Hacía mucho tiempo que nos escribíamos un 50 cosas que hacer... así que aprovechando que íbamos a pasar un fin de semana tranquilo a Segovia (ya no recuerdo las veces que hemos estado aquí), y aprovechar para organizar cada uno de los rincones que no podíamos perdernos de la ciudad. Así que sin más aquí tenéis todo aquello que no debéis perderos de la ciudad de Segovia tanto si es la primera vez como si eres un habitual de esta ciudad.
- Fotografiar el imponente Acueducto de Segovia
Empezamos como no podía ser de otra forma por su Acueducto romano, construido en el siglo II y magníficamente conservado. Este acueducto, llevaba agua a la ciudad desde un manantial situado a 17 km. Impresiona por sus más de 28 metros altura y sus cientos de arcos. Además de las vistas que se obtienen de la plaza, te recomendamos subir hasta la mitad de la Cuesta de San Juan para disfrutar de una perspectiva todavía mejor de uno de los monumentos más impresionantes de España.
- Conocer la leyenda de la construcción del Acueducto
Cuenta dicha leyenda que antes de la existencia del acueducto, una niña tenía que subir cada día hasta la montaña para llenar de agua el cántaro. Ella no quería hacerlo todos los días, y se dice que hizo un pacto con el diablo. Él le dijo que construiría un acueducto, pero ella le tendría que dar su alma si éste conseguía construirlo antes de que el gallo cantase a la mañana siguiente. Ella aceptó, y el diablo comenzó a construirlo a toda prisa. Pero la niña se arrepintió en seguida, y comenzó a rezar a la Virgen para que no consiguiese terminarlo.
Se dice que el gallo cantó justo cuando al diablo le tocaba poner la última piedra, por lo que ella conservó su alma, y en el hueco pusieron la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de la Cabeza.
En la parte más alta de la calle San Juan, desde donde tenemos unas increíbles vistas del acueducto, encontramos la estatua del Diablo Constructor, haciéndose un selfie con el acueducto, inmortalizando su gran obra.
- Ver la silueta de la mujer muerta desde el Mirador de la Canaleja
Si subes por la calle Cervantes, dejando el acueducto a tu espalda, te encontrarás a mano izquierda con el Mirador de Canaleja. Desde allí, podemos ver la imponente Sierra de Guadarrama y en los picos de una de las montañas la silueta de la conocida como "la mujer muerta".
- Contar cada uno de los picos de la Casa de los picos
Si en Salamanca tenemos la Casa de las Conchas, en Segovia no podían ser menos y tienen la Casa de los picos para entonar con la Sierra de Guadarrama. Esta casa se encuentra muy cerca del acueducto en dirección a la Plaza Mayor.
- Descubrir un edificio único, la Alhóndiga
La Alhóndiga (siglo XVI) se utilizaba para almacenar el grano que abastecía la ciudad, es uno de los pocos ejemplos que se conservan de edificios de estilo gótico industrial que se construyeron durante la época de los Reyes Católicos. Destaca en el exterior por su fachada de estilo isabelino con dos escudos de la ciudad.
- Llegar a la plaza más bonita de la ciudad, la Plaza Medina del Campo
Subieron por la Calle de Juan Bravo, pasando la Casa de los Picos, llegaremos a la bonita Plaza Medina del Campo. Una de las más bonitas de la ciudad, se encuentra rodeada de importantes edificios históricos como la preciosa Iglesia de San Martín, el Torreón de Lozoya y varias casas renacentistas del siglo XVI.
- Los rascacielos de la Edad Media, el Torreón de Lozoya
Subiendo las escaleras que conectan la Plaza Medina del Campo con la Plaza de San Martín encontramos el Torreón de Lozoya. Es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Aparte de la torre, otra de las partes que más destaca es su zona interior ajardinada. En este edificio se realizan exposiciones, desfiles, presentaciones de libros o distintas ferias de artesanías.
