una especie de himno que hace referencia a los asesinatos a manos de la policía de personas de raza negra en Baltimore y Ferguson. A lo largo de una carrera que cubre ya más de diez años, Solange ha ido flirteando con diversos estilos hasta desembocar en este soul psicodélico, poderoso y contundente. "Don't touch my hair" es un maravilloso ejercicio de funk electrónico que reivindica a la mujer afroamericana frente a las micro agresiones que sufre cada día, como mujer y como persona de raza negra. A lo largo del álbum diferentes interludios nos van introduciendo en esos mensajes de contenido político y personal que Solange plantea, y que desembocan en contundentes pasajes como "Where we do go" o "F.U.B.U." (For Us, By Us), otra afirmación de la raza negra, con la colaboración de The Dreamer y BJ The Chicago Kid. Sin duda alguna, Solange ha encontrado un lenguaje propio en este tercer disco, lleno de propuestas fascinantes.
La cantante nacida en Texas ha sido habitualmente incluida entre las voces más destacadas del easy jazz, pero en los últimos discos su trayectoria ha dado un cierto giro hacia el pop, con canciones de alguna forma más comerciales. ¿Se trata de una cierta tendencia acomodaticia? Probablemente es más una evolución en una carrera que se ha venido consolidando paso a paso y que la han convertido en una de las voces más destacadas del panorama musical. En Day breaks (2016), Norah Jones nos ofrece una mezcla de ambos estilos, recuperando canciones de Duke Ellington como "Fleurette africaine", que de hecho es casi totalmente instrumental, con el maravilloso saxo de Wayne Shorter como principal protagonista, pero también versionando temas de Neil Young como "Don't be denied". Y en esa mezcla, en la que por supuesto el jazz juega un papel predominante, es en la que encontramos esa capacidad vocal de una artista que parece cómoda en cualquier estilo, y que acaba resultando (como ya ha demostrado en otras ocasiones) un auténtico camaleón que nos hipnotiza en cada género musical. Especialmente envolventes son sus incursiones en esas canciones que popularizó Frank Sinatra como las melódicas "It's a wonderful time for love" o ese vals melancólico que es "And then there was you". Sin duda estamos ante uno de esos discos que marca la carrera de una artista, casi como una especie de declaración de principios que nos recuerda que Norah Jones es algo más que una cantante de jazz. Lo es, sin duda.
Stones Throw 18 / octubre / 2016
Ya hemos hablado del último disco de Anderson .Paak en nuestra anterior post dedicado a las mejores grabaciones de 2016, ese Malibú que lanzó a principios de año. Los meses siguientes el rapero californiano tuvo tiempo de montar, junto al productor Knxwledge, otro excelente proyecto, ahora con el nombre de NxWorries. En realidad, el disco incluye canciones que se han grabado entre principios de 2015 y marzo de 2016, y nos muestra a un Anderson .Paak algo más combatiente, con letras incluso más contundentes, pero casi siempre hablando de uno de sus temas favoritos: sus relaciones con mujeres. Y en esa tesitura encontramos una de las canciones más líricas del álbum, la hermosa balada "What more can I say", que encaja a la perfección con el tema siguiente, "Kutless", casi como si éste fuera una continuación lógica. Es ahí donde encontramos la mano de Knxwledge, productor que ha venido trabajando desde hace más de una década, que en ocasiones conecta con los sonidos característicos del Rythm and Blues de los años ochenta, como en ese fantástico "Scared money", que suena a Kool and the Gang. Anderson .Paak es un artista que crece con el tiempo, y que en este nuevo proyecto que no sabemos si tendría continuidad, bajo el nombre de NxWorries, demuestra una vez más que tiene muchas cosas que contar y que lo hace con letras frescas y cada vez más elaboradas.
Pias 21 / octubre / 2016
Tras debutar con el hermoso Philharmonics (2010) y publicar después esa obra maestra que es Aventine (2013), la cantante y compositora danesa Agnes Obel nos presentaba en 2016 otro de esos álbumes que se disfrutan más con cada nueva audición. Este Citizen of glass es, en cierto modo, una continuación de su segundo álbum en cuanto a la introducción de instrumentos de cuerda en muchos de sus temas, aunque en este caso en un formato más de formación de cámara. Se introducen también composiciones instrumentales, como el espléndido "Red virgin soil", y el uso de instrumentos casi arqueológicos, como el teclado electrónico llamado Trautonium, utilizado en los años 20, que da esa sonoridad especial a algunas de las composiciones. Canciones como "It's happening again", que se ha lanzado con un videoclip pixelado creado por Alex Brüel, nos muestran esa sofisticación característica de la música de Agnes Obel, maravillosamente vuelta en cierto halo de misterio en ocasiones, y en esa cadencia melódica característica de los cantantes de los países nórdicos. Angels Obel comienza en febrero una gira que le llevará por numerosas ciudades de los Estados Unidos, y después lo hará por Europa, aunque por el momento no tiene fechas en España.
