Para su primera película europea, Copia Fiel (Copie Conforme, Francia-Italia-Bélgica, 2009), el veterano autor neo-neorrealista/postmoderno Abbas Kiarostami se ha lanzado de una altura prudente y con varias redes de protección. El resultado es un filme siempre interesante -y más si se conoce la obra anterior del cineasta iraní- pero decididamente menor en el canon del creador de la incomparable trilogía Koker (¿Dónde Está la Casa de Mi Amigo?/1987, Y La Vida Sigue/1992, A través de los Olivos/1994).
Estamos en la Toscana, tiempo presente. El ensayista inglés James Miller (el barítono William Shimell en su debut como actor fílmico) llega a presentar su provocador libro que defiende la idea de que la copia de una obra artística es tan importante y valiosa como el original. Después de una conferencia, Miller acepta la invitación de una atractiva mujer francesa de mediana edad (Juliette Binoche), quien lo lleva a pasar la tarde -él tiene que tomar el tren a las nueve de la noche- al pueblito medieval de Lucignano. Ahí, en un pequeño café, la dueña del changarro confunde a Miller con el esposo de Madame Binoche -nunca sabremos el nombre de su personaje- y los dos, el escritor y la mujer, deciden seguir el juego: son una pareja que ha llegado a Lucignano a festejar su 15 aniversario de bodas.
Para el amante del cine de Kiarostami, Copia Fiel es como una suerte de déjà vu temático/estilístico con la novedad de que está hablado fluidamente en tres idiomas -inglés, francés, italiano- y que cuenta con la invaluable presencia de Madame Binoche en un papel que fue pensado para ella. La película toma como premisa uno de los temas centrales de la obra de Kiarostami -la fina división entre la realidad y su representación, la dificultad de separar lo que es cierto de lo que no lo es- y está ejecutada a través de las tomas largas y sostenidas (una docena de ellas, veces estáticas, a veces en movimiento) que pueden ir desde 2 hasta 5 minutos. La aparente sencillez de todo el asunto -se trata sólo de dos actores hablando, discutiendo, coqueteando, gritoneándose durante hora y media- es eso nada más, aparente: basta ver una de las primeras tomas sostenidas, cuando Miller llega a recoger a Madame Binoche a la tienda de antigüedades, para darnos cuenta de la pureza visual a la que ha llegado Kiarostami en la puesta de imágenes. En esta escena, que pasa de los tres minutos sin corte, Miller llega a la tienda abandonada, pasea por entre los objetos, escucha llegar a la mujer, Binoche aparece con un gato en el regazo, hombre y mujer se saludan, intercambian algunas líneas banales y la cámara de Luca Bigazzi los va siguiendo, rodeándolos, sin llamar la atención sobre sí misma. En algún momento, Miller le habla a Binoche, que se ha colocado fuera del encuadre: sin embargo, nosotros la vemos a través de un espejo que se encuentra colocado, estratégicamente, a espaldas de Miller. La maestría visual de Kiarostami es apabullante y más cuando aparece realizada sin esfuerzo alguno.
Hay otros momentos de la cinta en la que Copia Fiel nos remite a otras fortalezas de Kiarostami -la conversación entre Binoche y su precoz hijo nos recuerda lo bueno que es el iraní dirigiendo niños- y a otros ejercicios estilísticos anteriores -la conversación en el auto entre Miller y Binoche está filmada en el mismo estilo de largas pláticas en el taxi de 10 (2002)- aunque también es cierto que Kiarostami no ha querido, en su primer cinta hecha en el viejo continente, explorar territorios nuevos ni arriesgar nada de su capital como reconocido auteur. De hecho, el único riesgo que corre -el haber contratado a un actor no profesional como contraparte de la expertísima actriz Juliette Binoche- no es tal riesgo, si pensamos que Shimell, después de todo, está acostumbrado a los escenarios, aunque sea de ópera. Es cierto que hay momentos en los que Shimell pierde el equilibrio -la escena del pleito por el vino- pero, en general, el tipo tiene buena presencia y convence en el papel de su escéptico y cerebral ensayista, tentado por la pasión, el carácter y la curiosidad de esa guapísima mujer francesa.
No, no he olvidado la referencia que parecerá más obvia, para algunos, de Copia Fiel: el díptico romántico de Richard Linklater formado por Antes del Amanecer (1995) y Antes del Atardecer (2004). Aunque, claro, aquí Binoche y Miller no están enamorados ni han querido nunca formar pareja... ¿O sí?
Copia Fiel se exhibe hoy lunes 8 en la Cineteca Nacional a las 15 y 20:30 horas. Más días y horarios, por acá.