- Una biblioteca con un pasado oscuro
La cárcel vieja, como se le conoce en Segovia, es el edificio de estilo renacentista de carácter civil más importante de la ciudad. Durante décadas fue la sede de la Biblioteca Municipal y en la actualidad es la Casa de la Lectura, con el fin de fomentar la lectura entre los segovianos.
- Todos los caminos nos conducen a la Plaza Mayor
Si seguimos nuestro recorrido por la ciudad, nos daremos de bruces con la Plaza Mayor. Otro de los espacios más concurridos de la ciudad. Ha sido testigo de grandes hitos de la historia de España como la coronación de Isabel la Católica como reina de Castilla en 1474. Aquí también se celebraba el mercado y actualmente encontramos la Casa Consistorial, la Catedral y el Teatro Juan Bravo.
La Catedral, conocida como la "Dama de las Catedrales", es uno de los monumentos más visitados de Segovia. Este enorme templo de estilo gótico, construida entre los siglos XVI y XVIII, impresiona por su torre de 88 m de altura y numerosos pináculos además de por el elegante interior en el que destaca por sus 157 vidrieras, sus tapices flamencos, el Claustro, la Sala Capitular, la Capilla Mayor y su retablo mayor.
¿Sabías que en Segovia han existido tres catedrales? La más antigua fue construida durante la persecución arriana del año 156 y estaba enclavada en las orillas del rio Eresma. La segunda catedral, conocida como "La antigua Catedral", fue ordenada por el rey Alfonso VII (1126-1157) y estaba situada en las cercanías del actual Alcázar, en el lugar que hoy ocupan los jardines. Y finalmente la actual Catedral fue mandada construir por el rey Carlos I, después de que en 1520 durante las Guerras de las Comunidades se destruyese la anterior catedral.
Alrededor de la Plaza Mayor encontramos algunos de los mejores sitios de la ciudad para de tapas. Lo mejor es tomar la calle de la Infanta Isabel todo tenemos gran variedad de bares y pub para disfrutar de la gastronomía segoviana.
- Comer cochinillo en el Restaurante José María
Comer cochinillo es otra cosa típica que hacer en Segovia. Si comes carne, no puedes perderte este plato típico. El restaurante José María es uno de los que tiene más renombre. No es barato, pero merece la pena darse el capricho para probar esta especialidad segoviana.
- Seguir el trazado del acueducto por la calles de la ciudad
Lo que hoy llamamos acueducto, para los romanos era simplemente una arquería que salvaba la diferencia de altura que había en la plaza del Azoguejo y distribuía el agua por la ciudad. Esta distribución se hacía por un Canal Madre cuyo trazado estaba soterrado y que hoy se conserva completamente bajo las calles de la ciudad. Si quiere ver por donde discurre este tramo subterráneo y conocer realmente la magnitud de esta obra, insertadas en el pavimento encontraras un total de 24 placas con el anagrama del Acueducto, desde el Acueducto pasando por la Plaza Mayor hasta el Alcázar.
- Visitar la Casa Museo Antonio Machado
Bajando por la Calle de los Desamparados llegaremos a la Casa-Museo Antonio Machado. Allá en el año 1919 el poeta Antonio Machado llegó a la ciudad para ocupar una cátedra en un instituto y se instaló en una habitación de esta pensión hasta 1932. Hoy todavía mantiene intacta su antigua habitación.
En dirección al Alcázar nos toparemos con el Museo Gastronómico, un lugar donde despertar los sentidos degustando lo artesanal. Una forma de conocer la riqueza gastronómica de la provincia de Segovia a través de la exposición permanente de útiles propios para su desarrollo, curiosidades y paneles explicativos.
Ya muy cerquita del Alcázar no debemos olvidar la vista increíble de la muralla desde el mirador del Valle de los Clamores. También disfrutaremos de una vista del cementerio judío y del valle de los Clamores, de ahí su nombre.
