Numerosos países desarrollaron versiones nacionales como la zarzuela española, el singspiel alemán o la opéra-comique francesa. Sin embargo, el debate en torno a la traducción de las óperas sigue vigente cuando se trata de representar una obra en un idioma extranjero.
La traducción de una ópera para su representación presenta numerosas dificultades: el texto debería respetar el ritmo del original y adaptarse a la línea melódica de la obra. Por ello, las óperas se representaron durante siglos en sus idiomas originales, resultando así poco atractivas para el público general en muchas ocasiones. En un intento por democratizar este género musical, dos soluciones combinan la traducción del contenido y el respeto a la versión original: la traducción del libreto impreso y el uso de sobretítulos en teatros y auditorios.
Ventajas de la traducción del libreto impreso
Los programas de mano suelen ofrecer al espectador información relativa a la obra, su compositor y el contexto histórico-cultural en que fue compuesta. A este programa de mano puede añadirse una traducción total del libreto o un resumen de la obra. Esto ofrece algunas ventajas, ya que los espectadores pueden elegir la opción de leer la traducción antes o durante la interpretación, o simplemente no hacerlo.
Los sobretítulos y otras mejoras tecnológicas
Los sistemas de sobretítulos proyectan una traducción del texto en una pantalla situada en la parte superior del escenario. Fueron utilizados por primera vez en el O’Keefe Centre de Toronto en enero de 1983, y hoy en día están implantados en numerosos teatros y auditorios de ópera de todo el mundo. En algunos teatros optan por ofrecer el mismo servicio de traducción pero en aparatos de mano individuales, ya que algunos usuarios encuentran molesta la presencia de la pantalla encima del escenario.
Aunque estas soluciones han favorecido a incrementar la audiencia de la ópera y a hacerla más atractiva para el público en general, su uso cuenta también con detractores. Para muchos, la traducción de los libretos conlleva a su empobrecimiento, ya que no consigue mantener la esencia del original. Por ello, la traducción de óperas sigue siendo considerada, junto a la traducción poética, uno de los más grandes retos para los traductores.