BBC Mundo
Tecnología
Fabricar ropa que cambie de color podría ser útil en labores de camuflaje, tal y como lo hacen animales como el calamar o el pez cebra.
Es por ello que científicos de la Universidad de Bristol, en Reino Unido, han desarrollado unos músculos artificiales para imitar la habilidad de estos animales.
La tecnología utilizada es conocida como robótica de inspiración biológica, una mezcla de química orgánica, ciencia de materiales y la robótica.
Sus prometedores resultados fueron publicados recientemente en la revista Bioinspiration and Biomimetics.
Imitando a la naturaleza
Los investigadores británicos decidieron combinar robótica y biomímesis, tal y como se conoce la tecnología que imita a la naturaleza.
"Estudiamos e imitamos las características biológicas de organismos para crear robots y aparatos", dijo a la BBC el doctor Rossiter.
"Mientras la robótica convencional es rígida e inflexible, nosotros nos enfocamos en las estructuras blandas que la naturaleza sabe fabricar. Esto incluye a los músculos artificiales".
Para crear músculos artificiales, los investigadores estudiaron cómo ciertos animales cambian de color. Lo hacen por varias razones, en caso de peligro, o dependiendo de su humor, nivel de estrés, cambios de temperatura, cuando se comunican o cuando tratan de atraer al sexo opuesto.
Los cefalópodos, como los calamares, la sepia o los pulpos, cambian de color usando músculos diminutos en su piel para presionar pequeños sacos de tinta.
Estos sacos están ubicados en las células de la piel del animal y cuando una célula está lista para cambiar de color, el cerebro envía una señal a los músculos para que se contraigan.
Esto hace que los sacos se expandan generando el efecto óptico que da la impresión de que el animal está cambiando de color.
Los científicos también notaron que en el caso del pez cebra, se da un tipo distinto de camuflaje. Este pez lo hace enviando fluido negro de debajo de la piel a la superficie.
Materiales inteligentes
Para imitar estos mecanismos naturales, el equipo utilizó polímeros inteligentes electroactivos, conectados a un circuito eléctrico.
Cuando se aplica el voltaje, los materiales se contraen y vuelven al estado original con un cortocircuito.
"Estos músculos artificiales pueden imitar la acción muscular... Y pueden dar lugar a un potente efecto óptico", asegura Rossiter.
"Los materiales y este sistema son ideales para fabricar pieles que cambien de color o aparatos donde el fluido se envíe de un lugar a otro"
"Esto podría ayudar a crear todo tipo de nuevas tecnologías, desde ropa de camuflaje que cambia de color y motivo, a una segunda piel inteligente que pueda enfriarnos cuando tenemos calor o calentarnos cuando tenemos frío".
La biomímesis
El ser humano ha tratado de imitar a la naturaleza durante siglos, un afán que dio lugar a una rama de la ciencia denominada biomímesis, también conocida como biométrica.
El término biomímesis lo utilizó por primera vez la escritora de historia natural Janine Benyus en 1998.
En 2005, Benyus abrió el primer Instituto de Biomímesis con el fin de ayudar a las empresas a desarrollar diseños inspirados en la naturaleza.