El sobrepeso es uno de los males más habituales de los últimos años, y en contra de lo que pueda parecer, también afecta a niños desde edades muy tempranas. La Organización Mundial de la Salud (en adelante OMS) alerta que, de acuerdo a datos del 2010, 43 millones de menores de cinco años en el mundo padecen sobrepeso.
La OMS advierte también que el sobrepeso y la obesidad son la quinta causa de muerte en el mundo, provocando cerca de 3 millones de fallecimientos cada año.
Otro dato a tener en cuenta es el aumento de la obesidad infantil en países pobres, pues no es un problema que afecte sólo a los países más avanzados. Actualmente, se calcula que de la cifra de 43 millones de niños con sobrepeso, casi 35 millones habitan en países en vías de desarrollo mientras que los restantes en países avanzados.
Esto viene dado por las condiciones de los alimentos de los países con ingresos bajos o medios, dado que en ambientes pobres puede haber dificultad para encontrar alimentos de calidad y frescos, pero resulta fácil hallar comidas muy calóricas y pobres en nutrientes que cuestan bastante poco.
Recordemos que un peso desmesurado durante la etapa infantil se traduce en una mayor probabilidad de obesidad, discapacidad y muerte prematura durante la edad adulta. Eso sin contar los riesgos que se padecen antes de los 5 años, y que incluyen dificultad para respirar, efectos psicológicos, hipertensión y trastornos cardiovasculares.
Si a esos datos añadimos una falta de actividad física durante la vida del menor, obtenemos un peligroso “cóctel” que puede desencadenar serias consecuencias en la salud del pequeño.
La OMS señala varias propuestas para luchar contra este trastorno de peso en menores de 5 años. Una de ellas es la de combatir la dañina publicidad de las industrias alimenticias, que impulsan a los niños a consumir productos poco sanos, a la vez que pueden poner trabas para acceder a alimentos más frescos y/o saludables.
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