Revista Cultura y Ocio

50 años de casetes

Publicado el 05 marzo 2012 por Ruta42 @ruta42

Rebobina, 50 años de casetes

Foto de R42

Aquella pequeña cinta que había en cada coche, aquella novedad que sustituyó a los tan codiciados vinilos, aquel pequeño invento que hemos dejado abandonado pero que aún recordamos con nostalgia... El casete cumple 50 años y se ha ganado una mención especial. 

Nos empeñamos en recordar las fechas exactas de todos los inventos que han surgido, pero ¿es realmente importante? En el caso del casete no muchos se acuerdan del año exacto, pero sí recuerdan el primero que tuvieron, quién se lo regaló o quizás en qué tienda lo compraron. Lo que verdaderamente importa son todos esos recuerdos de momentos vividos escuchando cierta canción de un casete que se quedan grabados en la mente cual álbum de tu artista favorito en aquellas cintas.

Y es que los casetes han puesto la banda sonora de la vida de muchos, ahora quizás veteranos que no encuentran ese encanto en los nuevos inventos, o gente joven que pasó su infancia escuchando toda la colección de Los Pitufos en el coche yendo al colegio.

Rebuscando en las estanterías aún podemos encontrar casetes viejos, igual ni siquiera tenemos dónde reproducirlos, los equipos de música vienen con la última tecnología, y en el coche ya solo podemos escuchar CDs e incluso conectar el Móvil o el Ipod y tener horas infinitas de música. Ya no hace falta dar la vuelta a la cinta porque se ha acabado esa cara, ya no hace falta poner todas las pegatinas que venían en la carátula y escribir a mano las canciones, ya no hace falta tener la guantera llena y parar en un bar de carretera y comprar un nuevo casete porque los que tienes ya los has escuchado cientos de veces. La tecnología avanza... ¡y tanto!.

Quién podría pensar que aquellos que de pequeños esperábamos horas al lado de la cadena de música para poder grabar en una cinta las canciones que nos gustaban, ahora nos encontraríamos con niños que ni siquiera saben lo que son, pero que manejan a la perfección el mp3 o mp4 que llevan consigo. Esto es en definitiva, y aunque nos pese, el progreso. Dejar a un lado los viejos cachivaches por otros que como todos caerán también en el olvido.

A veces no está mal echar la vista atrás, desempolvar los casetes y deleitarte con canciones que ni recordabas. Coger un lápiz, rebobinarlo manualmente y volverlo a guardar. Una pieza de coleccionista quizás o simplemente un buen recuerdo.

Ana Bueno

 


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