Nico Muhly and Teitur - Confessions
Nonesuch Records 21 / octubre / 2016
Sin duda alguna, Nico Muhly es uno de los músicos más inquietos del panorama actual. A su faceta como autor de música clásica contemporánea se unen sus composiciones para el cine en bandas sonoras como El lector (Stephen Daldry, 2008) o Amores asesinos (John Krokidas, 2013), pero también sus trabajos fuera del ámbito clásico, como este Confessions (2016) que nos propone un acercamiento a sonidos cercanos al pop, pero con orquesta de cámara. La propia génesis del proyecto es singular: gestada en 2009 mientras Nico Muhly se encontraba en la Muziekgebouw Eindhoven de Holanda, las letras de las canciones surgen de comentarios anónimos de Youtube que ha ido recopilando a lo largo de los años, y que han tomado forma musical en arreglos de Nico Muhly para una orquesta barroca, la Holland Baroque. La grabación se efectuó en las Islas Feroe, situadas a la misma distancia entre Noruega e Islandia, y de la que es originario el cantante Teitur Lassen, intérprete de cada uno de los temas. El resultado es tan brillante como suelen ser la mayor parte de los trabajos de Nico Muhly, con espléndidos hallazgos como ese "If you wait a little longer" que desarrolla una simple frase que finalmente cobra todo su sentido: "If you wait a little longer than you normally would, the most amazing thing may appear" ("si esperas algo más de lo habitual, lo más maravilloso hará su aparición"). Estamos sin duda ante uno de los discos más singulares de los que han aparecido en 2016, que devuelve al primer plano a un músico cuya capacidad de sorpresa no se detiene, y que incluso ha tenido tiempo para hacer una breve aparición en la espléndida serie Mozart in the jungle (Amazon, 2014-).
Columbia-Sony 24 / octubre / 2016
Si la muerte de David Bowie fue una sorpresa para muchos, la de Leonard Cohen parecía anunciada, y su último disco se presentaba ya desde el principio como un canto de cisne, y como una especie de declaración de intenciones frente a la muerte que ya sobrevenía (Leonard Cohen murió a menos de un mes del lanzamiento de su disco). Mucho se ha hablado del tema que da título al álbum, "You want it darker", que contiene esa resignada frase "I'm ready, my Lord" ("Estoy listo, Señor") porque, más que una representación trágica de la muerte, se trata de una canción que espera con paciencia lo que ha de venir. Más melancólica es la composición central al disco, "Treaty", que se presenta como una batalla perdida, una zozobra dolorosa de quien ya no tiene fuerzas para seguir luchando ("I'm angry and I'm tiren all the time"). Y es una de las representaciones más trágicas que se han escrito jamás en torno a la muerte. En otros momentos encontramos referencias a amores perdidos, que imaginamos con el perfil de aquella Suzanne que él convirtió en mito, como en "I didn't have your love", pero regresa la constante referencia a un adiós que se dibuja en todo el disco. Una vez más está presente en ese viaje que describe en "Traveling light", o en "Leaving the table", donde ratifica: "Dejo la mesa, abandono el juego".
