Aunque siempre trabajemos con un presupuesto establecido y controlado al milímetro, éste siempre acaba disparándose por culpa de una dichosa partida: la de imprevistos. ¿No os sucede siempre lo mismo? Así que cómo buena catalana, os propongo ahorrar en algunas de las partidas de un evento con alternativas sencillas y sobretodo REALES, para poder equilibrar aquellos desajustes presupuestarios cuál malabarista.
Sin embargo, ten en cuenta que las partidas que van a ser recortadas no sean aquellas que tu consideres prioritarias bajo tu criterio, es decir aquellas con las que planees conseguir un objetivo concreto. Siempre ahorraremos en aquellas partidas que consideréis secundarias, para que el resultado final de vuestro evento no pueda verse afectado. ¡Palabra de planner! ¿Coges papel y boli?
Haz del DIY tu religión. Si consideras que eras una persona mañosa anímate con la decoración y proyectos decorativos de tu boda. Eso sí, si quieres asegurarte de hacerlo correctamente apúntate a Wedding Crafters (3a edición y última de éste 2013 ya abierta) para ver tu potencial y aprender a diseñar y crear tu boda handmade ¡sin morir en el intento!
Last night Spotify saved my life. Fácil y sencillo, ahórrate un dj contratando una cuenta Spotify Premium y creando listas para cada momento de la fiesta. Es una opción muy económica y divertida ya que puedes instar a tus amigos a crear listas compartidas -haciéndoles partícipes- o si lo prefieres, mantener el factor sorpresa.
¡Haz una boda 2.0! Con invitaciones digitales y toda la información del enlace en una web totalmente personalizable y a precios muy asequibles (o sin coste). La opción que más me gusta a día de hoy -por la capacidad de personalización del diseño- es: The Knot. Lo mejor, que tus invitados podrán consultar todos los detalles de la boda online y hasta podrán descargarse las fotos de la boda. ¡Práctico y económico!
Selecciona una ubicación que sea bonita por si sola. A veces vale más la pena invertir en un sitio bonito que no intentar modificar o vestir un espacio más económico, hasta conseguir el resultado deseado. Un edificio histórico, un paisaje espectacular o una playa que deje sin palabras… no necesita adorno alguno. ¡Recuerda que lo barato siempre sale caro!
Escoge la fecha perfecta para la celebración. Normalmente la época fuerte de bodas va de mayo a septiembre. Apuesta por fechas fuera de la “temporada oficial de bodas” para conseguir precios más asequibles y resultados diferentes. Además considera también que a veces el precio del sábado no es el mismo que el del domingo. Baraja distintas opciones.
¿Eres ahorradora? ¿Con qué opción te quedas?
¿Qué partida consideras más o menos imprescindible?
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