Además, el gran porcentaje de estos episodios violentos, en la mayoría de los casos, tienen como victimario al integrante de la familia que no ha tenido un encuentro con Jesucristo.
Y algunas veces, quienes han abrazado la fe en Cristo Jesús, piensan que deben soportar la violencia familiar por un mal entendimiento del amor de Dios.
Entonces, si no debo quedarme de brazos cruzados ante la violencia familiar, ¿cuál debe ser mi reacción y qué es lo que enseña la Biblia?
Siguiendo la lectura de este artículo lograrás entender cómo debe ser tu reacción ante la violencia desde una perspectiva de amor, justicia y esperanza, que reflejen los principios enseñados por Jesucristo.
¿Quieres saber más? Continúa leyendo, que serás bendecido con este post.
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1. Llama las cosas como son
Esto es una espada de doble filo que puede causar mayor dolor y nunca dar libertad a quien sufre violencia familiar.Así que por nada del mundo romantices la violencia.
Y aléjate del errado concepto de que esto es “una prueba de Dios para sus mejores guerreros”.
La violencia es violencia aquí en Perú o en la Antártida.
Pues desde una perspectiva cristiana y bíblica, la violencia familiar se percibe como una manifestación del pecado y una clara violación del mandamiento de amar al prójimo como a uno mismo.
Empezando porque los esposos están llamados a amar a sus esposas como a sí mismos (Ef. 5:28-29), y que nadie en la familia debe provocar ira o injusticia contra otro (Col. 3:21).
2. Ora y confía en Dios
Esto puede parecer tonto pero, el verdadero cristiano ora para todo, incluso, para poder afrontar una situación de violencia. Y necesitas hacerlo para que Dios proteja tu corazón del odio y del rencor, y para que emocionalmente no te debilites ante el agresor. Esto es porque algunas personas terminan por aceptar que una vida de violencia es algo normal. Un claro ejemplo son las mujeres que siguen al lado de un hombre agresor. Que por más que sufran violencia física o psicológica, siempre terminan justificando el maltrato con la esperanza de que pronto cambiará. Incluso, algunas mujeres, desarrollan total dependencia del agresor, que son capaces de soportar todo con tal de tener economía y compañía diaria.3. Amor y compasión
Este punto es para ti que conoces algún caso de violencia dentro o fuera de la iglesia.Jesús nos enseñó a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Mt. 22:39).
Esto significa que debes mostrar amor y compasión por aquellos que sufren violencia familiar.
Si conoces un caso, no te quedes con las manos cruzadas.
Acompaña a la persona que sufre violencia con oración, con empatía, y con todos los medios necesarios para defender su vida ante el agresor.
Escucha las veces que quiera comentarte sobre su situación. Podrías estar salvándola, incluso, de acabar con su propia vida.
4. Perdón y reconciliación
Aunque el perdón no significa ignorar la injusticia o permitir que continúe el abuso, los cristianos están llamados a perdonar a aquellos que les han hecho daño (Mt. 6:14-15). Y esto no es algo que se logra de la noche a la mañana. A mí me tomó mucho tiempo arrancar el rencor que tenía por mi padre por todo el daño que le hizo a mi madre. Cada vez que sucedía un roce entre mis padres me revolvían todos los recuerdos y tenía ganas de golpearlo. Pero créeme, mi vida no era feliz imaginándome llevar este odio a la tumba, y me atormentaba la idea de saber que mi hijo viera mi odio hacia su abuelo. Entonces el Espíritu Santo me confrontó con la verdad y pude entender que perdonar me daría sanidad y reconciliación. Y así fue. Me armé de valor y perdoné a mi padre por todo lo que había hecho en la vida de mi madre y la de nosotros. Este perdón no lo di como para justificar el daño causado, sino para liberar mi alma de las cadenas que me ataban al rencor. Pero claro, este perdón jamás se puede dar si es que la gracia de Dios no desborda el corazón lastimado.Sean más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, así como también Dios los perdonó en Cristo. (Ef. 4:32)
5. Apóyate de otros
Si estás viviendo una situación de violencia lo más aconsejable es buscar ayuda de otras personas.Este tipo de situaciones nunca se deben enfrentar en solitario.
Así que apóyate en un líder o pastor piadoso, un amigo o profesional, que pueda escuchar y ayudar a terminar con la violencia que abraza tu vida.
Y aunque puede parecer vergonzoso contarle a alguien que sufres violencia familiar, quedarte callada o callado solo te ahogará más en el infierno que vives.
Por lo tanto, ármate de valor y de confianza en Dios, y busca la ayuda necesaria. No caigas en las amenazas de aquel que te hace daño.
Y si es necesario recurrir a las autoridades judiciales, hazlo.
Esto no conlleva ningún tipo de pecado.
Al contrario.
La Biblia nos enseña que las autoridades civiles son instituidas por Dios para mantener el orden y la justicia en la sociedad (Ro. 13:1-7).
Es por eso que buscar ayuda legal no es incompatible con la fe cristiana, sino que puede ser una forma de buscar justicia y protección para aquellos que están siendo victimizados en la familia.
Finalmente
Este artículo no es solo un tema random del que hablar.Pues tiene revelaciones de mi experiencia personal y enseñanza de lo que la Biblia nos habla sobre este asunto.
Y la finalidad, como te habrás dado cuenta, es enseñarte que la violencia no debe ser tolerada por ningún cristiano.
Además, como portadores de amor y paz, debemos siempre defender a aquellos que viven en violencia.
Esto quiere decir que si tienes que denunciar a alguien, denúncialo sin problemas.
Porque amar a tu prójimo implica odiar todo aquello que le causa daño.
Así que por lo que más quieras, no te quedes callado. Podrías estar salvando una vida de algo más peligroso.
Y bueno, hasta aquí hemos llegado al final del artículo de hoy. Espero que haya sido de ayuda y bendición.
No te vayas sin dejar tu opinión sobre el tema abajo en los comentarios. Y sin compartir este post con quien lo necesite en tus redes sociales.
Dios te guarde.
¡Vuelve pronto!