El Alcázar, situado sobre una colina entre la confluencia de los ríos Clamores y Eresma, es junto al acueducto y la Catedral, la principal atracción de la ciudad. Este castillo de cuento de hadas, que tiene sus orígenes en la época romana, ha sido restaurado y ampliado por los diferentes monarcas españoles desde su construcción en la Edad Media.
El casco histórico de la ciudad se encuentra dentro de su recinto amurallado. Se calcula que los romanos ya usaron esta estructura defensiva, pero la muralla actual es de origen medieval. Hay tramos muy bien conservados que hacen volver al pasado de la ciudad.
- Un museo para conocer la historia de la ciudad
Muy cerca del Alcázar encontramos el Museo de Segovia, donde podremos ver mosaicos romanos, colecciones de monedas procedentes de la ceca segoviana, vidrios de La Granja, escultura religiosa, grabados de Durero y Rembrandt y otros autores y pintura contemporánea. Pero lo mejor son las vistas que tiene de la ciudad.
- Sacar una foto desde el mirador del Museo de Segovia
Justo en la entrada del museo de Segovia encontramos un balcón con una bonita panorámica de la ciudad.
La Puerta de Santiago, es una de la puertas de acceso a la ciudad que todavía se mantiene, desde aquí llegaban los suministros y se cobraba los portazgos. Su nombre se debe a la cercana iglesia de Santiago, hoy desaparecida, y que formaba parte del Camino de Santiago.
Actualmente acoge la colección de títeres que el maestro Francisco Peralta donó a la ciudad. Las 38 piezas representan personajes de obras de teatro tomados del romancero popular, la literatura clásica y la narrativa infantil.
- Asistir a un festival de marionetas
Cada mes de Mayo Segovia se llena de marionetas en el marco del Festival de Titirimundi. La primera vez que se celebró fue en 1985 y desde entonces este festival ha ido creciendo hasta convertirse en un referente internacional. A la ciudad llegan importantes compañías del mundo entero que llenan de representaciones el Teatro Juan Bravo, la Plaza Mayor y las calles de la ciudad.
- Un rincón para los enamorados, el Jardín de los Poetas
Situado en la calle del Pozo de la Nieve, es la antesala de la Puerta de Santiago. Encontramos este pequeño jardín con vistas privilegiadas al Valle del Eresma, un espacio sereno al abrigo de la muralla.
- Bajar hasta el Mirador de la Pradera de San Marcos
Bajando por unas escaleras desde la calle Pozo de la Nieve, situadas en un lateral de la colina sobre la que se asienta El Alcázar, llegamos a la ribera del río Eresma donde después de cruzar un puente y andar unos 400 metros llegarás al Mirador de la Pradera de San Marcos, desde donde podrás disfrutar de las mejores vistas del Alcázar.
- Entrar a la ciudad por el Arco de la Fuencisla
En el Barrio de San Marcos, encontramos una de las puertas de acceso a la ciudad, el llamado Arco de la Fuencisla. Recientemente restaurado cuenta con la imagen Hércules, el mítico fundador, el jabalí a sus pies, la piel de león que lo envuelve, o la imagen de la Virgen y patrona de la Fuencisla y la judía María del Salto.
- Descubrir la misteriosa Iglesia de la Veracruz
Cerca de la Pradera de San Marcos se encuentra la Iglesia de la Vera Cruz. Esta iglesia de estilo románico fue construida por los Caballeros de la Orden del Santo Sepulcro (aunque por tradición popular se le atribuye e los Templarios). El exterior del edificio destaca por su planta dodecagonal, tres ábsides semicirculares y una torre cuadrada.
- La curiosa leyenda del barrio de Zamarramala
Junto a la iglesia de la Veracruz veremos un cartel que nos marca el camino al cercano pueblo de Zamarramala, hoy un barrio de Segovia. Pero ¿cuál es el origen de su nombre?