El último proyecto del islandés Ólafur Arnalds es una historia de reencuentros y de descubrimientos personales. El que es, sin duda, uno de los mejores representantes de la música neoclásica actual, con incursiones fantásticas en la televisión como la serie británica Broadchurch (ITV, 2013-), viajó a las distintas islas que componen su país natal para imbuirse del espíritu de sus orígenes, y ha construido uno de los más hermosos homenajes a las raíces que hemos escuchado en mucho tiempo. Podríamos decir que estamos casi ante un EP, porque el disco no sobrepasa los treinta minutos de duración, pero cada tema, cada píldora que desarrolla ese piano lánguido habitual en su autor, es de una belleza intensa. Y además está repleto de colaboraciones que lo engrandecen más: como esa voz profunda del poeta islandés Einar Georg Einarsson mientras recita en "Arbakkinn"; la organista Dagný Arnalds, habitual colaboradora, en el melancólico "Önundarfjöđur"; o la cantante de la banda Of Monsters and Men en la bellísima canción "Garđur". Cada uno de los siete temas está dedicado a una isla, aquella en la que se grabó cada composición, no solo en audio sino también en maravillosos videoclips dirigidos por Baldvin Z. Por eso este lanzamiento de Ólafur Arnalds se disfruta especialmente en imagen y sonido, en esa especie de videoblog que se puede encontrar en su página oficial. Hablábamos de que se trata de un disco de reencuentros. Y también lo es el regreso a Akureyri, la isla natal del músico Atli Örvarsson, autor de excelentes bandas sonoras como Único disparo (David M. Rosenthal, 2013), Rams (El Valle de los carneros) (Grímur Hákonarson, 2015) o The edge of seventeen (Kelly Fremon Craig, 2016). Y lo hace para formar parte de una de las grandes joyas del disco, ese emotivo "Öldurót" que nos pone los vellos de punta.
Balkan Beat Box - Shout it out
Bertus 11 / noviembre / 2016
Aunque la música y el estilo desenfadado de la banda israelí que nació de los suburbios de Nueva York pueden parecer superficiales o simple carne de discotecas, lo cierto es que es ese espíritu de apertura al mundo el que nos ofrece la principal característica y el mensaje primordial de este grupo que es capaz de hacer levantar a los muertos con sus optimismo. Balkan Beat Box es uno de los representantes destacados de lo que se puede denominar sin temor a equivocarse "world music", que nos transporta, desde las tradiciones más locales hasta los ritmos más urbanos, a mundos casi de fantasía, y cuya música nos envuelve como si no hubiera un mañana. Quizás en su último álbum no encontramos las ideas y los hallazgos del espléndido Nu med (2007) con el que hicieron su aparición de forma estrepitosa en el mundo de la música, pero estos israelíes consiguen crear un ambiente de fiesta continua que nos atrapa y nos envuelve. Esa voz con tonalidad de reggae que tiene el vocalista Tomer Yosef es especialmente notable en temas como "Chin chin" o ese maravilloso homenaje que hacen a Nueva York en "This town", la ciudad en la que nació este grupo que recomendamos especialmente ver en sus disparatados conciertos.
El alemán Lorenz Brunner, conocido artísticamente como Recondite, publicaba en 2016 un EP que incluye cuatro piezas electrónicas y un remix que le confirman como uno de loas artistas de música electrónica más interesantes del momento. En su variedad de estilos, que van del Deep House Ambient al Acid Techno, Recondite construye perfectos engranajes que traspasan la mera condición de su arquitectura sonora para establecer una conexión con su audiencia (especialmente perceptible en los directos del DJ, que se van acoplando en base a la percepción que él recibe del estado de ánimo de su público). Brunner creó uno de sus discos más personales, Hinterland (2013), para el sello discográfico Ghostly International, y ahora vuelve a publicar este ramillete de temas que hay que reconocer que no ofrecen nada nuevo al estilo habitual del DJ, pero que consigue envolvernos en un ambiente musical que ofrece un sonido más serio y con aire más melancólico. "Capable" es uno de sus hallazgos, especialmente en la versión que cierra el EP, con un remix del brasileño Ricardo Donoso que resulta más mágico. Sin olvidar el tema que da título al disco, "Corvus", cuyo título hace referencia a los cuervos, y que Brunner define como inspirado en la música de Ryuichi Sakamoto y Aldo Novo para la película El renacido (Alejandro González Iñárritu, 2015).
