La vida del director Bruno Salvati (Rossi Stuart) está en punto muerto. Sus películas nunca han tenido éxito y su productor se empeña en poner en pie el próximo proyecto. Recientemente se ha separado de su mujer. Por casualidad descubre que tiene un tipo de leucemia. Y empieza un camino de obstáculos a la curación. Lo primero encontrar un donante compatible, ninguno de sus dos hijos es compatible. Hay miedo ¿Que pasará?
La película trata la enfermedad como un túnel en el que un paciente y un donante pueden encontrarse y dar un nuevo significado a sus vidas, al ser una historia persona no cae en sentimentalismos frágiles y de hecho salpica de pequeños momentos de ironía. Destaca la fuerza de todos los personajes femeninos de la esposa Anna, Lorenza Indovina, la hija Adele (Fotini Peluso) de la aparición de una hermana hasta ahora desconocida Fiorella, Barbara Ronchi y también de la hematóloga que lo atiende, interpretada por la esposa de Francesco Bruni en la vida real, Raffaella Lebboroni. Bruni nos brinda un canto a la esperanza, en los tiempos que corren y en apostar por seguir disfrutando de la vida y del momento presente.