50 sombras de envidia...(¿verde?)

¡Buenas, pecadores!   ¿Cómo andamos hoy de pecados? ¿Habéis llenado el cupo?   Yo os confieso que vengo ojiplática. ¿Os preguntáis por qué? Pues ahora mismo os lo cuento. La mañana del martes, cuando estaba desayunando —que es cuando suelo aprovechar para darme una vuelta por el «caralibro»— me encontré con una cosita que seguro que da para un temita de esos polémicos de nuestra lady Ira sobre las borreguis y demás.    La cosa es que yo solo me quedé con un dato. El bestséller —y este sí que lo es teniendo en cuenta las ventas que lleva— más famoso del último año, Cincuenta sombras de Grey, ha ganado el premio a la mejor novela romántica del año que otorga una de las webs sobre romántica más importantes de nuestro país. 
   Si yo fuera otro libro, estaría verde de envidia, lo confieso. No solo copa todas las ventas, consiguiendo que se gaste el dinerillo gente que no compraba un libro desde que era adolescente, mamás, abuelas, adolescentes (ains, qué peligroso es eso), papás,… etc… ¡además gana premios!

    He dicho desde que este blog comenzó su andadura que mi envidia es la envidia sana. Por ejemplo, cuando mi compañera de los lunes, lady Soberbia, se fue a Londres el verano pasado, sentí envidia por no poder ir con ella. Envidia de la verde hubiera sido querer ir en vez de ella, ¿no?    Pues viendo lo visto, entiendo que este libro en particular suscite envidia bien verde.     Pero, ¿os habéis dado el gustazo de leerlo? (Si fuera realmente malvada, cambiaría el verbo de la pregunta… mmm) Yo sí, lo confieso. Lo leí en inglés antes de que surgiera todo el boom mediático que trajo aparejado el booktrailer y la venta en pack con juguetito.    Recuerdo que expuse mi opinión a todo aquel que me preguntó. Y ahí están los motivos por los que me haya quedado ojiplática. Para empezar no lo considero un libro romántico… Quizá la saga entera pueda considerarse así, pero sin duda el primer libro no es romántico… ¡si hasta acaba mal! Y, para terminar, me abuuuuuurre, se hace tedioso, repetitivo… acabas hasta los cojones de la «diosa interior», de los ojos en blanco y de las mordidas de labios. Y luego ese juego de «Ana, firma el contrato que yo soy mu malo maloso» y la tal Ana —virgen a los veintiuno— toreándolo como una maestra taurina. Y, sin embargo, es extrañamente adictivo.    Aunque también os digo que le cogí manía por el video publicitario que subieron en Amazon con motivo del día de la madre en Estados Unidos.    ¿Quizá sea este el origen del término «porno para mamás»?    La verdad es que la reflexión que se hace una finalmente es que tal vez sea esto lo que ha hecho que triunfe, la polémica.    Los fans pro-Grey son muchísimos, pero sus detractores también. Y creo que hay por ahí muchos hombres agradecidos cuya vida sexual ha mejorado considerablemente gracias al librito de marras. Así que nada... ayer fue el día del libro y bueno, para una firme defensora de la lectura como yo, lo realmente importante es leer, y este libro sirve para ellotan bien como cualquier otro.    Nota: estaba buscando las fotos para ilustrar la entrada y me he encontrado con que:

1. Cincuenta sombras de Grey ¡tiene página propia en la wikipedia! 2. ¡Tiene página web propia!3. Hay vídeos sobre la película que van a hacer.

    Lo dicho, ¿quién soy yo para dudar del criterio de todos los que lo han comprado?

¡Hasta la próxima semana, pecadores!