5 minutos de tranquilidad son los que llevo añorando hace casi 5 años, 5 minutos sin que las pequeñas terremoto me pidan algo, sin tener que hacer algo: ya sea recoger un juguete, llevarlas al baño, vestirlas, acostarlas, atenderlas, jugar con ellas, verlas jugar, lo que sea. 5 minutos sin pensar.
Y no pido 1 semana, pues no me iría de vacaciones sola por mucho que la imagen de una playa del caribe me parezca paradisíaca. Sólo 5 minutos. 5 minutos de verdad.
Tengo que reconocer que este post debería haberlo escrito hace mucho, pues ahora sí tengo ratos de 5 minutos…aunque muchos de ellos los aprovecho para recoger, ordenar, reorganizar, y otras mil cosas. Pero sí tengo 5 minutos….a veces, algunas veces.
Pero hasta hace bien poco, estos 5 minutos eran imposibles. Cuando nació la terremoto mayor comprendí de verdad lo que es no tener tiempo para nada, ni siquiera para ir a hacer pis. Un bebé que nació en un terremoto, que pasó de haber podido ser un parto de 6 horas a ser uno de casi 12, un bebé que saludó a su mamá ya vestido, que se fue directo a la incubadora por una fiebre, que después pasó a otra incubadora por ictericia, y que empezó a llorar con apenas 24horas de vida. Un bebé que dormía tan poco que nadie se lo creía. Mentira es que los bebés comen y duermen cuando tienen menos de un mes. Mi terremoto mayor comía y comía y comía, y dormitaba mientras comía porque lo que era tragar no tragaba nada, y lloraba…lloraba si no la paseabas, en cochecito o en brazos, lloraba si la querías bañar, o lavar, o cambiar de ropa, o el pañal, y lloraba intensamente por las tardes. Lloraba por el día, lloraba por la noche.
Creció y siguió llorando…y sigue llorando con casi 5 años, una niña que habló muy pronto pero que cuando las emociones la pueden, llora…de felicidad, de tristeza, de miedo, de estrés, de nervios, de impaciencia, de frustración. Llora, y cuando llora, bloquea toda su facultad de expresarse. Y no habla. No le salen las palabras.
Un bebé al que no podías tener quieto, y una niña que no para quieta: no come quieta, no mira la tele quieta, no duerme quieta, y aun así no se cansa. Un bebé que nunca quiso hacer nada solo, que siempre ha necesitado la presencia de mamá…o de papá cuando ha ido creciendo. Una niña que sigue sin hacer nada sola, que pide que la ayudes a todo: a vestirse, a comer, a peinarse, a todo. Una niña hipersensible, que en un momento está riendo, al siguiente grita de rabia y al siguiente llora de frustración.
Una niña cuyo juego favorito es correr, pues no puede enfocarse más de 5 minutos en un juego, una niña que pasó de tener despertares por las tomas de pecho, a tenerlos por el calor, o el frio, por pesadillas, por terrores nocturnos, por somniloquia, por principios de sonambulismo.
Una pequeña terremoto que no le gusta separarse de sus papás, aun menos de mamá, ni para ir a jugar a casa de sus mejores amigas (es mejor que la lleve la abuela) ni siquiera para quedarse en el colegio, que sabemos que le encanta. Una pequeña que puede llorar en las mañanas de sus vacaciones porque extrañará a papá y mamá mientras trabajan. Una pequeña sensible donde las haya, a la que afectarán películas de princesas, o capítulos de dibujos animados, que se sensibiliza con todo: ya sea un bicho ahogándose en la piscina, o un amigo que se cayó en el parque. Todo al impresiona y la impacta.
y yo pienso ¿fue nuestra terremoto mayor un bebé de alta demanda?¿es una niña de alta demanda o una niña hiperactiva? La verdad es que no lo sé.
Me paro a pensar en qué se diferencia de su hermana, que ha pasado en brazos o piel con piel el 90% de las horas que pasamos juntas, que ha tomado y exigido lactancia a demanda…y a mucha demanda, que colecha conmigo, que pasea por casa con su manita tocando mi piel, que llora cuando la dejo en la guardería, o cuando me voy de casa si ella se queda, una pequeña que no para, que no se cansa, que todo quiere hacerlo conmigo, o que esté mirándola….pero una niña que es autónoma para muchas cosas, que come sola, se viste sola, se duerme casi sola, juega sola, se concentra en los juegos…que es irascible, y tiene un carácter fuerte y defiende sus opiniones y posturas, y es muy difícil calmarla y si le explicas algo que ha hecho mal…llorará de pena por no haberlo hecho mejor; pero que expresa con su poco lenguaje lo que siente cuando lo siente. Exige mucha atención…pero no es lo mismo.
¿Serán las dos sencillamente bebés con sus diferencias y todos los bebés son así? ¿Serán bebés demandantes? ¿o de alta demanda? nunca me lo había planteado, hasta que empecé a leer posts sobre el tema…y me venían recuerdos, cada vez me sentía más identificada con los primeros años de la mayor. Si tuviera que definir, diría que la pequeña es una niña muy demandante a ratos o a épocas, pero que la mayor fue un bebé de alta demanda, y es una niña de alta demanda aunque vaya disminuyendo la intensidad con los años. Pero igual me equivoco.
Igual soy yo la exagerada, igual es que no hemos dejado a la pequeña crecer autónoma,…aunque siendo la mayor mi pequeño espejo y escuchando lo que cuentan de mi como bebé…igual no voy tan desencaminada. Como dice mi madre “tu eras un bebé muy plasta” Pero confieso que me da igual, que creo que la etiqueta no las define, y que son como son y como quieran ser. Y que las voy a querer y a criar con todo el amor y la paciencia que tengo. A pesar de lo agotadoras, a pesar que no me dejen ni 10 minutos de descanso en todo el día. Antes no me dejaban ni 5…así que algo hemos mejorado ¿no? Pero es que siento que me paso todo el día pidiendo…”5 minutos” ¿se cansarán ellas también de oírme decirlo?
Ah! si ser un bebé de alta demanda es ser más demandante que mi hija mayor, mi más sincero reconocimiento a los padres que los crían!
A aquellos papás que tengan bebes muy demandantes y quieran saber qué es un bebé de alta demanda y otras experiencias de papás, os recomiendo este post de “Desvaríos de una madre”