Revista Cultura y Ocio

42ª maac-chorrada - Divagando sobre Tristán e Isolda

Publicado el 23 junio 2012 por Maac @Elblogdemaac

42ª maac-chorrada - Divagando sobre Tristán e Isolda

Canal del Parque de Cabecera, Valencia.


Esta tarde como tantas otras he ido a correr por el camino que comienza en el Molí del Sol y que recorre una zona que en Valencia se conoce como el Parque Fluvial del Turia, un camino de tierra que comienza en el Parque de Cabecera, recorre el antiguo cauce del Turia hasta que alcanza el río y lo recorre acompañándolo durante unos 30 klm, está bordeado de acacias, adelfas (aquí lo llamamos baladre) y otros árboles ornamentales.
42ª maac-chorrada - Divagando sobre Tristán e Isolda
 
También hay alguna higuera en la que el año pasado me paraba a comer higos y recobrar fuerzas. este año no los he catado, todavía están verdes...
42ª maac-chorrada - Divagando sobre Tristán e Isolda

...llevaba puestas mis zapatillas de running que no son más que unas zapatillas de correr pero que hoy se ve que hay que llamarlas así, son muy cómodas porque tienen una especie de red sobre una tela tanto en los laterales como en el empeine que deja pasar el aire y una suela que amortigua los golpes al correr adaptándose a caminos con piedras, esta suela no tiene ningún dibujo especial, ni de tortilla de calamares ni nada por el estilo, un diseño geométrico ideado para adaptarse de la mejor manera posible al camino.
 

42ª maac-chorrada - Divagando sobre Tristán e Isolda

Zapatillas de running

A veces, cuando salgo a correr, suelo llevar un reproductor de mp3 y escucho música o la radio, otras veces no escucho nada más que el ruido de mis zapatillas sobre el camino  y mi jadeante respiración. Mientras corro veo filas de hormigas o algún escarabajo cruzando el sendero, restos del antiguo cauce del río Turia como una especie de azud medio derruido en cuyas piedras no es difícil sorprender a alguna joven parejita haciéndose carantoñas...
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 y la acequia de Favara, una de las ocho de la Vega de Valencia, que nace en Quart de Poblet...

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La acequia de Favara

 ...también lo poco que queda de la huerta en esta zona, alguna fábrica abandonada, un taller de pirotecnia...

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Pirotecnia Gori

  el campo de tiro de Quart...

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Un acceso al campo de tiro de Quart de Poblet

... unos huertos ocupados por indigentes que saben tocar bastante bien la guitarra por lo que intuyo al pasar porque prácticamente no se aprecia quién está dentro...

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Puerta de entrada a un huerto

  ...algún corral de animales que es un buen ejemplo de reciclaje urbano...

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Corrales

y a lo lejos las torres de los edificios resultado de la reciente y desastrosa burbuja inmobiliaria. 

42ª maac-chorrada - Divagando sobre Tristán e Isolda

Especulación inmobiliaria.


Hay días que termino tan tarde que se me hace de noche.

42ª maac-chorrada - Divagando sobre Tristán e Isolda

Atardecer con luna llena en el Parque de Cabecera


Por la mente transcurren infinidad de pensamientos, los más insospechados, en una suerte de monólogo conmigo mismo.
A  veces, cuando corro, pienso en ópera...
42ª maac-chorrada - Divagando sobre Tristán e Isolda

...y esta tarde le tocó el turno a Tristán e Isolda, la ópera que mañana se ofrecerá en el Palau de les Arts (sí sí, me pierdo el partido de la selección contra Francia), de pronto me he sorprendido pensando que en el fondo la historia de esta pareja de enamorados es sumamente desgraciada, comenzando por los antecedentes, y es curioso pero nunca me lo había planteado así, siempre había pensado en esta historia como la magnificación del amor hasta llegar al éxtasis, ahora pienso que estaba equivocado y que todo es una colección de frustraciones que sólo encuentran solución en la muerte. La princesa irlandesa Isolda pierde a Morold, su prometido, en la guerra contra Cornualles, se lo ha cargado Tristán, quien envía su cabeza de vuelta, Tristán queda herido por la espada de Morold, su herida no cura y sólo Isolda conoce el remedio, así que a nuestro héroe no le queda más remedio que visitarla,  y lo hace pero ocultando su identidad bajo el nombre de Tantris, cuando Isolda lo descubre intenta asesinarlo pero es incapaz, ambos quedan  prendados, y lo deja escapar.
Tiempo después Tristán vuelve pero para recogerla como prometida del rey Marke, se trata de un medio de sellar la paz entre Irlanda y Cornualles. Isolda en el barco camino de Cornualles, capitaneado por Tristán, no puede soportar la situación y pide a su doncella que le suministre el filtro de la muerte, los dos enamorados beben pero desconocen que la doncella ha recurrido a un filtro distinto, el del amor. Una vez en Cornualles Isolda se casa con Marke pero sigue viéndose con Tristán, su amor es tan apasionado como imposible, al final son pillados en el adulterio. Tristán no soporta la situación y  se hiere con una espada, cuando acude Isolda muere en sus brazos.  También mueren Melot, enemigo de Tristán, y el escudero de éste; Kurwenal,  que se baten en duelo. Marke, el cornudo rey, termina perdonando al difunto Tristán e Isolda muere junto a él pero en soledad.  El saldo es significativo: cinco muertos (Morold, Kurwenal, Melot, Tristán e Isolda) frente a dos (Brängane, y Marke), y todos desgraciados.
La conclusión a la que llegamos es que el amor en vida, al menos para estos personajes, se convierte en un imposible y la única solución es la muerte, es decir, la nada. Si los verdaderos sentimientos de los amantes no pueden ser reprimidos por la propia fuerza de su voluntad sólo la noche o la muerte los puede redimir, para mí es trágico. Al parecer para Wagner, que partía de una visión más orientalista que cristiana, el amor de Tristán e Isolda no terminaba con la muerte sino que en ella se hacía perpetuo, podríamos decir que la vence alcanzando la eternidad, el Nirvana. Yo la verdad es que soy bastante menos espiritual, para mí la muerte es la renuncia a todo, un último recurso cuando se reconoce el imposible o el fracaso. Se dice que después de su estreno hubo una oleada de suicidios, no me extraña.
Os dejo el vídeo de René Pape como Marke en el Met, 2001, dirige James Levine en una producción de Dieter Dorn:



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