A estas alturas de la película el funnel o el embudo de conversión nos suena, y no solo para llenar menesteres culinarios, sino para tema de marketing online y sobre todo de inbound marketing. Todos los que nos dedicamos a este mundillo nos rebanamos los sesos para encontrar fórmulas mágicas para ganar tráfico segmentado al menor precio posible, de ahí términos como Growth Hacking, del que ya he hablado antes, y del que intentaré seguir profundizando dentro de mis conocimientos.
La realidad de todo esto es que hay tantos factores y tan aleatorios que es complicado saber filtrar y diferenciar cuales. Intentamos a ser dios con esto del marketing pero nos solemos quedar muy lejos de ello, a pesar de que manejamos información muy interesante que nos ayuda a afinar nuestro trabajo. Nuestro trabajo consiste en trenzar una “tela de araña” una espiral de contenido, de imagen de marca y de percepción al cliente que haga entrar al consumidor en el proceso que lo conduzca hacia la compra de nuestro producto/servicio.
Después de desgranar algún que otro proceso de compra llego a algunas conclusiones que me gustaría transmitiros y que espero sirvan de ayuda en esto de la conversión (venta):
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Identifica el tráfico generado para saber lo que está produciendo.
Define las fuentes, el coste y la productividad de estas. Factores como la inversión empleada, la potenciación de unos u otros canales y el rendimiento de estos son cruciales para no jugárnosla en el juego de “huevos y cestas”.
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Medir toda la información que se genera en el proceso de compra
. Es imprescindible para recoger datos fiables sobre el proceso de reserva completa. El primer paso es asegurarse de que puede identificar y separar cada paso, y que todas las rutas de entrada y salida de cada etapa son capturados y revisados de forma regular.
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Conoce lo mejor posible al visitante y cual es su posición en el proceso de compra.
Suena muy repetitivo esto de definir al tipo de cliente, pero es importante saber el máximo de información de tu cliente tipo y saber como estamos trabajando cada una de las fases del proceso para satisfacer sus necesidades. Hay multitud de herramientas para definirlo y tenemos mucha información que apoye nuestra percepción, sobre eso solo trabajar y mejorar.
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Definir que papel juegan los diferentes dispositivos en cada etapa del proceso de compra.
Una vez tengamos cada punto definido en datos, se puede analizar cada punto en el embudo sin descuidar el dispositivo y que está pasando con cada uno de ellos. El embudo tiene que estar optimizado al máximo para cada dispositivo sea cual sea la tecnología utilizada.
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Acota el embudo.
Por lo general los embudos son de 3 a 4 pasos, piensa acerca de la relevancia y conveniencia, evitando la necesidad de re-entrada y la duplicación de los datos comúnmente disponibles.
Creo que estos consejos bien aplicados os darán más de una alegría. Es importante tener claro el proceso de compra, el embudo de conversión y su optimización con el paso del tiempo y de la experiencia. Medir, optimizar y seguir mejorando, no hay otra fórmula, la demanda es variable y nuestro cliente no algo estático, sino que siente, tiene necesidades, se mueve por modas, poder adquisitivo… muchos factores que debemos tener en cuenta.