Te encantará este post, escrito para MamáLatina, en el descubrirás lo mágico que es PENSAR EN TI ;)
Simplificar no significa renunciar a tu vida ni a tus sueños: ¡al contrario!. Simplificar no significa dejar de comer o dejar de bañarse. Simplificar no significa ir a lo barato aunque sí implica reducir gastos. Simplificar tu vida significa vivir de modo sencillo y cómodo, dejando de lado la complejidad a la que nos hemos acostumbrado gracias a la publicidad y la sociedad consumista. No tengas miedo a dar el paso. Deja atrás las cadenas de lo común. No tengas miedo de conseguir menos. No tengas miedos de descubrir que menos es más. No tengas miedo de aquietar tu mente, darle tiempo, espacio… Ahí radica la felicidad tan ansiada: en lo pequeño, en lo sencillo, en lo natural, en el tiempo…
Todas las mujeres, en algún momento, nos sentimos desbordadas y con más que hacer:cambios de trabajo, cambios de estación, maxi vacaciones escolares, mini vacaciones laborales, entretenimiento familiar, siempre perfectas y a punto, mucho que hacer pero poco tiempo y cero descanso.
Durante el otoño y el invierno abrigamos a nuestro cuerpo y a nuestra mente, entre ropa de lana, lluvia y frío con energéticos cocidos. En primavera y verano, lo mimamos con sol, ensaladas y frutas, inclusive a veces, con complementos alimenticios pero… ¿y nuestra mente? ¿Cómo la alimentamos? ¿De qué modo hacemos limpieza en ella?
¿Te imaginas todo lo que puede hacer por ti, una mente quieta durante solo dos minutos?
Estas desconexiones mentales, una vez al día, durante 365 días que tiene el año hacen que logremos convertirnos en personas conscientes, pensando y haciendo en presente, sintiendo lo que hacemos en ese mismo momento.
El inicio de la vida escolar, laboral y familiar hace que, poco a poco, vayamos perdiendo consciencia en base a nuestros momentos para seguir el ritmo que nos imponemos y que, supuestamente, nos facilita la vida: concentración para el estudio, aplicación para el trabajo, rutinas en la familia. Nos proponemos innovar, ser creativos, cambiar pero, poco a poco, la familia y el trabajo nos absorben de tal modo, que perdemos todo propósito y convertimos nuestros días en una copia del día anterior.