Si viajar nos encanta, poder probar la comida de allá donde vamos nos gusta todavía más. En esta ocasión os hablaré de Londres, es tan grande y tan variopinta que para los que nos gusta probar sabores nuevos esta ciudad es casi un paraíso. Para muestra 5 de esos lugares en los que comimos, que si bien puede que no sean los más famosos, a nosotros nos gustaron y por eso los recomendamos.
Ya he contado en otras ocasiones que nuestro barrio favorito de Londres es Camden. Su espíritu multicultural, internacional y extravagante también se refleja en su comida. Sus mercados están llenos de puestos de comida de multitud de rincones del mundo, aquí se impone el pasear entre los puestecillos, dejándote seducir por la comida que los vendedores dan a probar y compartir mesa con otra gente.
Barrio chino, se encuentra a poca distancia de Piccadilly o de Leicester Square. Lo cierto es que esperaba más de este barrio, algo como una maraña de callejuelas, muchos puestos de productos asiáticos o más afluencia de gente, en fin... No se como sería hace años, pero ahora son apenas varias calles repletas de restaurantes, eso sí con sus brillantes patos laqueados colgando en las ventanas y alguna tienda de alimentos orientales. Probamos suerte con un restaurante al azar, no somos expertos en la materia pero la comida estaba deliciosa, su elaboración y presentación parecía de mejor calidad que en los restaurantes chinos de España, además el precio bastante aceptable para ser Londres.
Durante la mañana en la que visitamos el Museo de Historia Natural, descubrimos en el barrio de South Kensington un curioso restaurante de comida libanesa llamado Comptoir Libanais. Donde de nuevo se imponía compartir mesa, cosa que a nosotros nos parece muy divertido. Comida sana y muy especiada, con un trato muy atento y un servicio bastante rápido.
Otra posibilidad son los Pub Londinenses donde también sirven comida, aunque en esto debéis preguntar, porque en muchos la cocina sólo está abierta durante determinadas horas al día. Nuestro hallazgo fue un pub llamado Silver Cross situado cerca de Trafalgar Square, donde probamos unas hamburguesas que, si bien no tenían la mejor pinta del mundo, estaban buenísimas, acompañadas de patatas fritas caseras ¡¡yummy!!
Por último os contaré una opción que usamos casi todos los días; por lo general salíamos por la mañana y no regresábamos al hotel hasta la hora de cenar, como volvíamos cansados, en vez de buscar un restaurante cenábamos directamente en el hotel. Por lo que una buena idea sería buscar un alojamiento en el que puedas tener acceso a microondas, ya que en los supermercados de Londres suele haber multitud de platos preparados, o en su defecto comprar comida para llevar que en esto también tienen mucha tradición los londinenses.
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