Leer es pensar. Y releer es repensar, especialmente si se acostumbra a subrayar y tomar notas: así uno visita su antigua mente y renueva sus puntos de vista, como al volver a sitios de la infancia. Volviendo a Nietzsche, rescaté algunas ideas que ahora son mis ideas, y que quizá puedan vivir en tu cabeza también. Casi toda su obra condensada en algunos puntos clave (no los únicos, pero suficientes para saber con quién uno se mete).
- Los que tardan en entender piensan que la lentitud es indispensable para el conocimiento.
- Ustedes, sobrios, que se sienten inmunes a la pasión y al delirio y que harían gustosos de su propio vacío un motivo de orgullo y de gala, se denominan realistas y pretenden que el mundo sea como se les ocurre, porque consideran que sólo a ustedes se les revela la realidad, y que tal vez son lo mejor de ella. [...] Para nosotros no hay "realidad".
- ¿Qué son, en última instancia, las verdades del hombre, sino sus errores irrefutables?
- El filósofo griego vivía con el sentimiento íntimo de que había muchos más esclavos de lo que suponía, puesto que quien no era filósofo era esclavo. [...] la palabra "esclavo" ha perdido para nosotros todo su sentido.
- El dolor es un medio mucho más sensible que el placer, porque el dolor pregunta siempre las razones, mientras que el placer se inclina a no considerarse más que a sí mismo sin mirar más allá.
- El amante quiere poseer en exclusiva a la persona que desea, quiere ejercer un poder exclusivo tanto sobre su alma como sobre su cuerpo [...], estando dispuesto a sacrificarlo todo, a alterar no importa qué orden, a pisotear cualquier otro interés. [...] Quienes han creado las expresiones usuales del lenguaje en este terreno han sido los no poseedores.
- Muchas locuras breves -he aquí lo que llamáis amor-. Y vuestro matrimonio remata muchas locuras breves por una tontería larga.
- Primero hay que aprender a oír un tema, una melodía [...]; luego se requiere esfuerzo y buena voluntad para soportarla [...]. Por último nos acostumbraremos a ella, la esperaremos y la extrañaríamos si nos faltara [...] Esto no nos ocurre sólo con la música; es precisamente la forma en que hemos aprendido a amar todo lo que ahora amamos.
- Son los hombres quienes pervierten a las mujeres; toda falta que cometan las mujeres ha de ser purgada y reparada por los hombres, porque el hombre se forma una imagen de la mujer, y la mujer se hace según esa imagen. [...] La cuestión está en educar mejor a los hombres.
- Y cuando un amigo te haga mal, debes decir: "te perdono lo que me has hecho; pero ¡cómo podría perdonarte habértelo hecho a ti mismo!".
- ¡Esperáis ser recompensados, oh, virtuosos! [...] la virtud lleva en sí misma su recompensa. [...] Amáis a vuestra virtud como la madre a su hijo; pero ¿cuándo se ha dado el caso de una madre que pretendió ser recompensada por su amor?
- ¿Acaso necesita vino quien está entusiasmado?
- ¡Que se venga abajo todo cuanto pueda venirse abajo en nuestras verdades! ¡Quedan muchas casas por levantar!
- ¡No podríais llevar, hombres del presente, máscara más eficaz que vuestro propio rostro! ¡Nadie os reconoce!
- ¡Osad ante todo creer en vosotros [...]! El que no cree en sí mismo, miente siempre.
- Volví la espada a los gobernantes al comprobar lo que ahora llaman gobernar: ¡regateo por el poder -con la chusma-! [...] Un político divide a la Humanidad en dos clases: herramientas y enemigos. [...] Es frío incluso cuando miente; y ésta es la mentira que se desliza de su boca: "Yo, el Estado, soy el pueblo".
- Todo lo que vive obedece. [...] A quien no sabe obedecerse a sí mismo se lo manda. [...] Quien no puede mandarse a sí mismo debe obedecer. Y más de uno puede mandarse a sí mismo, pero está lejos de obedecerse también a sí mismo.
- Cuando me entendían mal se lo perdonaba a ellos más que a mí mismo, acostumbrado como estoy a ser duro conmigo mismo [...] y aún me decía: "¡lo pequeño no tiene la culpa de su pequeñez!" [...] A quien vive entre los buenos, la compasión le enseña a mentir. La compasión vicia el aire de todas las almas libres. Pues la estupidez de los buenos es inconmensurable.
- Vuestro amor al prójimo es vuestro mal amor a vosotros mismos.
- La gente que nos ha dado su total confianza cree que tiene el derecho a la nuestra. La inferencia es falsa, un regalo no confiere derechos. [...] Nadie habla más apasionadamente sobre sus derechos que aquél que en las profundidades de su alma duda tener alguno.
- En el amor siempre hay algo de locura, mas en la locura siempre hay algo de razón.
- El grado de fuerza de un individuo se manifiesta en la necesidad que tiene de creer para prosperar, de contar con un elemento "estable" lo más sólido posible apara apoyarse en él. [...] es lícito concluir que las dos religiones universales, el budismo y el Cristianismo, podrían deber su nacimiento y su rápida propagación a un extraordinario agotamiento de la voluntad.