Según cuenta la leyenda, estaba un día un pastor sordo cuidando el rebaño muy cerca del pueblo mientras cosía una vieja zamarra. Entonces se le acercó un importante hombre del reino y le preguntó por el nombre de pueblo, el pastor que no le entendió, respondió que estaba cosiendo una zamarra mala. Desde entonces se conoce este pueblo, que anteriormente según la leyenda se llamaba Miraflores de la Sierra, como Zamarramala.
- Un monasterio en peligro de extinción
En el paraje de La Alameda, a orillas del río Eresma, encontramos este monasterio mandado construir en 1447 por Enrique IV. El Monasterio del Parral, junto al de Yuste, en Cáceres, son los únicos monasterios de España todavía regentados por la Orden de los Jerónimos. Como curiosidad puedes asistir en la iglesia a una misa con cantos gregorianos todos los domingos y festivos del año a las 12.
- Caminar por la orilla del río Eresma.
Este es un paseo precioso y agradable. Podemos empezar desde el monasterio de Santa María del Parral y recorrer el río hasta la pradera de San Marcos.
- La más importante fábrica de moneda del Reino
Siguiendo por la orilla del río llegamos a La Real Casa de la Moneda está considerada como uno de los ejemplos más antiguos e importantes del Patrimonio industrial. Es uno de los pocos edificios fabriles del siglo XVI que ha llegado casi intacto hasta nuestros días construido por el arquitecto Juan de Herrera para Felipe II. Su ubicación se debe a que utilizaba la fuerza del río Eresma para mover las ruedas que avivaban el fuego de la forja. Posteriormente se convirtió en una fábrica de harina y tras su abandónalo lo adquirió el Ayuntamiento.
- Para los que les gusta caminar por la naturaleza
La Senda de los Molinos transcurre entre los barrios de San Lorenzo y San Marcos, es un agradable paseo por las riberas segovianas que nos acerca a su pasado industrial visitando lugares como las antiguas Fábricas de Loza, de Harinas y de Borra, y por los Molinos de la Hoya, de Cabila y del Portalejo, entre otros.
La iglesia románica de San Esteban se construyó originalmente en el siglo XII. Curiosamente, el interior tiene una decoración barroca, ya que se incendió y tuvo que ser restaurado en el siglo XVII. Otra curiosidad, es que es las iglesias románicas con la torre más alta de la península ibérica. Nada más y nada menos que 56 metros de altura.
- Un barrio histórico, el Barrio de las Canonjías
Este conjunto de viviendas y de palacios del siglo XII es hoy día uno de los más importantes conjuntos de arquitectura románica civil de Europa. Este barrio discurre entre las calles Daoiz y Velarde, y entre ellas podrás contemplar las casas en las que sólo vivían los canónigos y permanecía aislado del resto de la ciudad gracias a 3 puertas, de las cuales sólo se conserva una, la del Arco de la Claustra.
Recorriendo una parte de la antigua muralla que rodeaba la ciudad llegaremos a la Puerta de San Andrés. De esta muralla medieval que alcanza los 9 m de altura se conservan tres puertas de acceso: la de Santiago, la de San Cebrián y la de San Andrés; siendo esta última la puerta que mejor se conserva, con una torre cuadrada y otra poligonal.
- Un barrio diferente, el Barrio Judío
En el Barrio Judío residió una gran comunidad hebrea desde el siglo XII hasta su expulsión en 1492. Entre las construcciones que se conservan de aquella época se encuentra la Antigua Sinagoga Mayor que se convirtió en una iglesia después de la expulsión de los judíos.
El centro tiene como objetivo mostrar, enseñar y divulgar a los visitantes la historia de los sefardíes de Segovia, por medio de paneles informativos, objetos expositivos, y medios informáticos divulgativos de última generación.
- Un museo para los amantes del arte contemporáneo
El Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente alberga la colección de obras donada por Esteban Vicente, el único miembro español de la primera generación de la Escuela de Nueva York del Expresionismo Abstracto Americano, y su esposa Harriet G. Vicente. La exhibición de esta colección permanente se alterna con exposiciones temporales y actividades diversas.
