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SINC/T21.
Un estudio sobre casi 2 mil personas, basado en la Encuesta Nacional de Salud y Sexualidad, describe las prácticas eróticas de la tercera edad en España. Las más habituales son los besos, las caricias y la penetración vaginal. Las principales causas de inactividad sexual son la enfermedad física y la viudedad.
Los resultados obtenidos en la investigación podrían aplicarse en la prevención de enfermedades y en la promoción de la salud y las prácticas sexuales saludables, señalan los autores del estudio.
Un nuevo estudio, publicado en una de las revistas de mayor impacto mundial sobre sexualidad, The Journal of Sexual Medicine, ha analizado los factores que influyen en la actividad sexual de las personas mayores en España.
“Esta investigación permite conocer una realidad social no suficientemente tratada en España: la sexualidad y las personas mayores”, ha explicado a SINC Domingo Palacios, investigador de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, y autor principal de este trabajo.
Los resultados, basados en la Encuesta Nacional de Salud y Sexualidad realizada a 1.939 ancianos heterosexuales durante el año 2009, revelan que el 62,3% de los hombres y el 37,4% de las mujeres son sexualmente activos.
Las prácticas sexuales más habituales son los besos, las caricias y la penetración vaginal. Por el contrario, las menos practicadas son la masturbación y el sexo oral.
Además, existen otros factores que limitan la actividad sexual en ambos sexos: ser mayor de 75 años, no tener pareja, poseer un bajo nivel educativo, una mala percepción de la propia salud y la sexualidad, padecer dos o más enfermedades crónicas, y tomar dos o más medicamentos.
Los resultados apoyan estudios anteriores
“Esto tiene su aplicación en la prevención de enfermedades y en la promoción de la salud y las prácticas sexuales saludables”, afirma Palacios, quien subraya que entre las razones por las que la población mayor española no tiene relaciones sexuales destacan la viudedad y la enfermedad física de la pareja.
Los autores apuntan diferencias de género entre los mayores de 65 años, con una menor actividad sexual de las mujeres respecto de los hombres, y de edad, con mejores resultados entre los 65 y los 74 años que en los mayores de 75 años.
Esta no es la primera vez que se mide la salud sexual en la tercera edad. Ya en 2006, un estudio que se hizo público durante el XXVI Congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC) mostró que el 60% de las personas mayores de 65 años decía tener relaciones sexuales con una frecuencia media de cuatro veces al mes.
En aquel trabajo, realizado en más de un centenar de personas por médicos de familia de Cataluña, la mayoría reconocía que aunque sus relaciones habían sufrido cambios a causa de la edad, no por ello eran "menos satisfactorias".
Asimismo, los datos coinciden con los de una encuesta realizada en EE UU y publicada en el New England Journal of Medicine en 2008, en la que el 73% de los estadounidenses entre 57 y 64 años practicaban sexo. La cifra bajaba al 53% entre los 65 y los 75 años y caía hasta el 26% a los 85.