La pregunta de rigor ¿Tienes hijos? Y la respuesta que me ha acompañado desde los 20 hasta los 45 años que tengo actualmente, ha sido ¡No!.
Respuesta un tanto concluyente para quienes me escuchan y un extraordinario detonador para las consecutivas preguntas, casi en tono de reclamo, que he tenido que sobrellevar durante todos estos años y donde el común denominador pregunta: ¿No piensas tenerlos? ¿Ya tienes 40 años? ¿El reloj biológico no perdona? No faltando la menuda escucha de la dulce expresión ¡Mijita apúrate! ¿Para cuándo lo piensas dejar? Preocupada por tantas interrogantes y girando solo un instante mi vista alrededor de "casi" todas mis amigas, observo con detenimiento y asombro, pero con ADMIRACIÓN, que en su brazo derecho llevan la cartera y la pañalera, en esa misma mano llevan el celular, la carpeta de trabajo, las llaves del carro y de la casa, el rasca encías, el juguete y lo más importante al BEBE; no dejando por fuera, las funciones del brazo y de la mano izquierda, que muy dispuestos empujan el cochecito con estilo moderno: tipo convertible, que si aprietas un botón se convierte en corral.
¿Cómo hacen? ¡SI YO NO PUEDO NI CON MI CARTERA! ¿Qué angustia? ¿Qué tienen ellas que yo no tengo contenido en mis genes o en mi ser? ¿Vine al mundo sin instinto materno? pero soy mujer y se sobreentiende que "todas las mujeres" lo traen, lo sienten y "tienen que tener hijos".Preguntas y realidades cuestionables, que me llevan a expresar, luego de profunda reflexión, que la maternidad no es una imposición social sino una decisión personal, íntima de la mujer y si deseo ir un poquito más allá, es una decisión de la dinámica de cada pareja.
Por diversas razones no he tenido niños, no implica que no me gusten o sienta sensibilidad por ellos. Todo lo que pueda expresar aquí, podrá ser catalogado como EXCUSAS para postergar la maternidad, "no es el momento, tengo que estudiar, ahora tengo que trabajar, no he conseguido la persona adecuada, la situación está complicada, es una responsabilidad, no me siento preparada, me da miedo" y paro de escribir, porque la lista sería extensa. En otros casos, hay mujeres que por alguna razón médica (problema de salud) no pueden ser madres, lamentablemente.
Cada ser humano está inmerso en una realidad tanto interna como externa, respetable por demás. La decisión de tener hijos es de cada quién, dada su situación y no del entorno que lo acompaña. Como importante decisión de vida, tiene que ir acompañada de un encuentro sistémico entre el corazón y la razón, de contemplar posibilidades, ya que implica el nacimiento de un ser, de una vida, que merece respeto y la responsabilidad de quienes lo desean, además de otros compromisos esenciales. Y es que la llegada de un hijo te cambia el ritmo de vida y la realidad en los tiempos, expresado en positivo, según como lo sientas.
Soy de las mujeres que abraza fuertemente la frase "Un niño es una bendición" y lo es, por ello, la importancia de reflexionar sobre su llegada a éste mundo, sobre su nacimiento, ya que desafortunadamente he visto muchas "bendiciones" maltratadas, pasando trabajo o en ambientes inadecuados, donde la condición de ser mujer no te hace madre y donde ser solo benefactor tampoco te convierte en padre. Siento que antes de tener un hijo, es adecuado detenerse en el transitar y considerar alguno de estos planteamientos:
¿Quiero realmente tener un hijo? ¿Es mi deseo o es un deseo del entorno? ¿Quiero ser madre? ¿Tener un hijo me hará feliz? ¿Tendré un hijo para obtener solidez matrimonial? ¿Si tengo un hijo mi pareja me amará más? ¿Tendré un hijo para llenar un vacío mío o de mi pareja? ¿Estoy consciente de la responsabilidad que implica ser madre? Preguntas inagotables y transcendentales, que nos pueden dar una buena orientación para tomar tan significativa decisión.
Ahora, si encajas dentro del grupo de mujeres que no tienen niños o que no quieren tenerlos, NO TE AFLIJAS, NO TE CUESTIONES, NO TE CULPES, es tu decisión y es tu vida, tan solo tú decides lo que necesitas y quieres para tu bienestar y evolución como ser humano, NADIE PUEDE PENSAR, SENTIR Y ACTUAR POR TI, ASÍ DE SENCILLO. No eres ni más, ni menos mujer por no tener hijos, simplemente tomaste una decisión entre tantas que tienes que tomar a lo largo de tu vida. En este momento y buscando concluir estas sentidas líneas, me doy cuenta que no tengo hijos, que sí tengo 45 años de edad y que si ASUMO LA DECISIÓN, todavía mi vida puede llenarse de bendiciones, aunque cambie la realidad de mis tiempos.