Conceptos básicos en el manejo de los trastornos conductuales de la demencia frontotemporal
Las personas con demencia frontotemporal (DFT) suelen desarrollar síntomas conductuales, ya sea como una expresión directa de los cambios que ocurren a nivel del funcionamiento cerebral o como consecuencia de que la persona no puede satisfacer por si misma sus propias necesidades. Los síntomas conductuales varían entre los diferentes individuos y cambian a lo largo de la evolución de la enfermedad. Si la conducta produce un impacto en la persona con demencia o aquellos que la rodean, considere lo siguiente: 1) Saber qué funciones cerebrales han sido afectadas Para manejar los síntomas conductuales, la familia y cuidadores necesitan de información. Esto incluye asesoramiento por parte de un especialista en la enfermedad y de todo el equipo tratante que pueda aportar información útil para manejar diferentes situaciones que puedan ocurrir (conducta social inapropiada, desinhibición, agitación, conductas perseverativas, etc). 2) Conocer a la persona El conocimiento sobre la persona, su personalidad, gustos, intereses, experiencias vividas y las cosas que son importantes para él o ella resultan una información sumamente valiosa a la hora de desarrollar planes y estrategias de manejo conductual. 3) Asegurarse que la persona con demencia posea un estado físico/clínico lo mejor posible. Realizar un chequeo periódico con un médico clínico es de vital importancia. Numerosas intercurrencias clínicas pueden pasar inadvertidas pero sin embargo pueden generar un impacto en el estado cognitivo y la conducta de la persona. Además, la nutrición adecuada y el ejercicio físico regular son ítems fundamentales para contribuir a un estado clínico óptimo. Si la conducta se deteriora rápidamente, consulte a su médico clínico ya que podría haber una causa clínica (ej: infecciones del tracto urinario). 4) Examine y maneje su propia conducta Los síntomas conductuales en las personas con demencia suelen empeorar cuando la familia y cuidadores están bajo niveles elevados de estrés. Un gran número de cuidadores desarrollan cuadros depresivos, lo que a su vez disminuye la capacidad de cuidar adecuadamente a la persona que padece demencia. Por ello es importante identificar el estrés del cuidador y adoptar medidas para combatirlo (respetando el tiempo de descanso, realizando actividades recreativas, ejercicio físico y una dieta balanceada).
5) Modificar el ambiente
El ambiente o contexto tiene un impacto en la persona con demencia pudiendo generar alteraciones conductuales nuevas o agravando las presentes. Es fundamental propiciar un ambiente tranquilo y evitar la sobre estimulación ya que la misma puede interferir con la concentración y la compresión generando inquietud y agitación.
Dra. Mariángeles Pose, Psiquiatra de INECO.
Lic. Teresa Torralva, Directora del departamento de Neuropsicología y Rehabilitación Cognitiva
Hechos concretos sobre la Demencia Frontotemporal
- La degeneración de los lóbulos frontotemporales (DLFT), a veces referida como “Enfermedad de Pick” o “DFT”, es un término general que describe tres subtipos de la enfermedad que son: la demencia frontotemporal (DFT), la afasia primaria progresiva (APP) y la demencia semántica (DS).
- La DFT afecta alrededor de 250,000 personas en Estados Unidos sólamente .
- Su prevalencia en el mundo es aún incierta pero un estudio estima que la DFT en personas de 45 a 65 años llega a ser de 15 personas cada 100,000. (Ratnavalli, 2002).
- La DFT representa estimativamente al 10% - 20% de los casos de demencia. Se reconoce como una de las demencias preseniles más comunes (o sea, que ocurre en poblaciones más jóvenes).
- Las DFTs son diferentes de otras formas de demencia en dos aspectos importantes:
- El comienzo de las DFT ocurre alrededor de los 40 y 50 años, y el promedio de edad al momento de diagnóstico es de 60 años, lo cual ocurre 10 años antes que el momento en que se suele diagnosticar a los pacientes con Alzheimer. Por lo tanto, la DFT puede afectar la familia y el trabajo de maneras muy distintas a las que afectan las demencias en pacientes mayores.
- La característica principal de la DFT es que se presenta como un deterioro gradual y progresivo del comportamiento y/o el lenguaje (en vez de la memoria). Con el progreso de la enfermedad, los problemas pueden convertirse en un impedimento para el normal funcionamiento social y ocupacional, resultando en una gran dependencia de los cuidadores y familiares.
- El curso de la enfermedad varía de 3 hasta 17 años, con un promedio de 8 años de curso desde el momento del diagnóstico.
- La DFT resulta de una atrofia progresiva de distintas áreas de los lóbulos temporales y/o frontales, las partes del cerebro que controlan las “funciones ejecutivas” tales como la toma de decisiones, así como la personalidad, la conducta social y el lenguaje.
- Aunque todas las DFTs se manifiestan con síntomas conductuales y cognitivos, algunos trastornos (tales como la demencia semántica y la afasia progresiva) muestran principalmente problemas en el lenguaje, mientras que otras (como la DFT con enfermedad de neurona motor, degeneración corticobasal, la DFT con parkinsonismo-17, que son enfermedades relacionadas) se caracterizan por síntomas musculares o motores.
- Debido a la naturaleza de estos síntomas (y el hecho que el paciente es en general “demasiado joven” para ser diagnosticado con demencia), la DFT suele estar mal diagnosticada como un problema psiquiátrico o un desorden motor como la enfermedad de Parkinson.
- El diagnóstico acertado es crucial, puesto que algunas drogas utilizadas para tratar otras enfermedades pueden ser contraproducentes para personas con DFT.
- Algunos centros o programas quizás no sean apropiados para – o incluso no acepten – pacientes tan jóvenes.
- Actualmente, no hay tratamientos para frenar la progresión de la DFT.