Desafortunadamente, la mayoría de los mapamundis políticos no te cuentan toda la historia. La idea de que la Tierra es una región limpiamente dividida en naciones - un país para cada pueblo del mundo - es más una ficción que una realidad. Sigue leyendo para ver cinco maneras en la que te engañan los mapas.
Países ausentes
Cuando eligen que cuenta como país, la mayoría de los mapas van a la lista oficial de su propio país o a los miembros u observadores de las Naciones Unidas. Solo hay un problema: hay al menos 10 países que han declarado y forzado su independencia, pero no están reconocidos por las Naciones Unidas o por la mayoría de los gobiernos mundiales. Estos estados pueden tener estrechos vínculos a un país vecino, pero la mayoría no están controlados por el país del que supuestamente forman parte.
Se considera que el estatus del Sáhara occidental no está resuelto por la ONU, y una pequeña zona es efectivamente independiente; mientras tanto, el norte de Chipre está solo reconocido por su país patrón: Turquía. La auto-proclamada República de Kosovo está ahora reconocida por la mitad de los miembros de la ONU, pero no por las propias Naciones Unidas.
Otros países solo están presentes en los mapas políticos más cuidadosos, estando engañosamente unidos a países que reclaman sus territorios: Abjasia y Osetia del Sur en Georgia, Nagorno-Karabaj en Azerbaiyán y Transnitria en Moldavia. Estos cuatro estados separatistas son auspiciados por los países vecinos, pero el más abandonado de todos es Somalilandia, que no recibe ningún apoyo o reconocimiento de nadie, a pesar de actuar independientemente de Somalia.
Control parcial
Dibujar líneas alrededor de un país en un mapa puede implicar que su gobierno controla toda la tierra contenida entre ellas. Pero a veces no sucede así. Incluso dejando a un lado las ocupaciones militares extranjeras como las intervenciones de los Estados Unidos en Irak y Afganistán, los gobiernos de algunos países no controlan sus propios territorios. Aparte de los estados separatistas descritos anteriormente, esto ocurre normalmente en zonas de guerra donde los grupos rebeldes compiten activamente por el control de todo el país.Somalia quizás es el mejor ejemplo para esto. El gobierno, reconocido por la ONU, controla en el mejor de los casos la mitad del país, y hace unos años no controlaba más que una parte de la capital. El resto está dividido entre extremista religioso Al Shabaab y varios estados autónomos que mantienen su propio consejo sobre si cooperar con el gobierno.
El territorio de Mali, Nigeria , la República Centroafricana, Libia y Costa de Marfil han sido reunidos recientemente (ya sea bajo el anterior gobierno o bajo los rebeldes) y Siria es el modelo actual de estado derrumbándose debido a la violencia. Otros países con rebeldes que controlan firmemente partes de su territorio son Yemen, la República Democrática del Congo y Myanmar/Birmania.
Fronteras no definidas
Otra cosa que dan por hecho los mapas políticos es que al menos las fronteras están estrictamente definidas, incluso aunque sean invisibles en el suelo. Si no estuvieran bien definidas, no estarían dibujadas en el mapa, ¿no? Incorrecto. Muchos países tienen fronteras que nunca han sido precisamente definidas por tratados, un proceso llamado "delimitación".Incluso actualmente unos pocos han "demarcado", o marcado en el suelo. De hecho, las fronteras no definidas son un problema tan importante entre los países relativamente jóvenes de África que la Unión Africana lleva un programa oficial de fronteras para animar a la delimitación de los límites nacionales.
La estimación de las fronteras nacionales no es siempre suficiente grande para diferenciarse de donde se dibujan en los mapamundis - pero su vaguedad a veces puede tener efectos importantes en las relaciones internacionales. Una frontera no definida es un ambiente propicio para disputas territoriales cuando los países vecinos tienen diferentes ideas de donde debe situarse la frontera.
A veces estas disputas son desacuerdos de poca importancia, como el resuelto entre Niger y Burkina Faso; pero en otros lugares como la frontera entre Sudán y Sudán del Sur, pueden llevar a sangrientos conflictos.
Territorios en disputa
Tu mapamundi puede marcar unos pocos y conocidos territorios en disputa, causadas por fronteras difusas o conflictos sobre archipiélagos. Podrías concluir que los desacuerdos sobre quien posee un lugar, aunque pasen, son relativamente infrecuentes y ocurren de forma muy espaciada en el tiempo. Hay más territorios en disputa de los que podrías pensar.Los casos más raros van, desde casos de alto nivel, como el conflicto a cinco bandas de las islas Spratly, a anomalías más tranquilas como Bir Tawil entre Sudán y Egipto, que ambos atribuyen al otro.
Quizás hayas oído hablar de esos, pero ¿sabías que (al menos en papel) una parte de Mongolia es reclamada por Taiwán? ¿O que más de la mitad de Guyana es reclamada por Venezuela? ¿De los territorios disputados entre los Estados Unidos y Canadá? Y esos son disputas terrestres, espera hasta haber escuchado a las marítimas.
Mares territoriales
Una cosa que queda fuera de la mayoría de los mapas es la propiedad del mar. Las líneas fronterizas ocasionales que puedes ver a través de los estrechos en tu mapa están mostrando quién posee las islas en cada lado, no quien posee en mar entre ellos. La expansión ininterrumpida del mar en la mayoría de los mapas entonces implica que estos no son dominio de nadie. Esto es cierto para partes del océano abierto lejos de cualquier línea de costa - pero acercándonos, los países pueden y hacen ejercicio de sus derechos territoriales sobre sus mares vecinos. De acuerdo de las buenas prácticas internacionales, un país puede extender su territorio hasta 12 millas náuticas de su línea de costa, regular su actividad económica hasta las 200 millas náuticas y a veces controla el petróleo del fondo marino y exploración mineral a mayores distancias.
Pero la división de los mares mundiales es un proceso en curso, y probablemente hay incluso más disputas marítimas que terrestres. Algunos países, como Perú y Ecuador, rechazan reconocer el límite de 12 millas náuticas, reclamando territorio soberano hasta las 200 millas náuticas. En más casos aún, los países vecinos no se ponen de acuerdo en donde situar la frontera entre sus respectivos mares territoriales.
La ley internacional proporciona una guía para la división, pero ahora muchos países hacen demandas más allá de lo que parece razonable, aparentemente esperando tener algo extra que ofrecer en las negociaciones. Las reclamaciones más extremas, como la "línea de 9 puntos" de China alrededor del mar de China del Sur, no parecen lógicas.
Fuente: Political Geography Now