No es que la famosa Torre de Hércules de La Coruña se haya trasladado a Segovia, sino nos referimos al Convento de Santo Domingo el Real. Aquí entre sus muros se encuentra la otra Torre de Hércules, levantada durante el siglo XI con un marcado estilo militar. Su nombre se debe a la escena representada en la estatua de su escalinata. Se trata del héroe luchando contra un verraco ibérico.
- Un Monasterio sencillo pero con joyas en su interior
El Monasterio de San Antonio El Real desde fuera parece un monasterio sencillo y austero pero en su interior se guardan numerosas piezas que le dan valor a la visita. Este monasterio es uno de los edificios religiosos más emblemáticos de la ciudad desde su construcción en 1455. En la actualidad es posible visitar su claustro cerrado, algunas estancias como la sacristía, la sala capitular, su iglesia en donde el Altar Mayor es todo un tesoro histórico.
El Barrio de los Caballeros acoge el mejor conjunto de palacios de la ciudad: la casa del marqués de Lozoya con su portada románica; el palacio Quintanar (siglo XVI); el Palacio del Conde Cheste; la Casa de las Cadenas (siglo XV) y el Palacio de la Diputación Provincial o Casa del Marqués de Castellanos y de Uceda - Peralta.
Se trata de dibujos o diseños visibles en la mayoría de las fachadas de los edificios. Provienen de la Edad Media (época musulmana) y se hacían como muestra de estatus. Siguiendo el ascenso por la Calle Juan Bravo veremos buena muestra de ellos en sendos palacios que quedan a la izquierda, uno en la Plaza del Platero Oquendo y otro en la Calle de la Alhóndiga.
- Un postre típico, el Ponche Segoviano
Después de haber comido en la ciudad, si aún no has probado el Ponche Segoviano (cosa que dudamos), puedes acercarte a la Plaza Mayor para disfrutarlo con un café.
- Un museo en el interior de una iglesia
Está ubicado en la antigua iglesia de San Juan de los Caballeros, salvada de la ruina por Daniel Zuloaga, que la adquirió en 1905 para instalar en ella su taller. Hay pinturas de Ignacio Zuloaga y óleos, acuarelas y cerámicas de Daniel y de sus hijos. En la iglesia también se encuentran los sepulcros de los Nobles Linajes, a cuyos fundadores, Fernán García y Día Sanz, atribuye la leyenda de la conquista de Madrid.
- Decidirte donde comer un menú segoviano
Si te has ido fijando en los menús de los diferentes restaurantes, habrás comprobado que todos tienen el menú segoviano formado judiones de la granja, cochinillo y ponche segoviano. Una forma más asequible para disfrutar de la cocina segoviana.
Una vez visitada la ciudad, no hay nada mejor que llevarnos un recuerdo de nuestra experiencia. Desde el típico Acueducto, repostería como el Ponche segoviano o una figura de un cochinillo, que podremos encontrar con multitud de poses diferentes.
Una de las actividades que tengo pendientes en Segovia es la de subir a un globo y ver la ciudad desde las alturas. Tiene que ser una maravilla y una experiencia inolvidable.
El tour sale a las 8 de la mañana y dura en total unas 3 horas. Es una hora de vuelo y luego incluye un brindis con cava y almuerzo, video y certificado.
- Visitar el Palacio Real de la Granja
La visita a la ciudad de Segovia no se puede considerar completa si no te acercas hasta el Palacio de la Granja de San Ildefonso, la antigua residencia de verano de los reyes. Está a tan solo 13 kilómetros de Segovia, así que no te cuesta nada desviarte y acercarte a verlo. La visita al Palacio es cara pero los jardines son gratuitos.
Y hasta aquí, nuestro recorrido por todo lo que no debes perderte de la ciudad de Segovia, ¿piensa que falta algo? Dínoslo en los comentarios.