Me encanta cuando digo que trabajo desde casa y la gente empieza a poner cara rara :) Primero creen que me dedico a algo extraño (o quizás ilegal, quién sabe). Luego me dicen que si se puede ganar dinero trabajando desde casa (dependiendo de lo que sepas hacer, sí) y por último entran en una especie de espiral festiva en la que no dejan de enumerarme las bondades que tiene el estar en casa (cuando ellos trabajan fuera, ejem). Pero trabajar desde casa tiene su lado oscuro. Uno que sólo aprendes cuando lo vives, y que hace que no sea tan maravilloso como parece… dicho así suena a historia de terror, nada más lejos de la realidad, porque también tiene muchas ventajas, no quiero engañar a nadie. Pero hay que saber manejarlo. Así que hoy os cuento las cosas que he aprendido en este año y pico trabajando desde casa, por si tenéis curiosidad o pensáis dar el salto en un futuro próximo. Y seguro que las que trabajan desde casa como yo, van a sentirse identificadas en más de un punto.
Todo lleva más tiempo del que crees
Te sientas por la mañana a organizar tu día y empiezas a llenar tu lista de tareas con un montón de cosas que debes hacer sí o sí. Escribir los posts de la semana, ir a comprar materiales, hacer las fotos de tal proyecto, editarlas… Oh sí, seguro que vas a tener tiempo de sobra para hacer todo. ERROR. ¿Crees que escribir un post te va a llevar media hora? Entonces cuenta más o menos con que será el doble de tiempo. ¿Hacer esas fotos será diez minutos? Cuéntamelo cuando lleves quince minutos sólo para colocar todo para una foto.
Me he dado cuenta de que a la hora de estimar tiempos tendemos a tirar por lo bajo, así que es mejor tenerlo claro desde el principio y asignar a las tareas más tiempo del que aparentemente creemos que nos van a llevar.
Nadie asumirá que estás trabajando
Cuando trabajas en casa todo el mundo cree que estás libre. Si vives con alguien, te interrumpirá varias veces (en ocasiones para contarte cualquier tontería), si te llaman para salir y dices que no puedes, no se lo creerán. Es así. En este país trabajar en casa es raro, por eso conseguir que te tomen en serio y respeten tu tiempo de trabajo es complicado y a la vez esencial. Tus familiares te pedirán que vayas a hacerles recados, porque claro, ellos están en la oficina y tú sin embargo estás en casa.
Como caigas en la trampa de hacerlo una sola vez, estás perdida. Desde el principio aprende a decir no.
Contabilidad en orden, sueño reparador
Nada como saber que tus cuentas están en orden para tener algo de tranquilidad en la vida de autónomo. Cuando pienso que pase lo que pase estoy en paz con las administraciones, uf, me quito un peso de encima. Y lo mejor de todo es pagar a alguien (un contable, un asesor) para que se encargue de ello. Créeme, es el dinero mejor invertido. Te deja tiempo para seguir trabajando y creando, y sabes que no vas a meter la pata con tanto formulario.
Harás jornadas de trabajo maratonianas
Trabajar en casa es un arma de doble filo. Puedes caer en la pereza si te organizas mal, pero lo más posible es que peques de lo contrario y trabajes más de lo que debas. El tener el espacio de trabajo tan cerca te hace pensar que puedes trabajar todo el día y que no pasa nada, así que te encuentras un viernes de madrugada haciendo prototipos de gorros de punto (y lo peor es que lo ves totalmente normal).
Está claro que hay veces en las que no se puede evitar estar todo el día trabajando sin parar, porque cuando tú eres la única empleada, simplemente hay que hacer las cosas. Pero tienes que evitar esto a toda costa o dejarás de disfrutar de lo que era tu trabajo soñado.
Si sabes cómo hacerlo, podrás disfrutar de mucha libertad
Realmente amo la flexibilidad que tiene mi trabajo. No mentiré si digo que organizarse uno mismo es maravilloso. Yo decido las horas que trabajo, los días… todo. Y eso es genial porque te permite hacer cosas que no puedes hacer en un trabajo normal, como por ejemplo, viajar casi siempre que quieres. Además, si un día me levanto y estoy enferma, puedo permitirme pasarlo en el sofá. Nadie me grita, nadie me trata mal o menosprecia mi trabajo, yo soy mi única jefa (aunque eso también hace que la presión sea enorme).
Trabajar desde casa es lo más duro y lo más maravilloso que he hecho nunca. Raro es el día en el que no me siento creativa. Es algo masoquista, porque encuentras muchas dificultades y problemas, pero como estás haciendo algo que amas, no te importa.
¿Qué cosas habéis aprendido las que también trabajáis desde casa? Seguro que podría añadirlas a mi lista, porque ahora que os he contado estas cinco, se me ocurren muchas más :D
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