Revista Cine
La violencia en el cine puede tener múltiples rostros: como sustituto o extensión del acto sexual –todas las slasher movies-, como el acto final en el que la camaradería viril se afirma sentimentalmente –La Pandilla Salvaje (Peckipah, 1969)-, como un recurso narrativo casi operático (las ejecuciones de El Padrino/Coppola/1972) y hasta como el preludio o desenlace de diálogos/monólogos tan ingeniosos como divertidos (Tarantino).Pero he aquí que el danés Nicolas Winding Refn, con su noveno largometraje, Sólo Dios Perdona (Only God Forgives, Dinamarca-Francia-Tailandia-EU-Suecia, 2013), ha encontrado otro rostro más: mostrar la violencia de la manera más gráfica posible, al mismo tiempo que ofrece una puesta en imágenes solemne, alertagada, tediosa. La cinecrítica Sara Stewart, del New York Post, propuso un neologismo para etiquetar este filme de Winding Refn: “goring”. Es decir, aburrido (boring) y sangriento (gore). Ojalá se me hubiera ocurrido a mí...
La crítica completa, hoy sábado 16 de noviembre, en la sección cultural de Reforma.