El triunfo de los Dolphins vs Steelers debe ser considerado como una de las más grandes sorpresas de la Temporada. El equipo de Pittsburgh llegaba a Miami con dos victorias consecutivas, dominando a sus rivales y con una ofensiva muy explosiva tras la incorporación de Le’Veon Bell después de cumplir sus tres semanas de suspensión. Dolphins, al contrario, no había comenzado bien la temporada al ganar con mucho trabajo un solo juego a los Browns y con su ofensiva que no había lucido.
Estoy seguro de que hasta los mismos fanáticos de Miami pensaban que no había posibilidad de que su equipo consiguiera llevarse la victoria, mucho menos que fuera de una manera relajada. El milagro se llevó a cabo en Florida y estas son las observaciones.
1.- No hay que dar nada por sentado
Me parece que nadie, pero nadie, creía que este juego lo podían ganar los Dolphins. En el papel lucía un juego muy disparejo con un equipo que con mucho trabajo había conseguido una victoria en la Temporada y recibía a la mejor ofensiva de la NFL (para muchos) con sus tres mejores jugadores ofensivos en el terreno de juego.
Steelers comenzó lento pero bien con esa jugada reversible con Darius Heyward-Bey, quien rompería una tackleada y con su velocidad logró conseguir el touchdown que los ponía al frente 8-3 gracias a la conversión lograda. En ese momento parecía que las aguas regresarían a su nivel, pero no, la ofensiva de Pittsburgh no pudo conseguir una serie larga y sostenida que terminara en puntos hasta que el juego estaba casi decidido.
2.- Gran juego de Jay Ajayi
Los Steelers ya no tienen esa gran defensiva ante la que nadie podía conseguir juegos de más de 100 yardas por tierra. El running back de los Dolphins, Jay Ajayi, tuvo un gran juego, al punto que al inicio del cuarto periodo las 100 yardas por acarreo habían quedado atrás.
Con 25 ocasiones en que recibió el balón, Ajayi obtuvo 205 yardas y dos touchdowns. Nunca los Steelers pudieron frenar a este jugador que logró atacar tanto por dentro de los tackles como por fuera y pocas veces encontró resistencia.
Sin duda Steelers necesita que Ryan Shazier y Cameron Heyward regresen pronto porque esta defensiva no se vió nada bien sin este par.
3.- Oportunidades desperdiciadas
Dolphins corrió con mucha suerte al enfrentar a una de las peores versiones de los Steelers que probablemente veremos este año. Tuvieron una gran cantidad de oportunidades que desperdiciaron en el juego.
Un touchdown de Dolphins fue anulado por formación ilegal, tuvieron muchas oportunidades en zona roja que terminaron en field goals. Además Andrew Franks tuvo un intento fallido y un field goal bloqueado. Gran cantidad de puntos se desperdiciaron en este juego por parte de Miami y a pesar de esa situación consiguieron 30 en el marcador.
4.- Ben Roethlisberger y sus errores
En general no fue un buen día para Ben Roethlisberger, quien no pudo conseguir rebasar las 200 yardas por pase, tuvo un touchdown cuando ya estaba complicado rescatar el triunfo, lanzó dos intercepciones y además sufrió una lesión de rodilla.
En años recientes no había visto a Big Ben jugar de esta manera. Antes de la lesión -que no lo dejó terminar la primera mitad- no mostró nada de agresividad. No creo que el plan de juego lo limite a buscar a Antonio Brown o ir de vez en cuando con pases a las rutas profundas. La segunda intercepción fue resultado de una mala decisión y la mala posición para lanzar el pase. Parece que la rodilla no lo dejaba plantarse bien pero es preferible Pittsburgh contar con Landry Jones al 100% que con Roethlisberger al 60%.
5.- ¿Y Antonio Brown?
Cuando no preocupas a la defensiva rival con tu mejor hombre ofensivo, se vuelve complicado que te funcionen otras jugadas. El ataque de Steelers pagó caro el error de no involucrar más a WR Antonio Brown en la ofensiva y cuando quisieron hacerlo, la defensiva de Dolphins ya sabía que en “modo desesperado” el equipo de Pittsburgh lo haría y lo cubrieron bien.
Brown terminó con 4 recepciones para 39 yardas (mismas yardas por recepción que en el juego ante Bengals) siendo la cuarta vez en la temporada que no rebasa las 100 yardas y la tercera que no consigue un touchdown.