El 3 de julio de 1971, el corazón de Jim Morrison, líder de The Doors, dejaba de latir en París. Es evidente que la mitología alrededor de su muerte se hizo muy rápida, pero la vida desordenada, castigadora al máximo de su cuerpo, le pasó factura después de beberse y meterse de todo en 6 años (1966-1971). Aseguraba que el asesino estaba en la carretera y que el mundo estaba dominado por la televisión y que el hombre es lanzado a él como jinetes en la tormenta.
Con The Doors reinó en una época convulsa, tanto en Estados Unidos como en el mundo, pero el estilo del grupo era único, con los teclados de Ray Manzarek dando ese aire genuino, la guitarra de Robby Krieger espléndida y ese batería venido del jazz que era una delicia... John Densmore. Hace 1 año y casi 2 meses también desapareció Ray, pero ya mayor, Jim se fue antes de tiempo... ¿el poeta de la desilusión?
Hoy en recuerdo de Jimbo (ya también de Ray claro que si), os dejo un mítico tema... ese The end de 1967, interpretado en vivo en un programa de Los Ángeles.