Adoro leer y soy una persona un tanto obsesiva por lo que cuando un tema me interesa me leo todo lo que esté relacionado con él (literal). Durante mi embarazo leí muchísimos libros sobre embarazo y parto, sin embargo no me preocupé tanto de informarme sobre lo que venía después.
Si es cierto, que hice un esfuerzo por informarme mucho sobre lactancia materna porque al tener un historial de fracasos en mi familia, sabía que mi inseguridad podía costarme cara, pero no leí nada más que un par de libros sobre crianza.
Además, en los pocos libros y revistas que consulté antes del parto se decían las típicas frases habituales “el niño debe dormir solo en su cuna desde el primer día” “si coges mucho a un bebé se malacostumbra” los niños deben tener horarios desde el principio para adaptarse a la familia y no al revés” “si el niño tiene una rabieta debe ser ignorado hasta que se calme solo” etc…
Así que cuando me convertí en madre me sentí como la primeriza de las primerizas, porque nada de lo que había leído me cuadraba con lo que estaba ocurriendo en mi crianza. Mi instinto me pedía coger a mi hija en brazos y calmarla así, ella no tenía ningún horario para mamar ni nada parecido, no podía dejarla en su habitación durmiendo en su cuna porque YO lo pasaba fatal y necesitaba tenerla cerca, etc.
Poco a poco, fui encontrando otro tipo de información y otras lecturas donde daban una versión muy diferente de lo que había conocido hasta el momento. Reconozco que me alivió bastante leer a expertos que decían que coger a los bebés en brazos es algo muy beneficioso, dormir con los niños no los va a hacer dependientes de ti sino todo lo contrario, etc.
No “necesitaba” su permiso pero sí me encantó ver que la ciencia daba la razón a lo que mi instinto me pedía.
Así que si vas a ser madre te invito a leer estas cinco cosas que a mi me hubiera gustado conocer antes de ser madre:
Quien dice que duerme como un bebé es que no tiene ninguno
Yo también me creí lo que se suele decir que los bebés recién nacidos sólo comen y duermen. Después de escucharlo muchas veces, de leerlo en revistas y de verlo en películas pensaba que era así.
¡Nada más lejos de la realidad!
Algunos bebés duermen poquísimo y a ratitos, lo que significa que parece que no duermen nada. Si pensabas organizar la casa durante las eternas siestas de tu bebé ya te puedes ir olvidando porque lo normal es que no tengas tiempo ni de prepararte la comida y termines comiendo un bocadillo (o comida de tupper que tu madre te dejó en el congelador).
Lo único que me funcionó para estar más descansada (una vez entendí que mi hija no iba a dormir durante veinte horas al día) era:
- dormir con mi bebé (y así dar el pecho en la cama sin tener que levantarme ni despertarme mucho)
- dormir cuando mi bebé dormía (sea la hora que sea)
El porteo ergonómico puede hacerte la vida más fácil
¡Pero mucho más fácil! con mi hija mayor tuve una mochila incomodísima que me molestaba mucho al llevar a mi hija allí y que por supuesto no era ergonómica.
La usé muy pocas veces.
Con mi hija pequeña descubrí el porteo ergonómico y ¡no tiene nada que ver! el porteo me permitió:
- trabajar en casa mientras ella dormía en mi regazo
- atender a su hermana sin desatenderla a ella (jugar, pintar, deberes…)
- ir de compras mientras tomaba pecho
- salir a comer con mis amigas todos los viernes (sin perdonar ni uno jeje)
- ir de boda, ir al cine de verano, ir de viaje
- etc.
El personal sanitario no sabe de lactancia
Yo (como muchas otras madres) pensaba que el personal sanitario recibía una formación adecuada sobre lactancia materna y que ellos eran los indicados a los que debía preguntar mis dudas sobre lactancia materna, de hecho pregunté muchas dudas a varios pediatras y enfermeras. Al final me di cuenta que su formación no incluye la lactancia materna como un tema relevante por lo que busqué la información por otras vías.
No me entiendas mal, hay algunos pediatras y enfermeras que saben muchísimo sobre lactancia materna y pueden asesorar a una madre ante cualquier problema que pueda tener, pero debe ser alguien que se ha interesado especialmente por el tema y que ha recibido formación específica, porque si no es así, sólo con lo que estudian en la facultad, no es para nada suficiente.
Ellos saben muchísimo de enfermedades y su trabajo más importante es ese, detectar las enfermedades del bebé y sugerir tratamientos, no resolver dudas o problemas de lactancia materna.
Si una madre necesita ayuda o apoyo en su lactancia es mucho mejor que acuda a un grupo de apoyo a la lactancia materna o bien que busque ayuda especializada (asesora de lactancia o IBCLC).
Pedir ayuda no es algo malo, es algo necesario
Muchas mujeres tenemos cierto complejo de super woman que no desaparece con la maternidad, sino todo lo contrario.
Pensamos que debemos atender a nuestros hijos mejor que nadie y además cuidar la casa, cocinar sano, estar guapas, triunfar profesionalmente, estar activas intelectualmente, vestir bien, ir siempre perfectamente maquilladas, hacer manualidades, practicar deporte, etc.
Lo cierto es que el día tiene 24 horas y un bebé va a ocupar la mayoría de ellas por lo que es imposible que pretendamos hacer mil cosas y continuar con nuestra vida como si nada hubiera pasado.
Hay cosas que sólo vamos a poder hacer nosotras (como dar el pecho por ejemplo) pero hay muchísimas que podemos delegar en otras personas y de hecho, si no queremos estresarnos demasiado, deberíamos hacerlo.
Pedir ayuda es fundamental para poder dedicarnos a lo verdaderamente importante.
Los bebés no necesitan papillas
Pues no, no las necesitan.
Si yo hubiera conocido la alimentación libre de papillas antes de ser madre todo hubiera sido mucho más sencillo con la alimentación de mi hija mayor, porque a la pobre le costó una barbaridad aprender a masticar y tuvimos algunos momentos de agobio.
Con mi hija pequeña que nunca ha tomado una papilla, todo fue mucho más sencillo.
Ahora es tu turno ¿se te ocurre alguna cosa más para incluir en el post?
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