Y siguen intentando convencernos de que Lady Gaga es actriz. ¿Vieron el trailer de "House of Gucci", lo último de Ridley Scott? El trailer promete un producto solvente y entretenido, pero no puede esconder el hecho de que Lady Gaga tiene cero talento interpretativo. Poner miraditas intensas y forzar gestos severos no es actuación, y parece que Gaga tuvo serias dificultades para aprenderse ciertos diálogos, y no sólo para aprenderlos sino que sobre todo para comprenderlos, porque si una cosa es no saber actuar a secas, otra cosa es no saber actuar y además olvidarse de intentar actuar (olvidarse de tu personaje) y simplemente recitar líneas "complicadas". Pero así son las cosas, así son los negocios, Ridley Scott se presta para estas cosas y quizás se escude en el hecho de que pudo contar con un reparto de lujo, a saber: Adam Driver, Al Pacino, Jared Leto, Jeremy Irons, quienes, imagino, pensaban en el jugoso cheque que recibieron mientras intentaban actuar junto a Gaga, así como para no sentirse tan mal. Lo peor es que Gaga recibirá grandes elogios y quizás una nominación al Oscar o algo así. Nosotros, si pudiéramos, por supuesto, buscaríamos refugio en cine, verdadero cine.
Hoy hablaremos de otra cosa, eso sí. De "The Damned", otro cómic de Cullen Bunn. "The Damned" ha publicado varios números, varios arcos argumentales. Por hoy, solamente, comentaremos el primer arco de cinco números: Three Days Dead.
Tampoco nos vamos a extender mucho. Cullen Bunn es un creador/escritor interesante, de buenas ideas, buenas premisas, notoriamente interesado en temas ocultistas, diabólicos, etc. "The Damned" nos ubica en un mundo en el cual los demonios conviven con los seres humanos, así como, no lo sé, los humanos conviven con criaturas de fantasía en "Bright" o con extraterrestres en "Alien Nation". Además, se sitúa en la década del 1920 o 1930, época de la prohibición, de los gángsters, todo el rollo. El protagonista es un humano común y corriente, aunque no tan común y corriente: en la práctica, es inmortal, pues unos demonios malos le hicieron una maldición que consiste en que si muere, puede revivir siempre y cuando otro ser vivo toque su cadáver (este ser vivo morirá en, por las mismas causas, en su lugar). Esta particular habilidad llama la atención de algunos jefes mafiosos, jefes que resultan ser demonios, por supuesto. Así las cosas, las mafias y negocios y demás cosas están dominadas por demonios, y hay guerra entre familias mafiosas demoniacas. Nuestro protagonista resolverá el misterioso origen de las discordias.
La trama está bien planteada (aunque no sea nada del otro mundo), desarrollada y resuelta, con un buen giro final y buenos personajes, por lo que se puede leer sin problemas y con genuino (aunque moderado) interés por saber qué demonios sucederá a continuación, pero es una idea que se queda en la superficie de sus posibilidades. No es como "Fables", por ejemplo, que nos cuenta la historia de las Fábulas que nos contaban de niños (bueno, las verdaderas fábulas, no las más famosas versiones Disney), pero condenadas a vivir en el mundo humano, con todo lo que ello significa; en aquel cómic, aparte de crear magníficas y fascinantes tramas que abordan varios géneros, lo que atrae todavía más es ver cómo el autor, Bill Willingham, crea una lectura brutal y afilada sobre la sociedad, elaborando un retrato crudo pero real sobre los males de la sociedad reflejados en estas Fábulas que no viven tan perfectamente como nos contaban de niños (princesas que viven como strippers o prostitutas, príncipes azules dedicados a las drogas o contrabando, genios dedicados a negocios legales pero abusivos e inescrupulosos, etc.). En "The Damned" los demonios son malos y listo, son simples seres humanos codiciosos y violentos, pero eternos y con poderes sobrenaturales, y poco más. El resto son lugares comunes y códigos utilizados sin una pizca de revisión y aportación genérica/ética propia. Estéticamente, aunque el trabajo artístico está muy bien, es igualmente una reproducción fiel y obediente de cualquier manual de "cómo hacer un noir". Es decir, todo muy eficiente, solvente, aceptable, pero para nada sobresaliente ni magnífico ni espectacular.
Una lectura que no tiene desperdicio, pero que no deja pozo. Al menos entretiene. Quizás leamos alguna vez los otros arcos, luego los comentaremos, por supuesto.