Aunque se ha resistido un poco, es inevitable: el verano ya está aquí. Y en verano, al igual que la actividad frenética de cada día disminuye, la actividad en los blogs también. Autores y lectores se van de vacaciones, sacan tiempo para leer libros que tienen pendientes y pasan menos rato delante de la pantalla o de su lista de temas que escribir o blogs que leer.
Es normal que el tráfico de los blogs y webs caiga en estas fechas, así como lo es que las entradas que creíamos que serían más atractivas, tengan menos repercusión. Y como, de momento, contra el verano no se puede hacer nada, lo mejor es adaptarse o morirse de la frustración.
Hoy vamos a ver alunas formas con las que puedes adapatar el contenido de tu blog a estos días en los que nos apetece menos leer en pantallas, y más disfrutar del buen tiempo, tomar algo en una terraza o relajarnos leyendo un libro.
1. Aprovecha para hacer recopilatorios: con motivo del verano, puedes hacer unas cuantas entradas recopilatorias de posts antiguos que hayas escrito y que quieras reciclar a modo de “resumen de temporada”. Si los posts antiguos pertenecen a diferentes secciones, puedes hacer un resumen para cada una de ellas en cada entrada recopilatoria.
2. Habla sobre temas curiosos, interesantes y ligeros: intenta que en verano tus entradas sean como una buena cervecita, fresquitas. Esto es: que no saturen mucho, que no sean textos muy largos y que los temas sean interesantes y con enjundia, pero no muy pesados.
3. Escribe posts temáticos, que acompañen al solazo y al buen tiempo: “100 películas que deberías ver este verano”, “Libros perfectos para unos días de playa” o “10 sitios fresquitos donde escribir tu blog” son ejempos de títulos y contenido que puedes escribir, adaptando tus entradas a la época estival. A la gente le gusta leer recomendaciones sobre planes de ocio, actividades al aire libre o curiosidades sobre el verano. Estrújate un poco el cerebro y verás qué bien te sale.
4. Cierra por vacaciones: a mucha gente le da reparo cerrar el blog unos días por vacaciones. Generalmente, se cree que la gente que no vea contenidos nuevos dejará de visitarle o que su blog perderá el tirón que poco a poco, había ido cosechando a base de trabajo duro. Pero en realidad, cuando un blog es bueno, se entiende que su autor, que se esfuerza porque esté todo perfecto durante el año, tenga que tomarse un respiro. Las vacaciones te ayudarán a pensar en nuevos temas, relajarte y volver con las pilas cargadas. Hay que aprender a desconectar un poco.
5. Prepara el terreno para la nueva temporada: a lo mejor tu afluencia de tráfico es menor, pero puedes aprovechar los meses de verano para ir pensando en un rediseño de tu blog, en nuevas secciones que te apetezca adaptar o en algún proyecto serio como una newsletter o ponerte concienzudamente a optimizar tus entradas para el SEO. Es buena época para pedir opinión a tus lectores y que hagan balance y te den alguna sugerencia. (Por cierto, yo os estoy pidiendo la vuestra aquí).