La progresiva digitalización de recursos y servicios del mundo real, que se han expandido a través de internet, ha provocado que muchas de las acciones que realizamos a lo largo de nuestro entorno personal o profesional se produzcan a través de un formato electrónico (también llamado formato digital) que se almacenan en distintos dispositivos que nos permiten acceder en cualquier otro momento.
La posibilidad de analizar y gestionar esta gran cantidad de datos digitales nos permite diseñar procesos en el entorno empresarial con unos beneficios altamente contrastados en la práctica como son:
- Una importante reducción de costes consecuencia de una mejora en la productividad y en la mejora del control de los recursos.
- Mejorar nuestra comprensión de lo sucedido, de los hábitos de los clientes, etc..
- Mejorar la coordinación entre equipos implicados, sobre todo si corresponden a distintas áreas de una empresa.
- Facilita y simplifica los procedimientos manuales de trabajo que se realizan en la empresa.