Hemos hablado de cantantes que nos han dejado en 2016 sus testamentos musicales, como David Bowie y Leonard Cohen. Pero también llegamos al final de la carrera de uno de los grupos pioneros en el hip hop, A Tribe calles Quest, que desde los años '90 han venido imprimiendo un estilo particular al género que ha influido en la mayor parte de los cantantes de rap de la actualidad. Su reunificación viene siendo un rumor desde hace 18 años, pero finalmente publicaron su sexto y último disco a raíz de su aparición en el Show de Jimmy Fallon el 13 de noviembre de 2015, y vivieron en directo las noticias sobre los ataques terroristas que se produjeron en París, especialmente en la sala Bataclan. El destino quiso que, en marzo de 2016, uno de sus principales componentes, Phife Dawg falleciera por complicaciones diabéticas, lo que al final ha convertido este doble disco en un homenaje a una época y a uno de sus principales valedores. En este We got it from here...Thank you for your service, encontramos ese estilo de eco musical de la sociedad que ya podemos ver en cualquier disco de hip hop, y ese estilo de cohesión sonora que juega modulando diferentes fuentes para construir un complejo entramado musical. Y regresa Busta Rhymes, uno de sus principales colaboradores iniciales, así como una larga lista de invitados especiales, tan variopintos como Elton John o Kendrick Lamar. Estamos ante un tributo inmejorable a la historia del hip hop alternativo.
Glassnote 6 / diciembre / 2016
Donald Glover es un artista portentoso, multidisciplinar, que lo mismo trabaja como actor en series como Community (2009-2015) y proyectos industriales como el próximo spin-off de Han Solo en la saga de Star Wars, que adopta su faceta de creador, productor, guionista y protagonista de una de las series revelación de esta temporada, la comedia Atlanta (FX, 2016-). Esta serie gira en torno al mundo del rap en los suburbios, rodeado de violencia y de droga, pero con una mirada humorística que la hace atractiva. Al mismo tiempo, Donald Glover adopta el nombre artístico de Childish Gambino, especialmente en su exitoso álbum Because the internet (Childish Gambino, 2014) y ahora en este espléndido Awaken, my love. Aquí, en otro alarde de inquietud musical, abandona las tonalidades raperas que tenía el anterior disco y adopta un sonido más funk, lleno de grandiosos pasajes melódicos como ese "Me and your mama" en el que se trasforma en una versión de Prince (otro de los genios que se han ido en 2016). Hay que decir que, siendo un artista tan polifacético y con tantos proyectos en marcha, ha conseguido un nivel de producción notable, lleno de aciertos en la instrumentación y en la ambivalencia de sus propuestas, que a veces caminan por una senda y acaban desviándose hacia terrenos más pantanosos que salva con destreza. Es absorbente, casi hipnótico, el comienzo entre guitarra eléctrica y coros con el que comienza el tema "Zombies", o ese magnífico tema instrumental, "The Night me and your mama met", al final del disco.
Bel-Air Glamour Records 8 / diciembre / 2016
Kjartan Sveinsson ha sido miembro de la banda islandesa Sigur Rós, para la que ha co-escrito algunos de sus éxitos, además de tocar la guitarra y los teclados, hasta el año 2008, aunque en el álbum de la banda titulado Voltari (2013) también colaboró. Su carrera en solitario ha sido diversa, especialmente dedicada a la música sinfónica y las composiciones para cine y montajes artísticos. En el primero, ha trabajado sobre todo con el director islandés Rúnar Rúnarsson para sus dos largometrajes, Eidjfall (2011) y el espléndido drama sobre la adolescencia Sparrows (Gorriones) (2015). En el terreno artístico, su música se ha unido sobre todo al artista Ragnar Kjartasson, que precisamente es el autor del libreto de la ópera que nos ocupa, que podríamos traducir como El sonido de la revelación Divina. Esta ópera en cuatro actos se estrenó en Berlín en 2014, pero hasta dos años después no se ha editado en disco. Aunque en realidad no se trata de una ópera en sí, ya que no cuenta con participación de actores solistas ni una línea argumental, sino que cada una de las cuatro piezas se interpretaba con un decorado diferente creado por Ragnar Kjartasson que funcionan casi como obras de arte independientes. Comienza con un primer acto, "Teil I", de gran dramatismo, con una progresión en las cuerdas que desemboca en una catarsis que parece querer alzarse hasta el infinito, para continuar con los otros tres actos en los que las voces corales hacen acto de presencia y que, en cierto, va desarrollándose hacia una cierta mirada de esperanza, con un cuarto acto, "Teil IV", que parece el más prístino de todos, con esa voz solista del comienzo que da paso a una especie de iluminación celestial en los coros. Der Klang es una obra de tonalidad triste, de trasfondo religioso y de gran belleza formal que en algunos aspectos tiene coincidencias con el Orphée de Jóhann Jóhansson que hemos comentado anteriormente. Y que, junto a otros trabajos suyos para el cine, corroboran la vitalidad creativa de Kjartan Sveinsson.