No se vayan a decepcionar. En este post no les vengo a contar qué ver o hacer cuando decidan viajar a Australia, porque yo no la conozco todavía. Así que estoy bastante lejos de recomendar algo certero. Lo que sí podemos hacer juntos es imaginar y revisar algunas rutas que se salen de lo tradicional, del típico recorrido entre sus ciudades más conocidas, para sorprendernos con la lejanía, la cultura, los paisajes y que les puede despertar el lado más aventurero.
Por eso quiero contarles 5 experiencias únicas, raras, distintas, curiosas que se pueden hacer cuando estén en Australia y que no están a primera vista en su mapa. Eso sí, lo básico será verificar que nuestros documentos de viaje estén al día y solicitar a tiempo el visado para Australia, con la ayuda de sitios como . Se recomienda contratar un seguro médico, además, para estar más tranquilos y no tener problemas. Dicho esto, ¡veamos!
- Ir a ver la ola más larga del mundo. Los amantes del surf cubren la Costa Dorada de Quennsland durante las dos últimas semanas de febrero para ver cómo los mejores surfistas del mundo se enfrentan a las olas más largas y altas. No es un fenómeno natural certero, la verdad es que detrás de todo eso hay barcazas con sistemas de bombeos, cantidades de arena perfectamente ubicadas para que se puedan producir estas olas tan altas que hacen delirar a muchos. Si vas con tu tabla, puedes intentar colarte entre los más de 300 surfistas que se lanzan al mar. Medio loco, ¿no?
- Completar los 223 Km del sendero de Larapinta. Esta ruta puede llevar, al menos, dos semanas y se vuelve retadora entre barrancos, llanuras desérticas, depósitos de agua, barrancos y paisajes alucinantes. El sendero Larapinta -que va desde Alice Springs hasta el monte Sonder- aparece en la cordillera MacDonnell, una de las más antiguas del mundo y que está en el centro de Australia. Todo está diseñado para que los viajeros extremos puedan vivir a plenitud la travesía, que no es nada económica. cuentan todos los detalles.
- Asistir a una carrera de langostas (?). Sí, de langostas. Algo muy típico en los pueblos de Quennsland como Charleville o Moonie. Las carreras de langostas de río es una celebración en esas calles que se llenan de gente que ríen con cervezas en la mano, que apuestan, preparan comidas y reciben a todo aquel que quiera gritar emocionado hasta perder la voz. Además de eso, pueden tomarse el tiempo de recorrer los pueblos y conocer de cerca su cultura. Uno de los más visitados es Charleville.
- Llegar hasta las islas Whitsunday. Esto no es nada raro, mas bien, necesario. Hay que llegar a la ciudad de Airlie Beach, frente a la costa de Quennsland para comenzar a navegar. Son 74 islas prácticamente vírgenes y gran parte de ellas pertenecen al parque marino que protege ala Gran Barrera de Coral, tan famosa de Australia. Se pueden hacer tours por barcos, pero también practicar buceo, submarinismo, snorkel y más. te lo cuentan y te enamoras.
- Visitar el Parque Nacional de Kakadu. Lo primero que leí de este lugar es que tiene cascadas y pozas llenas de cocodrilos. Y bueno, habrá que verlo, pero lo realmente interesante -además del paisaje- es todo el arte rupestre que se encuentra aquí. Hay muestras de más de 20 mil años de antigüedad, rocas que van contando historia y que seguramente nos hará sentirnos ínfimos. El parque está a 250 km al este de Darwin, perfecto para esto y admirar sus cascadas. Las travesías se coordinan aquí.