Tras conseguir el título de la NFC East y asegurar su pase a playoffs, Dak Prescott y compañía quieren romper con su pasado reciente y lograr el campeonato de la conferencia. Aquí les presentamos las 5 razones por las que los Cowboys van a llegar al Super Bowl LIII.
1. Su defensiva
Una de las claves en la temporada de Dallas ha sido el trabajo de su defensiva, que se encuentra dentro de las mejores diez de la liga en tres de las cuatro principales categorías: son sextos en puntos permitidos (20.2 por encuentro), séptimos en yardas totales (329.2 por juego) y quintos contra el juego terrestre (94.6 yardas por partido).
Algo que ha sido muy importante para esta unidad es que ya no dependen del estado de salud de Sean Lee. Cierto, es un gran jugador, pero usualmente las cosas se venían abajo cuando salía por alguna lesión. Ahora con Leighton Vander-Esch (140 tackleadas) y Jaylon Smith (121 tackleadas, 4 sacks) como los linebackers principales, el trabajo de la defensiva ha sido mucho más estable, sobre todo porque hay apoyo en la segunda línea para lo que hacen los linieros frontales.
La parte frontal de la defensiva de Dallas se ha visto muy bien todo el año, encabezados por Demarcus Lawrence (64 tackleadas, 10.5 sacks, dos fumbles forzados) y con gran colaboración de Randy Gregory (25 tackleadas, 6.0 sacks, dos fumbles forzados) y Tyrone Crawford (34 tackleadas, 5.5 sacks, un fumble forzado), los Cowboys han contado con un ancla al frente que ha permitido que los linebackers hagan su trabajo de manera más libre.
En estos playoffs una de las claves será poder detener a las grandes ofensivas que estarán jugando, y el camino de Dallas parece lleno de esos duelos: primero contra el mejor ataque terrestre de la NFL (Seattle) y luego ante las mejores ofensivas de la liga (Saints y/o Rams). Tener una defensiva sólida permite llegar con confianza en que se puede lograr el objetivo.
2. La dupla Ezekiel Elliott / Amari Cooper
En general, el ataque de Dallas no es muy sólido. O mejor dicho, no es tan fuerte como su defensiva. Pero las cosas son mucho más interesantes al ataque desde que Cooper llegó al equipo. Al cierre de la temporada los Cowboys son la ofensiva 23 de la NFL por pase (221.1 yardas por encuentro), pero desde que hicieron el cambio por Amari Cooper la vida de Dak Prescott es mucho mejor.
En los primeros siete partidos del año, cuando Cooper jugaba en Oakland, Dak Prescott solamente pudo superar las 200 yardas por pase en tres ocasiones, siendo su máxima cantidad 273 yardas ante los Redskins. Después de la llegada de Cooper superó las 200 yardas en ocho de los nueve partidos, logrando además pasar para 387 yardas ante los Giants en la semana 17 y para 455 contra los Eagles en la semana 14.
Curiosamente, Cooper solamente superó las 100 yardas por recepción en dos partidos, pero su presencia abrió el juego por pase para los Cowboys. Y no sólo eso, además ayudó a quitar gente del frente de la defensiva, permitiendo que Ezekiel Elliott hiciera su parte.
Previo a la llegada de Cooper, las actuaciones de Zeke habían sido irregulares, logrando 152 yardas frente a los Lions pero luego desapareciendo ante Texans (54 yardas) o Redskins (33 yardas). Al igual que Prescott, los números de Elliott fueron más consistentes con la presencia de Cooper, ya que de la semana 10 en adelante nunca estuvo por debajo de las 75 yardas por tierra, superando las 100 en cuatro ocasiones.
Todo eso deja en claro que mientras Elliott y Cooper estén en el campo las cosas mejoran notablemente para Dak Prescott, y esas son buenas noticias para los Cowboys.
Ezekiel Elliott, RB de los Dallas Cowboys (No.21, con el balón). Foto de Getty Images.3. Su cierre de temporada fue muy bueno
El 5 de noviembre los Cowboys perdieron con los Titans en un juego de Monday Night que parecía sentenciar la temporada: su marca era 3-5 justo a la mitad de su calendario y venían partidos complicados, empezando por los Eagles a la semana siguiente.
Dallas no solamente venció a Philadelphia en el siguiente encuentro, a partir de ahí armó una racha de cinco victorias que incluyó una dominante actuación ante los Saints y su segundo triunfo del año sobre los Eagles, que los puso 8-5 en ese momento. Al final los Cowboys terminaron ganando siete de sus últimos ocho partidos para concluir con marca de 10-6 y asegurar el campeonato de la NFC East.
Obviamente el punto más alto de toda esta racha se alcanzó con la victoria ante los Saints, que de hecho sirvió para poner a los Cowboys en el mapa de los playoffs, pero también se debe considerar como una señal de que este equipo viene jugando cada vez mejor (con excepción de aquel encuentro ante los Colts), por lo que hay que pensar que esa buena racha seguirá hasta la postemporada.
4. Tienen marca positiva contra equipos de playoffs en la NFC
De los cinco equipos que accedieron a la postemporada, los Cowboys enfrentaron durante la temporada regular a tres: Seattle, New Orleans y Philadelphia (dos veces). La marca de Dallas en esos encuentros es de 3-1, así que de inicio las cosas no pintan tan mal.
Es más, esa derrota fue ante los Seahawks en la semana 3 de la temporada, y vino en Seattle y en un momento donde este equipo seguía pasando problemas. Por el contrario, las tres victorias llegaron durante la parte final de la temporada, que fue cuando las cosas comenzaron a tomar forma para Dallas.
El hecho de tener victorias ante rivales que están en playoffs es algo que les debe servir de motivación, sobre todo para entender que tienen las mismas oportunidades que todos los demás contendientes.
5. No tienen presión
Vamos a ser sinceros: en estos momentos todo mundo está hablando de Saints, Rams o Bears como los favoritos para ganar la conferencia. Es más, gran parte de la plática en esta semana de comodines gira en torno a los Eagles. Eso es algo que los Cowboys deben usar a su favor.
Pocas veces en su historia Dallas llega a playoffs sin expectativas altas, pero este año pareciera ser así. Vamos, ahora mismo son varios los que piensan que los Seahawks van a salir con la victoria de su encuentro del sábado.
Esto le ofrece a Jason Garrett y sus jugadores una oportunidad de oro: pueden superar las expectativas. Nadie espera que Dallas esté en la final de la NFC, primero porque tendrían que vencer a los Seahawks, y luego porque deberían ganar en New Orleans o Los Angeles para acceder a la final de conferencia. La cuestión es que, como ya dijimos, los Cowboys pueden vencer a estos equipos. La ventaja es que no hay presión por hacerlo. Y eso debe ser utilizado por este equipo.
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