Al menos dejé de comprarlas en exceso.
Mi esposo es testigo fiel de que, después de hacer a un lado la pañalera, anduve con la misma cartera por cuatro largos años. Varias veces me dijo que me comprara otra, que la cambiara... y yo simplemente no le veía la necesidad. ¿La razón? Cumplía con su función y prefería utilizar el dinero en otras cosas para mi bebé y para mí.
Igual que la cartera, otros artículos se sumaron a la lista de los "no necesarios". Por ejemplo:
- Zapatos - Ohhhh... Siempre fui fan de los zapatos, especialmente de los tacones. Pero con la maternidad dejé muy atrás eso de estar comprando pares a cada rato. Ahora solo uso las mismas sandalias y tenis casuales -digamos vintage- para todo. Para nada extraño los tacones.
- Maquillaje - Ahora hay un boom con eso de estar super, extra, mega maquillada y yo le huyo como no tienes idea. La razón es simple: Abusé del maquillaje en mi adolescencia (por campañas de modelaje y concursos de belleza) y mi piel sufrió mucho. A parte que, al convertirme en mamá, sentí la necesidad de verme más natural. Algo así como amar mi YO tal cual. Ahora solo cargo con un labial (que suele ser humectante), mascara y una paleta de sombras de colores naturales.
- Prendas - Adiós accesorios. ¿Han notado que salgo en todas las fotos con las mismas pantallas (aretes)? Simplemente porque dejé de gastar dinero en prendas. Los que tengo es porque me los han regalado y de vez en cuando los saco a pasear.
- Ropa - No solo porque la ropa que tengo en el armario me sigue sirviendo, sino porque mi "mente de madre" prefiere comprar ropa para su hijo que está en desarrollo y todo se le queda.
Y tú, ¿dejaste de comprar algo en lo que gastabas mucho antes de ser mamá?
Foto: Pixabay