El mejicano Pablo González firma la dirección del cortometraje francés Leave not a cloud behind (No dejes una nube atrás), una producción que tuvo una buena respuesta del público de Seminci y que nos trae una divertidad y sugerente historia narrada en voz en off sobre un joven en coma y las cosas que le ocurren en sus sueños.
En su estado, se encuentra con otros soñantes que le enseñan a dominar los sucesos oníricos de su mente en un universo imaginativo y rápido repleto de sensaciones. Del estado de soledad al de una activa compañía en el que comparte sus sueños con los demás y los demás con él, Cristopher conocerá en una fiesta a Mariana, de la que se enamorará y cuya compañía podrá disfrutar mientras ella esté dormida.
La repentina desaparición de Mariana dejará en un nuevo estado de soledad, pero seguirá conservando su interés, y cultivará el misterio de esta relación gracias a los mensajes que ella le van dejando en libros y mensajes. Muy vistosos los grafismos en los diseños de los libros y mensajes para retratar estas escenas.
Un cortometraje divertido sobre el mundo de los sueños, temática que a mí me fascina, y que remata con el que creo que es el mejor de los finales posibles, sorpresivo y abierto. Sorprendente e interesante, de planos muy cercanos y con mucho movimiento, con una realización estupenda y unos escenarios muy bien escogidos. Un aperitivo fantástico para el cortometraje proyectado acto seguido. Muy recomendable.Muchas más noticias en No es cine todo lo que reluce.
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