- Cuando cien hombres permanecen juntos, cada uno pierde su mente y obtiene otra. [...] El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.
- Lo que la plebe ha aprendido a creer sin razones, ¿quién puede disuadirla de ello con razones? [...] Y cuando alguna vez ha triunfado una verdad, preguntaos con sano recelo: "¿qué poderoso error ha luchado por ella?". [...] Esa gente [los eruditos] se jacta de que no miente nunca; ¡pero de la impotencia para mentir al amor a la verdad hay un gran trecho! [...] Quien no es capaz de mentir, no sabe lo que es la verdad.
- El concepto de culpa y de castigo, [...] todo eso ha sido inventado para destruir el sentido de las causas en el hombre: ¡son el atentado contra el concepto causa y efecto!
- La fe cristiana es el sacrificio de toda libertad, de todo orgullo. [...] ha tomado partido por todo lo que es débil, humilde, fracasado; ha hecho un ideal de la contradicción a los instintos de conservación de la vida fuerte; ha estropeado la razón incluso de los temperamentos espiritualmente más fuertes al enseñar a sentir como pecaminosos, como extraviados, como tentaciones, los supremos valores de la espiritualidad. [...] supone que el hombre no sabe ni puede saber por sí mismo lo que es bueno y lo que es malo. [...] Las prohibiciones morales no pueden ejercerse más que en épocas en las que la razón se halla sometida.
- Una visita casual al manicomio demuestra que la fe no prueba nada.
- La moral no es más que el instinto de manada del individuo.
- ¡El malo, el desgraciado y el hombre excepcional deben tener también su filosofía, su derecho propio, su rayo de sol! ¡También la tierra moral es redonda! ¡También la tierra moral tiene antípodas!
- El pensador ve en sus propios actos tentativas e interrogantes encaminados a obtener aclaraciones sobre algo. El éxito y el fracaso son, para él, antes que nada, respuestas. Irritarse o arrepentirse por un fracaso es algo que el pensador deja a quienes obran únicamente cuando son compelidos a ello, esperando ser apaleados por su gracioso amo cuando no le agrada el resultado.
- A mí me gusta dejar que me roben antes que estar rodeado de espantapájaros.
- El principio de que "es preferible hacer cualquier cosa a no hacer nada" representa una cuerda que estrangula a toda conciencia y todo gusto superiores.
- El hombre, como toda criatura viviente, piensa constantemente, aunque lo ignora; el pensamiento que llega a ser consciente no es sino una ínfima parte, y podríamos decir que es la más superficial y más mediocre.
- En los grandes Estados, la educación pública será siempre mediocre, por la misma razón que en las grandes cocinas generalmente la comida es mala.
- [La educación] mediante un conjunto de estímulos y de ventajas, trata de inculcar en el individuo una forma de pensar y de actuar [...] en favor del "máximo interés común". [...] Todas las virtudes de los individuos representarán una utilidad colectiva y una desventaja personal. [...] Si el prójimo pensara de una forma "desinteresada", rechazaría este desprecio de fuerza, este daño sufrido en favor suyo.
- Todo hábito hace más ingeniosa nuestra mano y menos ágil nuestro ingenio.
- Más de un hombre falla en ser un pensador sólo porque su memoria es demasiado buena.
- Lo conocido es aquello a lo que estamos suficientemente habituados como para no asombrarnos, nuestra vida cotidiana, una regla cualquiera a la que estamos sometidos [...] Lo conocido es lo habitual, y lo habitual es lo más difícil de "reconocer", es decir, de considerar como un problema.
- El valor de una cosa consiste en lo que se haga por obtenerla.
- Soportamos más fácilmente la mala conciencia que la mala reputación.
- Las convicciones son enemigos más peligrosos de la verdad que las mentiras. [...] Las convicciones son prisiones. [...] Yo llamo mentira a no querer ver algo que se ve.
- Todas las cosas están sujetas a interpretación. Cualquiera sea la interpretación que prevalezca en un momento dado es una función de poder y no de verdad. [...] No hay hechos, sólo interpretaciones.
- Todo desprecio de la vida sexual, toda impurificación de la misma con el concepto de "impuro" es el autentico pecado contra el espíritu santo de la vida.
- Los modernos no tenemos absolutamente nada propio; sólo llenándonos, con exceso, de épocas, costumbres, artes, filosofías, religiones y conocimientos ajenos llegamos a ser algo digno de atención, esto es, enciclopedias andantes.
- En épocas pasadas, el hombre asistía a una escuela plagada de torturas y de privaciones corporales. [Hoy] la carencia de experiencias dolorosas reales hace que se dé crédito de ordinario a tormentos imaginarios como sufrimientos elevados. El remedio contra la "miseria" imaginaria no es otro que la miseria real.
- Solamente aquél que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado.
- Aquél que tiene un "por qué" para vivir puede soportar casi cualquier "cómo".
- Nietzsche es alguien que sólo se deja vencer por la verdad.
- El que se humilla desea ser exaltado.
- ¿Cuál es el signo de que se ha adquirido la libertad? No avergonzarse ya de uno mismo.