Hoy quiero proponerme un objetivo a cumplir a lo largo de lo que me queda de día. Hoy quiero plasmar aquí los 5 errores a intentar evitar con mis hijos. Sí, porque es evidente que yo también cometo errores, y muchos. Debe ser eso del refrán “en casa de herrero, cuchillo de palo”. Sí, esto de ser madre es mucho más difícil que ser una profesional de la psicología infantil y escolar que se sienta tras una mesa en un despacho a escuchar problemáticas infantiles y familiares. Sí, ya me lo suponía antes de ser madre pero uno no se da cuenta de lo que supone la tarea de ser madre hasta que lo es.
5 errores a intentar evitar con mis hijos hoy (y cada día).
- Perder la paciencia. Que fácil se piensa y se escribe esta afirmación. Con qué facilidad recomendamos ser más pacientes con nuestros hijos cuando estamos tranquilamente sentadas, como lo estoy yo ahora, ¿verdad? Qué sencillo se ve cuando todo fluye pero … ¿qué ocurre cuando la corriente del estrés diario nos engulle? Pues que perdemos la paciencia porque queremos acabar rápido para intentar disfrutar de un momento de paz. Aquí empieza el tornado que nos engulle. Estamos cansadas, perdemos la paciencia y empezamos con el siguiente de los errores : gritar absurdamente.
- Gritar absurdamente. Este tema lo he tratado ámpliamente en el blog y sabemos de sobra que gritar no nos ayuda en nada, es más, provoca tanta frustración en nosotras mismas como en los niños. Los gritos no nos ayudan a enseñar a comportarse mejor, los niños no aprenden más rápido si les gritamos
- Pretender que obedezcan a la primera. Debemos concienciarnos de una vez por todas que los niños dificilmente hacen las cosas que les pedimos a la primera, por muchas razones, entre ellas porque sus necesidades y prioridades son absolutamente distintas a las nuestras pero también porque su nivel de atención es diferente al nuestro. Sabiendo esto, es absurdo pretender que nos obedezcan a la primera. Tampoco digo que debamos dejar que hagan lo que quieran y tirar la toalla, no, no digo esto. Digo que ser madre o padre significa tener que repetir muchas veces lo mismo para que nuestros hijos acaben sabiendo qué deben hacer y lo hagan. Digo que ser madre o padre significa respirar hondo muchas veces y volver a decir lo mismo una y otra vez.
- Olvidar que son solo niños. Con frecuencia nos olvidamos que nuestros hijos son solo niños pequeños, que la infancia es una etapa para aprender , es decir que somos los padres quienes debemos invertir todo el tiempo, la paciencia y el esfuerzo del mundo para intentar ofrecer los mejores modelos de conducta posible. En ocasiones perdemos de vista este objetivo, yo incluida, por lo que nunca está de más recordarlo de vez en cuando o apuntarlo en un papel con letras bien grandes y colocarlo en ese lugar tan especial como es la puerta del frigorífico.
- Empecinarme en seguir teniendo la razón. Hay ocasiones en las que debemos reconocer que nos equivocamos, somos humanos, erramos constantemente y no hay nada de malo en admitir el error. Mamá, papá, asume que te has equivocado si lo has hecho y no pretendas seguir teniendo la razón por encima de todo cuando no la tienes por el simple hecho de ser tú el adulto y querer ser el director de todas las orquestas. Pon punto y final a este tipo de luchas de poder que no llevan a nada, si no tenemos razón, no la tenemos. Los peques no están equivocados solo por ser pequeños ni viceversa, nosotros no siempre llevamos la razón por el simple hecho de ser mamá o papá.
Y tras reflexionar, ponerlo por escrito y difundirlo queda la labor más importante … realizarlo.
imagen cortesía http://es.photl.com/
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