La red de microblogging Twitter empezó con la insípida pregunta «¿qué estás haciendo?» para pasar a la actual «¿qué pasa?», convirtiéndose en una eficaz y rapidísima herramienta informativa con micromensajes de 140 caracteres como máximo. Muchos no entienden este boom de Twitter, pero la inmensa mayoría de los que lo han probado deciden quedarse. El uso más frecuente es desde el móvil y se aconseja [para no volverte loco] seguir a poca gente que te aporte realmente contenidos o enlaces interesantes. Desde el 2006, año de su creación, Twitter ha crecido como la espuma y ya se ha llegado a la friolera de 50 millones de mensajes (tweets) por día:
http://blog.twitter.com/2010/02/measuring-tweets.html
Escribe Antonio Sanjuán:
«Llevo unos días dándole vueltas a mi relación con Twitter. Sigo a unas 150 personas. Su selección me ha llevado casi un año. No quiero incrementar la cifra porque empezaría a resultarme inútil. Aunque ya decía lo mismo cuando llegué a 50 o a 100. Son personas inteligentes, de varios de los ámbitos que me interesan, con una curiosa mezcla de edades, incluso de países, que me sueltan pequeñas perlas que poco a poco van haciendo mella. No leo todo, ni abro todos los enlaces propuestos, claro; pero el goteo es constante y me he dado cuenta de que he ido juntando en el fondo a personas más o menos parecidas que casi siempre confirman lo que ya pienso o me amplían información para confirmarlo. El proceso no es nuevo, ni mucho menos. Se denomina distorsión selectiva. Pero nunca me lo había planteado con mi Twitter»... [+] El mundo según Sanjuán