Revista Comunicación

5 maneras de esconder a tu villano del lector

Publicado el 26 junio 2017 por Edvalroj

Entrada basada en el de Kaitlin H.
Hoy no debatiremos sobre razas ni minorías. En este artículo hablaremos acerca de los villanos, esos amados y odiados personajes cuya presencia garantiza el buen correr de nuestras historias y de quienes soy ferviente admirador. Un buen villano es sinónimo de una buena historia.

Sin embargo, en ocasiones no deseamos que nuestros lectores (o nuestros personajes) sepan quiénes son los antagonistas, lo cual garantiza el suspenso y, con seguridad, asegura excelentes giros argumentales.

Por lo cual, los puntos que leerás a continuación servirán para mantener ocultos a esos personajes hasta cuando decidas mostrar su verdadero rostro.

5 maneras de esconder a tu villano del lector

Aclaro, no se trata de engañar y jugar con los lectores, sino de demostrar que en ocasiones los villanos pueden ser engañosos, manipuladores y astutos. No esperemos que en la primera escena aparezcan con un cartel anunciando su papel en la obra. Además, no hay personaje más peligroso que el que no vemos.

Entonces, ¿cómo convertir a un personaje malvado en uno perversamente malvado?

Desde siempre se creyó que la maldad de un personaje era proporcional a su fealdad, por lo que en su momento no nos fue difícil deducir que Cruella de Vil o Esqueletor eran los malos malosos del momento. Gracias a Dios este concepto de villanía evolucionó y los escritores aprendimos que en la vida real no todo se encasilla como "bonito o feo" (a menos que escribas cuentos infantiles, en esos casos no desentonan los villanos monstruosos).

Aunque no soy fanático de las películas de Disney, un gran ejemplo de cara bonita lo encontramos en Frozen, con el principe Hans y su galantería. Además de ser bastante atractivo, desde su aparición en la cinta a todos nos pareció el mejor partido para la chica protagonista (no me pregunten el nombre de la chica).

Pues resulta y pasa que el señorito simpaticón en realidad andaba detrás del trono y era bien diabólico. No te lo esperabas, ¿verdad? Un rostro bello sirve de máscara a un enemigo.

Sucede igual con el osito Lotso, de Toy Story 3, del cual hablé en la entrada sobre el personaje cebo .

En definitiva, una manzana puede estar podrida sin darnos cuenta, y puedo apostar a que tus lectores jamás sospecharán de un personaje que es descrito como alguien lindo o linda.

¿Qué ayude al héroe? Sí. Nuestros lectores tampoco presentirán que ese personaje que ha sido su mano derecha en verdad es un villano.

¿Pero por qué razón el villano ayudará al héroe? Eso queda en tu imaginación, pero sus motivaciones deben permanecer ocultas hasta que considere necesario.

Este falso ayudante puede ser el mentor o alguien a quien el héroe admire, lo cual aumentaría el nivel de drama. También puedes usar personajes menores o secundarios, esos traidores que saben pasar desapercibidos. En fin, cualquiera que le eche una mano en algún momento servirá para clavar el puñal.

En el libro Ciudad de Huesos, de Cassandra Clare, hallamos un claro ejemplo. En un principio, Hodge Starweather se nos presenta como el tutor de Jace y de los demás cazadores (digamos que es el Giles de Buffy la cazavampiros), pero su motivación real estaba lejos de ser un buen maestro.

En el pasado, Hodge fue un seguidor del villano y tenía una maldición que lo mantenía atrapado en el Instituto, por lo que no duda en traicionar a sus pupilos con tal de obtener el perdón de quienes lo condenaron.

Si no te has leído o visto Ciudad de Huesos, Harrison Wells, de Flahs, también personifica al antagonista que ayuda al héroe.

El doctor Wells fue el ídolo de Barry y le enseñó a usar sus poderes. Aunque en realidad, Wells viene del futuro y quedó atrapado en el pasado cuando intentó matar a un Barry infante antes de que este se convirtiera en Flash. Él necesita de Barry para abrir un portal que le permitirá regresar a su mundo.

Como vemos, aunque con diferentes motivaciones, en algún momento de la trama estos villanos ayudaron a los personajes principales.

Míralo, ¿cómo va a ser el villano si está enclaustrado en una silla de ruedas o en estado de coma? Es imposible.

Si analizamos al doctor Wells (el mismo de Flash), el muy malvado simulaba ser un parálitico, lo cual hizo que nadie dudara de él, pero en realidad también era un velocista conocido como Flash Reverso.

También sucede con Peter Hale, de la serie Teen Wolf. Mientras simulaba estar en estado de coma, planeó volver a ser el lobo alfa y aterrorizó a la ciudad sin que nadie sospechara de él.
Entre menos amenaza suponga para el resto de los personajes, mayor será la sorpresa.

Que sea un tonto incompetente

La naturaleza nos ha enseñado que los villanos son astutos, poderosos y brillantes, por lo tanto, cuando aparece un personaje que parece ser un tonto pero en verdad es el villano de turno, no nos queda más remedio que quitarnos el sombrero.

Rowling lo hace de forma magistral con el profesor Quirrel en Harry Potter y la Piedra filosofal. Puedo apostar que nadie sospechó que el tímido, tartamudo y cobarde profesor trabajaba para Voldemort. Siempre creíste que era Snape ¡En tu cara!

Otra regla es que los villanos no son agradables. Son oscuros, crueles, injustos, egoístas y malvados. Así que, si un escritor crea a un personaje que parece ser alegre, bueno, amable e incluso con rasgos heroicos, el lector no pensará que es el villano y llegará al extremo de negarlo, pues se ha convertido en uno de sus personajes favoritos

Volvamos a retomar a Hans, de la película Frozen. Parece dulce y encantador. Manifiesta cualidades que enamoran y cuando el caballo de Ana regresa sin jinete, va en busca de su amor. Parece una acción heroica y honorable, ¿verdad? Hasta que sabemos que en realidad desea casarse con Ana y matar a Elsa para convertirse en el rey de Arandelle. ¡Desgraciado!
Este tipo de villano no debe ser simpático y su mascarada radica en la personalidad.
Espero que les haya gustado esta entrada y que sean creativos al momento de esconder a sus antagonistas. No seamos tan previsibles ni obvios.
Por cierto, continúa abierto el concurso de relatos. No dudes en participar y no esperes hasta el último momento (cuando falte un minuto para cerrar la convocatorio) para enviar tus escritos.

¿Alguna vez has leído un libro en el que el villano resultó ser una sorpresa?

¿Usas esta técnica en tu escritura? Cuéntame.


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