Hay dos tipos de fundadores: los que se quieren retirar y los que no. Unos anhelan tiempo libre para sí mismos, dedicarse a las aficiones que abandonaron, explorar otras facetas de su personalidad. Hay otros que aseguran que el día que la parca toque a la puerta, será la de su oficina. Esto puede sonar descabellado, pero al final resulta lógico: para el fundador de una empresa familiar el negocio es parte fundamental de su identidad.
No por nada un fundador sacrificó fiestas, viajes, reuniones familiares, aficiones, amistades y muchas otras cosas más para construir un legado para su familia. Por lo tanto, el retiro se anuncia como la cosa más nebulosa e impredecible, algo que genera mucho temor. Si tú eres el fundador de una empresa familiar, y te intimida el el tema de la sucesión, aquí me dedico a despejar cinco típicas dudas, lo que seguramente te dejará un tanto más tranquilo:
Imagina que tu negocio es un equipo deportivo de alto rendimiento y tú eres el capitán, el titular indiscutible del equipo. En pocas palabras, Cristiano Ronaldo. Pero como todos sabemos, Ronaldo no puede ser eterno. Con el tiempo los reflejos se hacen más lentos, el cuerpo es menos resistente y la mente un poco menos aguda. La edad vuelve a uno más conservador y un poco menos audaz. Por lo tanto, llega el momento de encontrar a la nueva estrella del equipo para mantenerlo altamente competitivo. Toda empresa exitosa vive más allá de su fundador. En términos de sustentabilidad, esa es la medida del éxito. La sucesión es cuando dejas de vivir para trabajar y comienzas a trabajar para vivir.
- ¿Cuándo debo empezar el proceso de sucesión?
Depende de la edad del sucesor y del sucedido, pero una cosa es cierta: el fundador tiene que empezar a planear la sucesión cuando todavía se encuentra en plenitud de facultades. Esto implica que el proceso se hace de manera preventiva, y no correctiva, cuando ya hay problemas. Idealmente, un fundador debe retirarse antes de llegar a los setenta años, y el sucesor debe ocupar su puesto como líder de la organización antes de llegar a los cincuenta.
La formación académica y la experiencia profesional no son suficientes para elegir al mejor sucesor. La educación, en términos de valores que reciban los hijos de la familia empresaria, es fundamental, pues son esos años formativos los que garantizarán que el sucesor posea las siguientes características: integridad, verdadero amor por el negocio, un sentido de responsabilidad que lo haga entender que muchos empleos y familias dependen de sus decisiones, confianza en sí mismo y habilidades interpersonales que le permitan ser un buen líder que goce del respeto de los stakeholders. Como podemos ver, estas habilidades deben aprenderse mucho antes de empezar a elaborar un plan de sucesión.
De forma gradual. Primero, el fundador toma las decisiones y el sucesor se mantiene a un lado, observando y aprendiendo, como una sombra. Después, las decisiones se toman en conjunto. En una tercera etapa, el fundador sigue al frente, pero le permite al hijo tomar las decisiones, mientras el fundador se limita a opinar y dar consejos. Finalmente, el fundador da un paso al costado y el sucesor obtiene la total autoridad en el negocio.
- ¿Qué pasará conmigo después de la sucesión?
Primero que nada, habrá que asegurar que el fundador podrá seguir dependiendo económicamente de una empresa que ya no dirige, sin que sus exigencias económicas la pongan en aprietos. Para eso es fundamental organizar la finanzas mucho antes de la salida del fundador. Resuelto esto, este podrá dedicarse a lo que desee: viajar, dar clases o conferencias, escribir un libro, jugar con los nietos... Tengamos en cuenta que muchos fundadores no planean su futuro, nunca terminan por irse y tratan de obstaculizar la labor del sucesor para demostrar que aún mandan. "Retírate del trabajo, pero no de la vida". M.K. Soni
Fuente https://www.forbes.com.mx/red-forbes-5-dudas-que-un-fundador-no-se-atreve-a-preguntar-sobre-la-sucesion/